Las camisas marrones- Parte II (+18)

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-Ah, no, tu no vas a ningún lado- sentenció Franco agarrándola del brazo y arrastrándola hacia el probador otra vez

Sara rio, hasta que vio la cara de su esposo y vio que hablaba en serio

-Franco, no.

-Tu empezaste, ahora lo terminas- Franco volvió a aprisionarla contra la pared-

-Están Jimena y Gaby

-Están arriba, sabes que no bajaran pronto

Sara se mordió el labio intentando pensar otra excusa.

No encontró ninguna.

Miró a su esposo a los ojos, eran puro deseo

-Nos van a escuchar- le advirtió Sara-

-Si te quedas callada- Franco deslizó una de sus manos dentro del pantalón de Sarita, acariciando su parte baja por encima de la ropa interior, mientras que con la otra le tapaba la boca- No escucharan nada- le dijo al oído-

Franco la soltó, para que decidiera, no iba a presionarla a nada, pero sabía muy bien que Sara no se podría resistir.

Y no se equivocó, Sarita agarro su cara entre sus manos y lo beso apasionadamente

-Me voy a arrepentir de esto luego- Dijo sacándole la camisa a su esposo- pero tampoco aguanto

-Yo no voy a arrepentirme en lo que me quede de vida- aseguró Franco desabrochando la camisa de Sarita

Franco desabotonó uno a uno los botones de la camisa de su esposa mientras la miraba a los ojos, no sabría decir cuál de los dos estaba más ansioso, ambos se miraban con puro deseo.

De pronto, el probador parecía estar ubicado en el infierno, porque ambos comenzaron a sentir muchísimo calor, no sabría decir si era el deseo, o el morbo de estar allí, en un lugar público.

Franco volvió a aprisionar a Sara contra la pared, con ambas manos desabrocho sus jeans, mientras que Sara hacia lo mismo con los de el

-¿Segura?

-Sí, maldita sea, hazlo antes de que vuelva a entrar en mis casillas

Franco soltó una pequeña risa, y bajó los pantalones de Sarita, con su mano derecha le tapó la boca, mientras que la izquierda se deslizó dentro de su ropa interior.

Sara le dijo con la mirada que parase, pero ambos sabían que en el fondo no querían hacerlo, solo que Sara tenía miedo de no poder aguantar si Franco hacia lo que estaba a punto de hacer

Franco acarició la feminidad de Sara con sus dedos, y ella cerro los ojos intentando no gritar, el simple roce de los dedos de Franco contra su parte sensible, la llevaba al cielo.

-No grites, amor- le susurró al oído-

Lo siguiente que sintió Sara, fueron los dedos de Franco dentro de ella, moviéndose dentro y fuera lentamente, tomando velocidad de a poco

Sara no sabía qué hacer para reprimir sus gemidos, Franco sabía muy bien lo que hacía, sabía que aquella era su debilidad y le encantaba usarla contra ella.

Franco la llenó con sus dedos haciendo que Sarita se retuerza de placer contra la pared, llevándola al clímax, sin dejarla llegar completamente, porque cuando sintió que Sara estaba al borde, detuvo sus movimientos de repente

-¿¡Quién te crees que eres para dejarme así!?- le reclamo Sara-

-Así te vas a quedar hasta que lleguemos a casa- se burló el-

-Ni de coña, Franco. Te desvistes y terminas el trabajo ahora mismo

-No

Sara lo miró desafiante, y esta vez fue ella quien aprisionó a Franco contra la pared, acariciando la creciente erección de su esposo por encima del pantalón

-¿Estás seguro que quieres esperar a llegar a casa?

-Sara, suéltame

-¿Eso es lo que quieres? ¿En serio?

Franco negó con la cabeza, Sarita lo soltó, y en menos de un minuto Franco hizo desaparecer su ropa, quedando como dios lo trajo al mundo, mientras que Sara seguía en ropa interior, y con la camisa completamente desabrochada-

-Esto me parece injusto

-Ya, hazlo rápido- Dijo Sara-

Franco cambio posiciones, quedando nuevamente ella contra la pared, atrapo los labios de Sara en un beso apasionado, necesitado, lleno de deseo y morbo.

Franco acarició los muslos de su mujer, y subiendo una de las piernas de Sara, hizo a un costado la ropa interior de Sarita, para a continuación introducirse en ella mientras seguía tapándole la boca con la suya propia.

Franco comenzó a moverse lentamente, pero tomo velocidad rápidamente.

Se separaron del beso a falta de aire, pero Franco inmediatamente tapo la boca de su esposa con su mano.

El sabia a la perfección que a Sara se le daba pésimo reprimir gemidos, y no podía arriesgarse a que su hija o su cuñada los escuchasen.

Sara y Franco se miraban directamente a los ojos mientras él seguía entrando y saliendo de ella, cada vez con más rapidez.

Sara ya no pudo sostenerle más la mirada a Franco, cerró los ojos inmersa en el placer que su marido le estaba proporcionando.

Franco siguió moviéndose, cada vez más rápido, hasta que sintió que Sara estaba a punto de llegar, él estaba igual de cerca que ella, así que quitó su mano y volvió a colocar su boca sobre la de Sara.

Su esposa colocó sus manos detrás de su cabeza, atrayéndolo hacia ella mientras Franco seguía embistiéndola con rapidez

Luego de unos segundos, ambos llegaron al clímax, y ahogaron sus gemidos en aquel beso.

Separaron sus bocas, y se quedaron allí en esa misma posición, con Franco aun dentro de ella, intentando recuperar el aliento

-No puedo creer lo que acabamos de hacer- Dijo Sara mordiéndose el labio mientras reía-

-¿Me vas a decir que no te gustó?- Preguntó Franco levantando una ceja

-Me encantó, mi amor, pero vístete que nos van a descubrir- Le aseguró Sarita mientras le arrojaba su camisa- 

Sarita y Franco {Imagines|One shots PDG2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora