Por mirarte a ti

1.7K 78 2
                                    

Franco encendió el motor de su moto, debía recoger a Gaby en casa de su ex mujer, y ya iba tarde, por lo que decidió ir a mayor velocidad de la que acostumbraba.

Sabía que a su ex esposa, Sara Elizondo, no le gustaba su medio de transporte, pero a Franco lo único que le importaba era ver a su hija feliz, y a Gaby le encantaba que su papá manejase una moto.

Además, amaba la sensación, el viento chocando contra él, la adrenalina que liberaba al conducir, era simplemente mágico para Franco.

Nada superaba un buen caballo, era un hombre de campo y eso jamas cambiara, pero si le gustaba dejar descansar el caballo un poco y utilizar la moto de vez en cuando, más cuando se trataba de Gaby

Sara Elizondo estaba junto a su capataz, Gonzalo, terminando de arreglar unos caballos para ir a dar una vuelta por los alrededores, cuando vio a su ex esposo acercarse con aquella maldita moto

-A don Franco le encanta usar esa moto, ¿verdad Señora?- preguntó Gonzalo con una sonrisa-

-No entiendo la bendita manía que tiene con esa cosa, ¡ya le he dicho que no me agrada!

Gonzalo río ante la molestia de su patrona, Gonzalo sabía que esos dos tenían problemas, pero había trabajado con ellos durante años, sabía que esos dos se amaban con locura y había visto lo duro que fue para Sara la partida de Franco, él no tenía dudas de que sus patrones finalmente terminarían juntos.

-Gonzalo, adelantate, ¿si? voy a ver qué quiere ese pesado

Gonzalo asintió y se llevó a los caballos con ayuda de otro vaquero

Franco estaba a punto de llegar hacia donde Sara, se quedó embobado viéndola, lucía preciosa.

Franco estaba tan embobado, que perdió el control de la moto, cayendo y dándose un golpe en la cabeza

-¡Franco! -grito Sara corriendo hacia él- ¿Estás bien?- Sara se arrodillo al lado de su ex para ver que no fuese nada grave-

-Si... si estoy bien

-¿Puedes ponerte de pie?

Franco asintió y con dificultad se puso de pie, con ayuda de Sara, no había sido nada grave, pero si tenia varios raspones, principalmente en el brazo y la cabeza

-Vamos adentro, voy a curarte- Dijo Sara-

Franco no dijo nada, simplemente caminó hacia dentro de la casa con ayuda de Sara, llegaron hasta la sala, y Sara lo ayudó a sentarse

-Quédate quieto, voy por el botiquín- Dijo Sara con mala cara-

Sara se retiró, y Franco miró a su alrededor, no solía entrar a la casa, Sara siempre lo atendía desde afuera.

Extrañaba con locura vivir con ella, extrañaba estar con Sarita y sus hijos todo el tiempo

Ya habían pasado más de seis meses desde su regreso, y Sara no se dignaba a perdonarlo.

A pesar de que Sara no quisiese verlo ni en pintura, él venía regularmente a visitar a Andres y Gaby, no solo para ver a sus hijos, sino para poder ver a Sara aunque sea unos minutos.

-A ver, creo que tengo todo- Dijo Sara bajando las escaleras y acercándose a él-

Sara se sentó a su lado, y colocó el botiquín en la mesa de café.

Comenzó a preparar el algodón con alcohol, agarro la cara de Franco con una de sus manos y la volteo hacia ella

Aun con heridas, se veía precioso, Sara y él estaban a pocos centímetros uno del otro.

Sarita comenzó a pasar al algodón por un raspón en su barbilla

-¡Ay!- se quejó franco al sentir el roce del algodón contra la herida-

–No seas niñita- lo regaño Sara-

–Sabes que no me gustan esas cosas

–Pues lo hubieses pensado mejor antes de subirte a esa moto, gran bobo

–¿Te molesta?

–Si, sabes que no me gustan esas cosas, y encima tú vienes a accidentarte, ¿que demonios viniste a hacer aquí?- preguntó mientras cambiaba de algodón

-Vine a buscar a Gaby para dar un paseo

Sara dejó de curarlo y lo miró con cara de pocos amigos

-No vas a subir a mi hija en esa cosa

-A tu hija le gusta

-¡No voy a permitir que la expongas!

-Ay ya, Sara solo fue un accidente

Franco manejaba muy bien, pero no iba a admitir que aquello había sucedido porque él no podía dejar de mirarla

Sara negó con la cabeza, se arrodilló sobre el sofá para poder quedar un poco más alta que Franco, y se acercó un poco mas a el para curarle una herida encima de la ceja

Sarita y Franco estaban a pocos milímetro el uno del otro, mientras pasaba el algodón por la herida, Sara no pudo evitar oler el aroma tan característico de su ex, ese aroma que la volvía loca.

Tampoco pudo evitar mirar sus labios, esos labios que no probaba hace más de tres años.

Sara no pudo evitar morderse el labio, cerró los ojos, intentando reprimir las ganas que tenía de besarlo.

Franco ya no sabía cómo controlarse, tener los labios de Sara junto a sus ojos no ayudaba para nada.

Sarita se separó un poco para darse la vuelta y agarrar otro algodón, pero se resbaló y Franco la tomó por la cintura.

Sara se mordió el labio nuevamente al sentir las manos de su hombre agarrarla, estaban nuevamente a pocos centímetros el uno del otro, Sara ya no podia aguantar mas

Tomó la cara de Franco entre sus manos y lo besó, con pasión, anhelo.

Franco la atrajo hacia él, quedando Sara encima suyo, sostuvo a Sarita de la cintura mientras ella seguía agarrandolo de las mejillas

Sara entreabrió un poco la boca, permitiéndole a Franco ingresar con su lengua, ambos se devoraban como si no hubiesen comido en días

Luego de un momento, se separaron por falta de aire.

Sara junto su frente junto a la de Franco, ambos intentando recuperar el aliento.

-¿Quieres saber porque me caí de la moto?- pregunto Franco mientras ambos sonreían-

-Dime

-Estaba embobado viendo lo hermosa que eres

Sarita río antes de volver a besar a Franco

Sarita y Franco {Imagines|One shots PDG2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora