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Al terminar de hablar, no esperó más y se adentró hasta el fondo en su cavidad.

—¡Ah, no!

Hisoka sonrió con un sonrojo y la mirada llena de lujuria y no esperó más para moverse, comenzando lento pero agresivo.

—¡Ugh! ¡Due... Duele! ¡Me duele!

El sonido de sus pieles chocando resonaba en la habitación, y juró que podría oírse incluso más allá de esas paredes, y ni hablar de los gritos y gemidos que ambos soltaban. Unos eran de dolor y otros de placer.

—¡Aah~ se siente tan bien! No pensé que lo disfrutaría tanto.

Hisoka enterró su rostro entre el cuello y hombro de Ume y besó su piel, llegando también a chupar y morder para hacerle una marca.

Se alejó de ella y dirigió su vista al lugar donde ambos estaban conectados. Puso su mano en su entrepierna y con su dedo pulgar comenzó a frotar su clítoris. Esa sensación hizo que Ume diera un salto y soltara un jadeo.

—¡Hmm! ¡E-eso se siente... raro! ¡Detente! ¡Yo...!

Movió su cabeza de lado a lado, arqueó la espalda y se retorció.

—¡Basta, Hisoka! ¡Déjame!

Se desesperó al no poder moverse y empezó a llorar. Sus lágrimas sólo lo hicieron emocionar más, y Hisoka embistió y frotó más rápido mientras soltaba ligeros gemidos.

Mientras tanto Illumi había terminado de hablar con su contratista y se dirigió hasta su piso. Una vez que el ascensor llegó y él usó una tarjeta para abrir la puerta, escuchó un grito.

Sacó sus agujas, pensando que alguien se había infiltrado a su piso o que Hisoka no se había aguantado y estaba peleando con Ume.

—¡Detente!

Subió las escaleras con rapidez al escuchar gritar a Ume. Abrió la puerta del cuarto de Hisoka, entró sin molestarse en preguntar primero y se topó con una escena desagradable.

En cuanto Hisoka notó la presencia de Illumi, sonrió y giró un poco su cabeza para verlo.

—Bienvenido. No esperaba que llegaras tan rápido.

Al escuchar a Hisoka hablar, Ume abrió los ojos y se encontró con Illumi viéndola fijamente. Eso la hizo temblar.

—Quítate de encima —ordenó Illumi.

—No te preocupes, estoy usando condón. No planeo entrometerme con tu plan del heredero.

—¿En verdad es así?

—Vaya, Illumi. De verdad no esperaba que ella te pudiera llegar a importar. —Sonrió, analizando la expresión de Illumi—. ¿Acaso esta mujer llegó a conquistarte?

—Tonterías.

Se acercó a la cama, por lo que Hisoka tuvo que apartarse de Ume, y tan pronto la liberó de su Bungee Gum, ella se sentó, abrazando sus rodillas a su pecho.

—I... Illumi...

Se inclinó sobre ella y la atrajo hacia él para cargarla.

—Aunque no me guste la idea, ella es una Zoldyck, y ahora mismo podría estar cargando con mi hijo.

Un peso más se asentó en el pecho de Ume. Odiaba la idea de estar embarazada de él, no quería ni imaginarlo, y que él se refiriera a ella como una Zoldyck la hacía retorcerse de la rabia.

—No vuelvas a tocarla hasta que nazca mi hijo.

—OK. —Hisoka cerró sus ojos con una sonrisa traviesa y soltó un suspiro.

Illumi salió de la habitación de Hisoka y se dirigió hasta la suya. Una vez dentro, dejó a Ume sobre la cama e intentó tocar su vientre, pero ella le apartó la mano de un golpe.

—No quiero que me toques.

—No te voy a hacer nada, sólo quiero revisarte.

—¡No! ¡Apártate! —Lo empujó y se cubrió lo más que pudo con las almohadas de la cama.

—Ume... —Frunció el ceño, dejando ver que se estaba molestando.

—Por favor, n-no me toques —pidió mientras temblaba y soltaba pequeños sollozos.

Enterró las uñas en sus piernas hasta que empezó a brotarle sangre. Al ver su estado emocional decidió que, casi como un primer buen acto hacia ella, dejarla sola y salir de la habitación, una vez afuera se encontró con Hisoka ya vestido y recargado en una pared cerca de la puerta.

—Se suponía que ibas a esperar —dijo Illumi.

—Nunca prometí hacerlo. No puedes culparme, se ve muy linda estando tan desesperada. ¿Viste su rostro? Se nota que lo estaba disfrutando. ¿Alguna vez la escuchaste hacer esos ruidos o poner esa cara?

—¿Eso tiene alguna importancia? Yo sólo lo hago por órdenes de mi padre, no porque quiera.

—Entonces es un no. —Sonrió con burla, provocando que Illumi frunciera el ceño—. Es tu esposa, deberías hacer que se sienta bien.

—¿Ahora te preocupas por ella? —cuestionó cruzándose de brazos y arqueando una ceja.

—Su salud mental es importante. Si su cerebro se deteriora, se volverá aburrida. No quiero perder a uno de mis juguetes. Y no es de mi incumbencia, pero la depresión podría afectar a ese futuro Zoldyck que tanto desean.

—¿Cómo es que sabes del embarazo?

—Investigué para comprobar que eso no la hiciera más débil. Si la hubiera afectado de ese modo, entonces no te habría ayudado.

—"Depresión", si se merece el apellido Zoldyck, entonces no será problema para ella.

—Estás muy acostumbrado a tu familia que no sabes lidiar con las emociones de personas más normales. Ella es más frágil, si quieres que sea como tú, debes forjarla tú mismo.

—Que molestia —masculló—. No creí que tener una esposa fuera tan problemático.

—Si ya no la quieres entonces yo podría librarte de esa carga. —Sonrió.

—Ya conoces la respuesta.

—Claro, claro. Tendré que esperar hasta que tengas a tu querido hijo. —Suspiró—. Esos nueve meses le quitarán tiempo valioso para madurar.

—Después de que tengamos al niño, si ella ya no sirve para mi familia, entonces puedes quedarte con ella.

Hisoka sonrió e Illumi se dio la vuelta para bajar a la cocina y hacerse algo de comer.

Hisoka miró hacia la puerta de Ume y se lamió los labios al oír sollozos ahogados.

—Aah~ esto no es bueno, no creo ser capaz de aguantar nueve meses.

Se dio la vuelta para entrar a su propia habitación con una mirada de extasis. Una vez dentro, se bajó los pantalones y comenzó a acariciarse a sí mismo.

𝐁𝐚𝐝 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐧𝐜𝐞 |Yᥲᥒdᥱrᥱ Hιsokᥲ, Yᥲᥒdᥱrᥱ Iᥣᥣᥙmι, Yᥲᥒdᥱrᥱ Chroᥣᥣo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora