༻⎝░⎠༺ shι/ყoᥒ ༻⎝░⎠༺

815 77 5
                                    

Ume Ikeda

Los chicos mantenían una plática amena y divertida, lo sabía porque se reían a carcajadas, pero no entendía sus palabras. Las escuchaba, pero estaba tan concentrada pensando que mi cerebro no las captaba con claridad.

Cuando alguien llamó mi nombre varias veces, salí de mi trance.

—¿Eh? ¿Perdón?

—¿Te sientes bien? Te ves muy pálida —dijo Gon con gesto preocupado.

—No lo sé. —Bajé la mirada—. Todo parece tan irreal que no sé cómo sentirme. —Sin quererlo, una lágrima bajó por mi mejilla—. Perdón, lo siento —dije mientras la limpiaba, pero detrás de esa venían otras más—. Lo lamento, no quiero incomodarlos con mi llanto.

—Está bien. —Kurapika tocó mi espalda y me sonrió—. Se ve que pasaste por un momento difícil así que puedes llorar todo lo que quieras.

—Sí, no es bueno guardarse el dolor —habló Leorio—. No te preocupes por nosotros sino por ti.

—¿Quieres un dulce? ¿Un helado? ¿Un pastel? —preguntó Gon.

—No, estoy bien.

—No estás bien —dijo Killua—. Vamos, Gon, hay que comprarle algo dulce.

—¡Sí! Enseguida regresamos.

—Siento causarles tantos problemas.

—Para nada —negó Leorio.

—Acabamos de conocernos, así que sería inapropiado preguntar lo que te pasó, pero al menos queremos hacerte sentir mejor.

—¿Por qué? Sólo soy una extraña para ustedes. ¿Por qué quieren ayudarme si no es asunto suyo?

—Porque no podíamos simplemente hacer la vista gorda e irnos. No podría dormir esta noche sabiendo que podrías estar sufriendo sola.

—Kurapika, Leorio, ustedes son muy buenas personas.

Leorio se rascó la cabeza y Kurapika sonrió.

—¡Ya regresamos! —gritó Gon—. ¡Mira, Ume, trajimos un montón de dulces! —Los puso sobre la mesa.

—¡E-es demasiado!

—¿De qué hablas? Aún hay más. —Se acercó Killua y también dejó los suyos.

—Gracias por esto, pero...

—Sin peros, mejor disfruta estos dulces con nosotros. —Kurapika me pasó una paleta.

—En verdad muchas...

—No agradezcas. —Me interrumpió Killua—. Ahora somos amigos así que no tenemos que agradecernos.

—¿A-amigos?

—¡Sí! Ya somos amigos —dijo Gon y los demás asintieron.

Amigos... Zenda...

Mis ojos se cristalizaron y volví a romper en llanto.

—¡Es tan... cruel lo que hicieron! ¡Ellos... Ellos... Ellos me lo quitaron todo!

—¿"Ellos"? ¿Quiénes? —Se acercó Gon.

—E-ellos...

—Tranquila, no tienes que contarnos si no quieres —dijo Kurapika.

—Pero quiero hacerlo. Quiero contarle esto a alguien.

—Respira. Cálmate. —Leorio trató de relajarme.

—L-lo siento.

—No importa. Tómate tu tiempo. —Kurapika me acarició la espalda.

Después de unos minutos tratando de regular mi respiración, por fin conseguí hablar.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 |Yᥲᥒdᥱrᥱ Hιsokᥲ, Yᥲᥒdᥱrᥱ Iᥣᥣᥙmι, Yᥲᥒdᥱrᥱ Chroᥣᥣo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora