Tentación

2.6K 219 4
                                    

A la vez me molesta también estar así con ella, no lo sé, es difícil como esto paso, está noche iré a sus aposentos a pedirle disculpas, me porte muy grosera con ella y no me gusta tener este tipo de problema, por fortuna mía o desdicha, la noche llega muy rápido, así que mi estrategia es ponerme el vestido rojo que ella le gusta como me queda, ahora me encuentro frente a sus puertas, tratando de entrar, le digo a los guardias que me anuncien.

G: sultana, la madre ha dicho que no quiere verla.
Siento un nudo en mi garganta, pero quiero verla, así que ignoro lo que dijeron, ellos vienen detrás de mí pero es muy tarde ya estoy dentro, ella está acariciando su gato.
Ms: acaso no entendiste mi orden.
- necesito hablar con usted, por favor.

Ella le hace gesto con su cabeza para que los guardias se marchen.

Ms: qué quieres? Venir a insultarme de nuevo.

- no, solo vengo a disculparme. Camino hacia ella pero su mano indica que me detenga, pero estoy muy cerca así que me pongo casi a sus pies y beso sus vestiduras. - perdoneme, pero no soportaría recordar que la trate muy mal, ya es suficiente con saber que no la volveré a sentir que...

Ms: Larissa basta.

- para que mentir para que ocultarlo,e hace falta sentirla, que usted me acaricie, ninguna caricia, ningún beso se compara al suyo.
Ella se pone de pie mientras yo estoy abajo, me toma del mentón y me hace mirarla, y allí están esos ojos encantadores que de nuevo me envuelven.

Ambas nos extrañamos nuestras miradas lo dicen y nuestros labios lo gritan en silencio más profundo, ella lentamente se acerca, yo aún sigo allí postrada a su imponente presencia y cercanía, la cercanía de nuestros rostros es más corta ya casi nuestra respiración se hace una, mi corazón se acelera como si fuera la sensación de la primera vez, nuestro labios están a nada, ella parece pensarlo y sus pensamientos aconsejan negarme lo que pido.
Así que susurro:

- sultana por favor, acabe con esto, no me deje así, por favor.

Ella parece entender  mi súplica, por fin nuestros labios se unen en un beso muy desesperado, en un beso que expresa la emoción de nuestros cuerpos, la excitación que nos recorre, la necesidad de sentirnos pero sobre todo entregarnos ese sentimiento tan prohibido como lo es para nosotras, el amor.

Mi Sultana. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora