𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 |Yᥲᥒdᥱrᥱ Hιsokᥲ, Yᥲᥒdᥱrᥱ Iᥣᥣᥙmι, Yᥲᥒdᥱrᥱ Chroᥣᥣo|

༻⎝░⎠༺ jᥙᥙ go ༻⎝░⎠༺

Ume Ikeda

Al bajar me encontré con Illumi, apenas pude verlo debido a la oscuridad del pasillo.

En cuanto me vio, se dio la vuelta y caminó todo derecho hasta llegar a una puerta. Sacó una llave y la metió en la cerradura sin ninguna complicación, lo cual me sorprendió, porque no tenía ni idea de cómo podía ver en la oscuridad.

La puerta hizo mucho ruido al abrirse, y detrás de esta había una sala que se veía muy limpia. Las paredes eran blancas, los sillones de color beige. Esa habitación era totalmente distinta a la parte de arriba.

El que me hayan traído a ese lugar me confundió aún más de lo que ya estaba en un principio.

—En serio, ¿por qué me trajeron a este lugar? Que sólo digas que fue para molestar a tu hermano no me convence. ¿Y qué pasó con mis tíos?

—Tu tía está muerta, tú misma lo viste —respondió Illumi.

Apreté los puños. Ya sabía la respuesta, pero aún mantenía la esperanza de que hubiera sobrevivido.

—¿Y mi tío? —volví a preguntar con más esperanza.

Mi tío era uno de los más poderosos usuarios de nen que existían. Entre ellos dos no pudieron acabar con él.

—Es cierto que sólo molestar a Killua no es el único objetivo —habló esta vez Hisoka, acercándose hasta estar peligrosamente cerca de mí.

Me sentí intimidada por su altura y su aura que decía "peligro". Inconscientemente me encogí, lo que lo hizo sonreír con malicia.

—Aunque hubiera deseado enfrentarme a él, tuvimos que evitarlo. Lo separamos de ustedes para encargarnos primero de su querida esposa y provocar su furia, en un principio también íbamos a matarte, pero luego Jonah cambió de opinión y nos pidió que te secuestráramos.

—A decir verdad fue mejor secuestrarte que matarte. —Se acercó esta vez Illumi—. De esa forma podemos atraer a Enoch Ikeda, usándote como cebo y rehén.

—¿Q-quieren matarlo? —No pude evitar temblar frente a la peligrosa presencia de ambos asesinos.

—La familia Ikeda es enemiga de la familia Zoldyck. Sin importar quién sea, si es un Ikeda, debe ser asesinado.

La forma tan fría en que me miró fue suficiente para romperme y hacer algo muy tonto e inútil: huir.

Corrí hacia la puerta de acero por la que entramos y traté de abrirla, pero esta no se movió ni un centímetro.

Escuché a Hisoka reír, pero no me importó, y cuando se me ocurrió la idea de usar mi nen para golpear la puerta, la voz de Illumi sobre mi oído me congeló.

—No puedes escapar. Te mantendremos aquí hasta haber acabado con Enoch, y luego seguirás tú.

Ni siquiera escuché cuando se acercó, no lo sentí moverse para nada.

«No te dejes intimidar. ¡Pelea! ¡No te entrenaron durante tantos años para que te congeles frente a un enemigo! ¡Haz algo, por Dios!», mi mente me gritaba con furia, queriendo obligar a mi cuerpo a resistir, pero cada uno de mis nervios temblaba. Sentí que si hacía algo en ese momento, no acabaría bien para mí.

Illumi tomó mi hombro, me alejó de la puerta y me condujo hacia una habitación.

Tan pronto estuvimos dentro, me empujó y cerró la puerta, dejando al menos que respire con libertad, pues no me había dado cuenta que estaba aguantando la respiración hasta que estuve sola.

❛ ━━━━━━･❪ ❁ ❫･━━━━━━ ❜

Narrador Omnisciente

Illumi se alejó de la puerta sin haberle puesto llave, pues no lo veía necesario. Luego regresó con Hisoka, que estaba buscando ingredientes para cocinar.

—Me sorprende que alguien venga hasta este remoto lugar para rellenar la despensa y demás cosas —dijo mientras bajaba una bolsa de arroz.

—A veces mis padres vienen aquí para distraerse.

—Me quedo con el cuarto que menos usan. Y cambiando el tema, ¿qué piensas hacer con ella? ¿Mantenerla encerrada hasta que venga su tío?

—Ese es el plan.

—Y cuando lo atrapes, quiero divertirme con ella. Cuando intentó atacarme allá arriba se me erizó todo el cuerpo. —Se abrazó temblando—. Ansío enfrentarme a ella en un duelo a muerte.

—No puedes matarla.

—¿Quieres hacerlo tú? —Volteó a verlo.

—Yo tampoco puedo. Mi padre dice que la necesita viva y que después me dirá porqué.

Illumi se hizo una coleta y buscó carne en el refrigerador.

—Que aburrido. —Rodó los ojos.

—Mi madre se veía un poco disgustada con el plan de mi padre, pero tampoco me dijo nada.

—¿No has intentado averiguarlo por tu cuenta?

—No me interesa. Si me lo terminarán diciendo más adelante, no me importa esperar.

Y luego de esa breve conversación, se pasaron el resto del tiempo hablando sobre la comida que iban a hacer.