¿Que pasará?

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Nos terminamos de vestir de prisa, yo no pensaría en la opción de un nuevo comienzo, no estaría dispuesta a abandonar a mis hijos, son mis hijos, salieron de mí, son mi vida, prefiero morir a tener que huir todo el resto de mi vida y estar conciente que tengo unos hijos que posiblemente me estén odiando o quizás ya no se acordarán de mi rostro al crecer y ese precio no lo pagaría por huir con mi amor, ambos duelen pero no hay otra opción.
Ambas salimos al jardín, ya que el sultán está allí, el nos ve salir juntas y sus facciones se tornan aún más seria.

S: síganme.
Él empieza a caminar hacia el bosque, no tenemos voz para preguntar, solo lo seguimos hacia el espeso bosque con una vaga esperanza que viviremos.
El tiempo pasa y aún seguimos caminando en el más espantoso silencio hasta que el empieza a hablar.

S: mi madre, la mujer que me amamanto cuando era un bebé, me cuido cuando era un niño y me compartió su sabiduría al llegar a mi juventud, Larissa, la mujer con la que me comparto en las largas noches, me ha dado los príncipes más hermosos y la sultana con el rostro y el encanto de la luna y el sol.

Yo no caigo en cuenta de sus palabras pero parece que la sultana si.

Ms: ¿cómo que te compartes en las largas noches?
El Sultán nos mira y de nuevo nos da la espalda.
S: madre supongo que tú te diste cuenta de la cercanía que siempre tengo y tuve con ibrahim.
Ms: nunca fue una cercana amistad.
Ella parece entender todo perfectamente. - yo los veía como hermanos.
S: si, él es mi mano derecha, pero también es mi refugio nos hemos refugiado como dos amantes, de verdad no me molesta lo que crece en ustedes, el hecho que sean mujeres lo que me lastima es que se hayan burlado en mi cara, que tú Larissa.
Me señala a mí.
S: me fueras infiel con mi madre, y tú madre.
Señala a su madre.
S: te enamorarás de mí mujer, de mi esposa, la madre de mis hijos, podías acostarte con todo el harem si querías pero no con mi esposa, quizás si me he acostado con un hombre y me ha gustado, pero también me ha gustado estar con Larissa, la he amado, tú y yo sabemos que ella tiene un encanto poderoso pero ella debía ser ¡Intocable!

La madre Sultana llora.

Ms: yo me enamore primero, a mí me dolió antes que a tí, la vi quedarse embarazada de tí, casarse contigo te imaginas cuánto me dolió a mí, tu no eres la única víctima, yo sufrí primero, y aún así no te la negué, porque me sentía tan miserable e inmunda por amar a una mujer, pero yo no podía estar sin ella, cada parte de piel la extrañaba, yo la extrañaba, pensaba en ella y me preguntaba si ella pensaba en mi cuando estaba contigo, tú disfrutabas mientras yo ardía en el infierno, pero siempre acepte mi lugar ante ti, yo solo pase a ser una amante.
Sus lágrimas se resbalan por sus mejillas.
Ambos se miran fijamente, sus miradas irradian dolor, y yo solo los miro y me siento tan culpable, ahora sé menos si viviremos o moriremos.

Mi Sultana. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora