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—Claro que me conoce. Él es mi hermano menor —respondió con simpleza.

Ume abrió los ojos lo más que pudo y lo miró.

—¿Killua? E-eso no es verdad.

Killua la miró con algo de culpa. Le había escondido su identidad y el hecho de que su familia fue la responsable de la muerte de la suya, por lo que él también se sentía responsable a pesar de no haberlos matado él mismo.

—Debí decírtelo antes, pero no quería que supieras que soy parte de la familia que te arruinó la vida. Lo siento por eso.

—¿Tú los ayudaste a matarlos? —preguntó, viéndolo con seriedad.

—N-no, pero aún así...

—Si no los mataste entonces no tienes que disculparte.

—Pero...

—Así es, Killua —habló Gon—. Tú no eres responsable de los crímenes de tu familia.

Ume se levantó con dificultad por el dolor en sus costillas.

—Ume, estás herida, no puedes seguir peleando —le dijo Gon.

—Pero quiero seguir. Si tú luchas contra él, puede llegar a matarte.

—Y a ti también. Nosotros tres no podemos contra Illumi —admitió Killua.

—Es bueno que sepas eso, Kill. —Sonrió Illumi—. Es cierto, aún no estás listo para pelear contra mí.

—Nuestra mejor opción es huir.

—No, no quiero volver a huir nunca.

—Es la única forma. ¿Quieres morir aquí?

—¡No, pero tampoco quiero huir!

—¡Ume, estás poniendo en riesgo tu vida y la nuestra!

—¡Entonces váyanse!

—¡Chicos! —gritó Gon al momento en que Illumi se lanzó sobre ellos.

—¡Mierda! —Killua gritó.

Illumi estaba a punto de golpear a Gon, que era el que estaba al frente, pero se detuvo en seco al sentir la presencia de alguien.

—No iba a matarlo, sólo quería apartarlo —le explicó a alguien que estaba parado en la entrada.

—Sólo quería asegurarme —respondió esa persona.

—Mierda —maldijo Killua—. Es Hisoka.

—¿Vas a intervenir? —preguntó Illumi.

—No. Puedes terminar lo que empezaste, yo sólo observaré todo y me aseguraré de que no hagas algo incorrecto.

En la distracción de los dos, Ume abandonó su orgullo y decidió huir con sus amigos. Los tomó de las muñecas y corrió con ellos hacia la ventana de la habitación, ya que la puerta estaba bloqueada por Hisoka. Gon, al ver lo que quería hacer, tomó su caña que estaba en la cama, y cuando atravesaron la ventana, se apresuró a buscar un lugar donde engancharla.

Terminaron bajando de poco a poco con la ayuda de la caña hasta que tocaron el suelo.

—Esa fue una rápida reacción. —Sonrió Killua.

—Aún no estamos a salvo —le respondió Ume.

Los dos asintieron y volvieron a correr. Ya después le explicarían todo a Wing.

Mientras, aún en el edificio, los dos hombres los observaban alejarse.

—¿No irás tras ellos? —preguntó con los brazos cruzados.

—No hay prisa. El que me contrató estaba más enfocado en los tíos que en ella, dijo que me tomara mi tiempo para capturarla.

—¿Capturarla? Creí que la quería muerta.

—Cambió de opinión. Dijo que la tendría como una esclava. Me pagó el doble para entregársela con vida.

—Se puede hacer lo que sea con dinero, incluso comprar la vida de las personas. —Soltó una risita.

—Bien, debo empezar a moverme. No tardaré en atraparla, pero quiero tomarme algo de tiempo para idear un plan que la separe de esos dos.

—Creo que iré contigo. —Se dio la vuelta para seguirlo—. Aún no confío en que puedas atraparla sin matar a alguien, y prefiero evitarlo. Te ayudaré.

—Como quieras. Eso me ayudaría a separarla sin tener que dañar mucho a Kill o a Gon.

Y así ambos comenzaron a movilizarse para atrapar a su presa.

●☆●☆●☆●☆●

—¿¡En serio estás bien!? ¿¡No quieres que vaya contigo!?

—No, estoy bien. Gon y Killua me salvaron. Y no te preocupes, no quiero interrumpirte en tu trabajo.

—¿Por qué te preocupas ahora por mi trabajo? No me importa si es por ti.

—Kurapika, tú tienes un objetivo que cumplir al igual que yo. No sería correcto que lo abandones sólo por mí.

—Ya te dije que eso no me importa. Iré a verte tan pronto como pueda.

—Kura...

—Iré —interrumpió—. Además... quiero verte.

Ume se sonrojó y quedó sin palabras ante ese comentario.

—¿Ume? ¿Sigues ahí?

—E-eh... s-sí, sigo aquí. —Se aclaró la garganta—. Y-yo también quiero verte, Kurapika.

El chico sonrió al otro lado de la línea.

—Entonces espérame. Iré por ti.

Ella asintió aunque él no pudiera verla.

—Te estaré esperando —dijo con una sonrisa boba en el rostro.

Después de decir eso, Kurapika soltó una risita y colgó.

Ume sostuvo el teléfono contra su pecho, sintiendo como su corazón latía con fuerza.

—¡Ume, ya vámonos! —gritó Killua logrando sacarla de su trance.

Ume se apresuró a ir con ellos para seguir avanzando.

Debían alejarse lo más posible de ese lugar, pues cerca de ahí se encontraba la casa de los Zoldyck, así que decidieron ir al aeropuerto y tomar el primer vuelo lejos de ahí.

—¿Qué te dijo Kurapika? —preguntó Gon.

—Dijo que iba a venir a vernos.

—¿No querrás decir que va a venir a verte? —Una sonrisa de gato apareció en el rostro de Killua.

—¡N-n-no es así! —respondió completamente roja.

—¿Hmm, de verdad?

—¡S-sí, de verdad!

Gon rió al ver lo nerviosa que ella se encontraba. Al menos no estaba asustada por lo que acababa de pasar, pero aún así no podían relajarse por completo, y eso él lo sabía muy bien.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 |Yᥲᥒdᥱrᥱ Hιsokᥲ, Yᥲᥒdᥱrᥱ Iᥣᥣᥙmι, Yᥲᥒdᥱrᥱ Chroᥣᥣo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora