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El Sultán y yo nos dirigimos a los aposentos de la madre Sultana, los guardias nos abren la puerta y procedemos a entrar, lo primero que vemos es a la madre Sultana rodeada de mahidebran y Hatice, están hablando muy a gusto al ver al Sultán se paran a hacer reverencia, yo estoy afuera esperando que el Sultán llame por mi nombre.

Ms: hijo mío que placer tan grande tenerte presente, que te trae por aquí?
S: madre gracias a alah las encuentro juntas a todas, e venido a traerles un anuncio muy importante.

Ms: adelante hijo, te escuchamos.

S: el pasha me ha unido al sagrado matrimonio con Larissa.
Al oír mi nombre entro, la cara de la madre Sultana es muy fuerte, mahidebran tiene una cara sorprendida y a la vez muy triste, Hatice tiene una sonrisa en su rostro.

H: has oído eso madre, Larissa se ha unido en sagrado matrimonio con nuestro Sultán, que alah les proteja y les cuide y les de muchos príncipes más.
la madre Sultana se pone de pie.

Ms: como te atreviste a hacerlo sin consultarlo. Dice con evidente molestia.

S: madre ya soy un hombre y sultán y puedo tomar las decisiones que considero importante, y entonces nos vas a felicitar.

Ms: esa es una decisión muy importante y, y....
La madre Sultana se desmaya por suerte el sultán estaba muy cerca y la atrapó en sus brazos, rápidamente la ponen en su cama, y llaman a la doctora.
La doctora despierta a la madre Sultana, vomita al despertar.
Yo estoy a su cabecera preocupada.
Ella dirige su mirada hacia mí enseguida y susurra unas palabras muy suaves.

Ms: cómo pudiste hacerme eso?
Yo miro con cara de que no entiendo, ya que el sultán está presente y la madre Sultana aún no se da cuenta.

S: madre tranquilízate, la doctora dijo que necesitas reposo.
Ella al oír a su hijo pone su rostro más serio.
Ms: quiero dormír, déjenme sola.
Nosotros hacemos caso y nos vamos, la doctora dijo que ella estará bien solo necesita descanso ya que la noticia fue muy fuerte para ella.

Yo quedó muy preocupada ya que no se veía muy bien, pero el Sultán me dice que a ella le pasa cuando recibe emociones muy fuertes pero que ella estará bien.

La tarde llega y con ella la noche, hoy no puedo seguir evadiendo al Sultán hoy es nuestra noche de matrimonio y hoy tengo que ir a sus aposento, a cumplir mi deber de esposa, mis príncipes quedan dormidos, y ahora voy rumbo a mi destino.

Llegó y el sultán me recibe con una sonrisa, me toma en sus brazos y para que describirles la rutina que sucede cada vez que voy a sus aposentos, me duermo en su pecho, y así despertamos, me despierta su mirada profunda y el salto de mi hijo en la cama, los mando a llamar para que me despertaran, Mariam con sus lloriqueos, ya que tiene hambre, y mustafa saltando en la cama muy energético.

S: buenos días mi sol naciente, mi rayo de luna.
- buenos días mi Sultán, de, de... Mi corazón. Titubeó al decirlo, no lo sé, fue algo casi difícil expresar para mí.
Pero él no lo noto ya que mustafa me salto encima gritando ¡Mamá! Creo que eso me salvó.

Al levantarnos nos traen el desayuno y desayunamos como familia, pasamos todo el día con el sultán en sus aposentos, muy felices, hasta que me decido preguntar lo que moría preguntar.

- mi sultán, sabe algo de la madre Sultana?
Ms: a estado en cama desde ayer, parece que últimamente no había descansado bien y estaba más débil y solo necesita reposo.

Esa respuesta no me tranquilizó, así que le hago la invitación al Sultán para que vayamos a verla, el acepta y vamos a verla a sus aposentos.
Ella al verme aparta su rostro para no mirarme.

Ms: madre buenos días.
- buenos días madre. Hago reverencia.
Ms: buenos días. Dice con desgano.
S: madre como has estado?
Ms: mejor. Se limita a responder.
Estamos en silencio hasta que se nuevo interrumpe el sultán ese silencio incómodo.
S: y bueno Larissa tú eras la más interesada en ver a mi madre, las dejo para que hable, yo tengo que preocuparme de cosas del imperio.
El sultán besa la mano de su madre y se marcha dejándome sola con esa mujer que ahora tiene mis nervios a mil...

Mi Sultana. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora