Extrañas

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Hacen dos meses que la madre Sultana se marchó, no queda nada de ella, solo mi príncipe preguntando por su abuela, Mariam cada vez más se parece a ella, tan hermosa y radiante, casi no se parece a mí.
Estoy muy tranquila, pero a la vez siento que me falta algo.

El Sultán es cada vez más ausente, no me molesta en lo absoluto, todos están a mis órdenes nada más me importa, pero cada vez que nos vemos él refleja su desesperó por mi ausencia me abraza y me besa, me lo hace tan lento, como si él quisiera detener el tiempo, pero para mí no lo hace, mi mirada solo está perdida en los recuerdos de los placeres más sensuales y delicados que pude tener.
El me ha dado una propiedad de dos millones de monedas de oro el me cuenta que es una propiedad muy hermosa, y pronto iremos a conocer la propiedad, el Sultán me dijo que iríamos el día de mañana, así que muero por conocer esa propiedad de la que él me ha hablado tanto, la tarde llega con mucha rapidez y la noche le acompaña con la misma velocidad, ahora me estoy despertando con el canto de las aves, me visto rápido ya que me anuncian que el Sultán exige verme pronto, me dirijo al jardín de la salida y allí me espera, me extiende su mano y me ayuda a subir al carruaje, el sube y nos marchamos a  mi nueva propiedad, a la más costosa que alguien que fue una simple criada puede tener.
Llegamos a un lugar con una vista preciosa, da vista al mar, el tamaño es perfecto la frescura y tranquilidad que hay aquí es acogedora, tiene el aposento principal que es digno de una sultana como yo, es grande, hermoso, lleno de luz, con vista al mar, tiene más aposentos pero este es el  mejor, casi un palacio.

Sul: y...¿Qué tal? ¿Te gusta?

- es hermoso, es perfecto para venir aquí cuando nececite tranquilidad.

Sul: es todo tuyo, puedes disponer de él como desees.
Me lanzo a sus brazos y le doy un eufórico beso, él me  recibe igual.

Vamos de regreso al palacio el carruaje se detiene.

-  qué sucede su majestad?

S: estamos en el viejo palacio, es justo donde está mi madre, tengo un par de meses sin verla, quiero verla y saber cómo está, y tú me acompañaras.

No estoy lista para esto, no estoy lista para verla, quizás nos miremos con añoranza o quizás simplemente nos miremos... Como dos extrañas.

Mi Sultana. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora