¿Yo te adoro? (+18)

2.4K 89 6
                                    


Franco Reyes colocó su maleta en el suelo de la sala y suspiró, después de un viaje de cuatro días, por fin estaba nuevamente en casa.

Franco se extrañó al no oír gritos de sus hijos, o regaños de su esposa hacia ellos, la casa estaba en completa paz.

El menor de los Reyes río al mirar por uno de los ventanales, en el patio de la casa estaban sus hijos jugando con sus bicicletas, mientras que Sara los miraba sentada en la banca que tenían allí.

Franco se acercó a su esposa sin hacer ruido, desde lejos podía escuchar la característica risa de Sarita, aquella risa que era música para sus oídos y lo volvía loco.

-¿Este asiento está ocupado? –Preguntó el causando que Sara se sobresaltase-

Sara sonrió al ver a su esposo nuevamente en casa, a pesar de que estuvo muy ocupada en la hacienda y con los niños, había extrañado a su marido con locura.

-¿Cómo se han portado esos dos diablos? –preguntó Franco tomando asiento junto a ella-

Ambos miraron hacia donde sus hijos jugaban, últimamente se la pasaban subidos en sus bicicletas y no hacían más que correr carreras, hoy no era la excepción.

Andrés tenía más experiencia andando en bici, pero Gaby era una competidora de primera, y le hacía fuerte competencia a su hermano mayor.

-Gaby ha ganado las últimas cinco carreras –le informó Sara riendo- y tu hijo no está aceptando la derrota

Franco observó a su hijo mayor, de nueve años, -que estaba retando a su hermana de cinco a una nueva carrera- Franco sabía que Andrés no era para nada competitivo, lo había descubierto hace unas semanas cuando observó a Andrés dejar ganar a Gaby.

-¿Por qué sigues retando a tu hermana si la dejas ganar? –Le había preguntado Franco-

-Me gusta verla sonreír cuando gana, papá, y sonríe mucho más cuando cree que me enojo por haber perdido –le respondió su primogénito-

-Se han portado bien –Le aseguró Sara respondiendo a su pregunta inicial- Andrés ha sacado buena nota en el examen, y Gaby no ha dado mayores problemas en la escuela

-¿Mayores? ¿Qué hizo ahora?

Sarita río, ambos sabían que era imposible que la más pequeña del clan Reyes Elizondo terminara la semana sin hacer al menos una travesura en la escuela.

-Se ha vuelto a pelear con ese niño con el cual le encanta molestarse –Le comentó Sara rodando los ojos-

-¿Otra vez?

-Parece que a ambos les encanta pelear diario

-No me sorprendería que a nuestra hija le guste ese niño-río Franco-

-¿Gustar? –Preguntó Sara confundida- pero si se detestan

-Eso puede cambiar de un momento a otro

-No lo creo- Dijo Sara haciendo una mueca- no solo no se caen bien, se odian, Franco

-El odio se puede transformar en amor en un segundo, O sea, tú me odiabas, a mí –le recordó- y ahora mira, me adoras

-¿Yo te adoro? –Preguntó ella-

-Si –respondió el con seguridad-

-¿Si? –Volvió a preguntar ella jugando con el borde de su camisa-

-Si –Aseguró nuevamente Franco con un tono más ofendido-

Sara hizo una pequeña mueca no muy convencida mientras seguía jugando con el borde de su camisa, Franco no pudo evitar dirigir su mirada allí, al escote de su mujer.

Sarita y Franco {Imagines|One shots PDG2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora