Mi Sultana.

Sutil conversación

Veo como tiene a su nieto en sus brazos mientras trata de adivinar lo que dice ya que no es mucho lo que logra decir de manera clara y concisa.
Mustafa ve al guardia con el que jugaba ayer y corre hacia él y lo abraza, solo hasta donde alcanza, allí me puedo dar cuenta de algo, si mi hijo sigue así, será el príncipe más amable y justo, tanto como su padre, y mientras visualizo a mi hijo hacer eso y ponerse a jugar con el guardia, yo me acerco a la madre sultana.

- puedo sentarme?
Ms: claro.

Me siento a su lado.

Ms: como amaneces hoy? Dice mirando en la misma dirección que yo, hacía mustafa.
- bien, no habría razones para amanecer de malas ganas hoy.
Ella rige su espalda.
Ms: mustafa es como su padre, cuando era pequeño.
Dice saliendo del tema.
- si, él es muy bondadoso y cariñoso.
Ms: sería un excelente sultán.
- si lo sería, pero solo quiero enfocarme en proteger a mis hijos, no quiero que los lastimen, no quiero que ahora empiecen a disputarse la corona.
Ms: es una buena forma de pensar.

Surge un silencio para nada incómodo, solo estamos sentadas observando al príncipe, lentamente mi mano se va por la suave superficie donde reposan nuestros cuerpos, y busco su suave mano, nuestras pieles rozan como un pequeño pedazo de cielo que abraza la tierra, nos tomamos de las manos de manera discreta, solo estamos en silencio, tomadas de las manos, compartiendo la melancolía de nuestros cuerpos y corazones que saben que por más que quieran no podrán estar juntos como tanto lo desean, la volteo a mirar y veo como una lágrima se escapa de sus ojos y ahora se resbala por su hermoso rostro, ella la oculta rápidamente, aún no me da señales para que la suelte, así que intento soltarla, para que no se sienta incómoda, pero ella me sostiene con más fuerza.

Ms: tenemos que hablar hay muy seriamente tu y yo.

Por alguna razón siento que esto me va a doler.