Mi Sultana.

Mal entendido

El Sultán nos mira fijamente, la madre tiene rostro pálido y mi corazón está a mil.

S: madre, larissa, me alegro que se lleven bien.

Ms: si hijo de hecho la felicitaba por dar otro hijo al Sultán, ella me cae muy bien, así que le di un abrazo.

S: madre sé que tienes un buen corazón y no me tienes que explicar nada, tranquila. El sultán besa la frente de su madre con dulzura. - madre escuché que interrumpiste la fiesta de Larissa.

Ms: oh hijo no sabía nada del embarazo, pero si ella desea puede continuar la fiesta.

S: por su puesto, de hecho vengo a buscarlas para que me hagan compañía en la fiesta.

Vamos detrás del sultán, la madre lleva su cabeza en alto, tan empoderada, tan inalcanzable y como si no hubiese estado llorando minutos antes.

La fiesta pasa rápido, estoy muy cansada así que me voy a mis aposentos, sumbul entra.

Sum: sultana...
- que quieres sumbul.
S: la sultana Hatice quiere verla en sus aposentos.
- no puedo ir mañana.
S: a dado órdenes que vaya ahora.
Me pongo en pie, de mala gana, estoy cansada, el día ha sido largo.

Entro a los aposentos de la hermana del sultán.

- sultana. Hago reverencia.
H: Larissa...
felicidades has logrado quedar embarazada de nuevo, tienes a dos poderosos en tus manos, interesante. Ella se pone de pie, me da la vuelta mirando mi cuerpo.
Me toma del mentón - dime que se siente tener a dos poderosos en tu poder.
Yo guardo silencio.
H: ¡Dime!
- no sé de que me habla.
H: ah no sabes, crees que no lo sé que te acuestas con el sultán y con mi madre, lo sé todo Larissa, la mujer que mataron mi madre y tú era mi criada de confianza, ella me contó todo antes de que tú y mi madre se deshicieran de ella.
Mis piernas tiemblan, no pueden  sostenerme, la vista se me nubla, y caigo inconsciente en el piso...