Reposando en tus brazos

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El sol vuelve a salir, siento que de nuevo vuelvo a la vida, siento uno brazo rodear mi cintura, se ve tan hermosa en completo reposo, aún no he alzado mi cabeza para mirar a mi alrededor solo me concentro en la belleza que reposa a mi lado, me quedo quieta para no despertarla, me quedo dormida de nuevo, las aves ya no cantan de mucho, al despertar el sol está en pleno fulgor, ambas nos miramos a la cara, y en nuestra desnudez nuestros cuerpos se calentaban, nuestras piernas entrelazadas y su cabeza reposando en mi pecho era un despertar magnífico después de tantos meses de vacios.

Ms: buenos días, o creo buenas tardes.
- buenos días o buenas tardes. Sonrió, le doy un casto beso en sus labios, pero no es suficiente y ella me vuelve a besar, me levanto un poco, para mayor comodidad, al separarnos de este extenso beso, abro mis ojos y alzó mi cabeza, al mirar el umbral de la puerta, allí se encuentra él, sentado en el sofá observando la escena en total quietud.

S: llevo observandolas desde esta madrugada, estaban tan sumidas en el relajo de sus cuerpos que ni siquiera me sintieron, no quise despertarlas se veian muy bien, eran la abominación más llamativa, porqué mejor no se van a arreglar, yo les espero afuera y arreglamos esto de una vez por todas.

Enseguida nosotras nos ponemos de pie y nos cubrimos con una manta, hacemos reverencia y salimos corriendo a ponernos algo, la madre Sultana me mira a los ojos aquellos que están a punto de llorar, mira a los míos que están igual.

Ms: ya no habrá piedad para nosotras, quizás amarnos en otra vida sea la solución, te amo, ella se acerca y me da un beso en la frente y ahora sí estoy llorando desconsoladamente.
- por qué? No hay nada malo en amarnos, no.
Sigo llorando desconsolada.- yo también te amo, te veo en la otra vida.

Quizás son nuestras últimas palabras o quizás las primeras de un nuevo comienzo.

Mi Sultana. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora