Así continua

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Hello everybody!

Esta historia iba a ser publicada antes pero con otra pareja.  La abandoné, no quise continuarla. Hace años, pero recién retomé mi amor por el NaruSasu en Boruto. Sasuke se ve bien puta en esa serie e_e.  odio a Boruto, pero a la familia Uchiha la amo. Pasé de odiar a Sasuke a considerarlo sin duda mi personaje preferido. Básicamente veo Boruto por las peleas de Naruto y Sasuke, y por Sarada y Sakura. Pero me gana mi pulso, no encuentro historias de esta temática. Ninguna maldita sea! No una bien planteada... donde digas, auch! Así que por esto haré mi propia historia con juegos de azar y mujerzuelas.

Lit.

Ahora. El contexto.

Es una historia con alto contenido sexual. Con trastorno de estrés postraumatico, con abuso de sustancias, con violaciones y con violencia entre parejas. No es que yo lo apruebe, estoy muy lejos de esto. Pero simplemente es un tema que me gusta, que generalmente no veo que este descrito y que hice mi historia. Actualmente quiero compartirla con ustedes. Esta es una historia terminada, por lo que hay cosas que no tengo intención de cambiarlas.

Advertencia. :Abuso sexual, maltrato doméstico. Alcoholismo, abuso de sustancias. Acoso y abuso psicológico. No hay personajes buenos, no hay personajes malos. Solo personajes, pero si hay muchos a los que les va peor que a otros. Será una evolución lenta.

Están en Estados Unidos. ¿la razón? Porque no conozco Japón, y no tengo intención de investigar sobre como es la vida allá. Es una historia, así que viven en Estados Unidos. ¿Por qué no Latinoamérica?  No quiero ser malinchista pero prefiero escribir John Smith que Pepe Toño. Y no me imagino a los portas yendo en los mendigos peceras, camionetas.  ¿por qué dólares? Porque es la taza de cambio que conozco.

Y... ya estaba subiendo en ao3 y fanfiction, pero me di cuenta subi el formato sin editar XD y luego vino mi trabajo y los exámenes y...whatever

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Era un pequeño cuarto, no más grande que el de una habitación para universitarios, pero contaba con todos los servicios básico, luz, agua, internet. Ella misma se sorprendía de sí, estaba estudiando medicina, desempeñando como abogada y resolviendo un caso. Ni siquiera Barbie podría ser tan genial. Pero no tenía tiempo para poder elogiarse tanto. Estaba hecha un caos, odiaba el momento en el se involucró activamente en el caso, se maldijo por no haber terminado únicamente la carrera, y posteriormente estudiar medicina. Quizás por eso estaba a punto de estallar en llanto.  Había recibido los resultados de sus exámenes y no podía sentirse más insatisfecha porque no había podido completar su otro caso.

A sus 20 años ya ejercía como abogada. ¡Era un genio! Pero apenas iba en primer semestre de la carrera de medicina. Le faltaban otros años, si es que no reprobaba el curso por estar jugando a los policías. En la computadora podía ver sus ojeras, incluso la frente se veía más amplia. ¿Se estaba quedando calva? Podría jurar que la frente brillaba más que se costumbre

Sakura se encontraba inquieta. Tamborileaba los dedos en el escritorio. Se llevó las manos a la cabeza y talló su cabello fuerza, estrelló su cabeza contra el escritorio de manera dramática. Farfulló palabras inteligibles. Recordaba una y otra vez el mensaje de texto que había recibido.

El correo electrónico, la llamada.

Su propuesta ha sido aprobada. Ella jamás pensó que llegaría tan lejos por lo que se encontraba muy contrariada. ¿Cómo se supone que debía proceder?  El internet no funcionaba, tenía que rehacer todo de nuevo, todo gracias a que guardó su información en la nube y no en un maldito pendrive, ni siquiera en su teléfono. Por lo que se dio pequeñas palmaditas en la cara y se apresuró a teclear tan rápido como era posible, con una ortografía impecable, cuidado cada detalle. Menos mal que tenía una computadora de calidad, quizás lo único valioso de su pequeño cuarto. Su roomie no se encontraba, por lo que encontraba completamente sola,  quizás si alguien la viera se asustaría ya que daba miedo. Posiblemente debido a lo apresurada que estaba, su único enemigo en esos momentos. La impresora. Luchó contra el instinto de arrojarla contra la pared y destruirla.

Alcohol, cocaína y otras adicciones (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora