CAPITULO 39

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Zafiro

-Pues entonces lamento decirte que su humor va a empeorar - Volví a sonreír y le señalé con la mano para que tomara asiento- Porque yo tengo una noticia grande como una bomba-

Saqué mi celular y le mostré una foto del italiano, apenas la vio se tensó y su rostro se oscureció.

- ¿Qué quieres con él? No te pongas en una posición que no puedes manejar - Su voz ya no era amable ni con humor, por primera vez conocía al mafioso que había en él, no pude evitar ver a Delmon por un segundo-

-Tarde, el me encontró primero y se llevó a dos personas valiosas para mi- Su mirada era igual a la de su hermano cuando se enojaba- Tengo que ver a tu hermano-

- ¿Qué?, te tiras por un acantilado para abandonarlo y ahora quieres que te lleve con el - Saque la foto de Martin y la puse frente de el- No entiendo nada- Miro la foto más detenidamente - Mierda él va a matarte-

-Es su hijo y tu sobrino- Su mirada perpleja primero callo en mí y luego en la foto- Ese italiano se lo llevo a él y a Ana hace dos días, estoy desesperada-

-¡¡Mierda Zafiro, sabes quién es ese mal nacido!! Daemon va a enloquecer más de lo que esta ¿Y quién es Ana? -

Le esplique todo lo que había sucedido, el no recordaba a Ana. Después de un rato hablando solo se levantó y se tomó de la cabeza.

-Esto está mal, muy mal - Quedo unos segundos pensando - Vamos, te llevare con él y que sea lo que dios quiera-

No me moví, mire a Diana que me dio una sonrisa torcida y hablo.

-Antes de llegar a él tienes que sacar a la mayor seguridad posible, si la cosa se pone fea tendremos que salir rápido - Hablo Diana-

-Estas de broma mi hermano no ha dejado de buscarla por cuatro años cuando la tenga a la mano no la dejara escapar-

-Que se valla al diablo - Mi amiga estaba empezando a perder los estribos- Buscaremos otra manera Zafi- Me miro con preocupación-

-Sabemos que no hay otra manera, lo sabes y lo sé. No puedo dejar a mi bebe en sus manos- Ella bufo con resinación-

La casa donde se hospedaba el lobo no estaba tan lejos del casino, entramos por unos portones y estaciono en frente de la casa. Por suerte el auto tenía vidrios paralizados y nadie podía ver dentro de él. Vladimir salió y hablo con los guardias que poco después se retiraron. Luego nos hizo señal para que saliéramos, Diana tomo mi mano y me dio un apretón para darme el coraje suficiente. Respire hondo para calmarme apenas llegamos a unas puertas de madera, sabía que estaba dentro.

-Espérenme aquí - Dijo Vladimir mientras entraba sin cerrar la puerta-

-Hermano- El lobo solo contesto con un gruñido y luego hablo, mi corazón palpitaba a mil, amagué a salir corriendo, pero pensé en Martín-

- ¿Que mierda quieres? Estoy ocupado- Mire a Diana nerviosa-

-Alguien necesita hablar contigo y es urgente- suspiro - Escucha solo mantén la calma y no hagas ninguna locura por tu bien -

- ¿De quién mierda estás hablando? - Me mordí el labio y me repetí mentalmente que esto era por Martín. Vladimir volvió a la puerta-

- Se amable- Me dijo y me señalo con la mano que entrara- Estaremos afuera-escuche las maldiciones de mi amiga. La puerta se cerró detrás de mí y camine al escritorio -

Su mirada me escaneo, esa mirada fría parecía más pesada que años atrás, detuve mis pasos apenas se levantó. Me maree por un segundo cuando vi que se acercaba a mí y por instinto quise escapar, pero mi cuerpo no racionaba, comencé a respirar más rápido creí que me desmallaría.

No espere su próximo movimiento, al llegar frente a mí me tomo del cuello sin brusquedad me miraba como si no pudiera creer que yo fuera la persona que veía y me beso. Un beso con necesidad y pación. Duro poco ya que lo sentí tensarse, el agarre en mi cuello aumento y fui estampada a la pared con fiereza. Un gemido salió de mi garganta, mis pies dejaron de tocar el suelo y el aire dejo de llegar a mis pulmones. Maldita bienvenida.

- ¿Has dejado de jugar conmigo? ¿Quieres volverme loco? - Golpee sus brazos intentando que me soltara-

Cuando pensé que era mi final me soltó y me deslicé por la pared tomándome el cuello y tratando de volver a respirar. Por lo visto seguía tan bipolar como antes o aún más.

-Un gusto volver a verte Delmon- Dije mientras el me miraba desde arriba-

-Tienes una puta idea de lo que he pasado buscándote- Me levanta con brusquedad- Una mínima idea lo que sentí cuando saltaste - Devoro mi boca otra vez, bipolar al extremo-

Esta vez enrede mis brazos en su cuello atrayéndolo a mí y lo bese con más intensidad, no pude evitar gemir en sus labios, si lo sé una masoquista. Ese fue el problema desde el principio él y yo solo nos comunicamos así, pero esto debía cambiar -

-Y tú tienes una puta idea de cómo me hacías sentir cada vez que me forzabas a hacer algo- Dije separándome de su boca, pero no de sus brazos- Cada vez que me imponías tus decisiones, ante todo. Nunca te importo un carajo de cómo me sentía, solo pensabas en ti. -

-Te esconderé la cueva más profunda para que no puedas volver a escapar de mi- Y ahí vamos de nuevo-

- No lo harás a menos que quieras que desaparezca para siempre de tu vida y sabes que puedo hacerlo- Su mirada me penetro-

- No juegues conmigo diabla-

-No tú serás quien ya no jugara conmigo, si quieres que me quede a tu lado-

Lo separe de mi un poco y deje un pico en sus labios, el cerro los ojos. Le acaricié el rostro y el parecía disfrutarlo, estaba domando a la bestia, por ahora-

-Necesito que me escuches, por favor por primera vez en tu vida, solo escúchame- Dije voz suave, el abrió los ojos que ya no mostraban enojo-

-Habla - dijo con voz calmada -

-Siéntate por favor- Suspiro y tomo mi mano llevándome a unos sillones de cuero, pensaba sentarme frente a él, pero no me soltó y termine en sus piernas-

-No te soltare- Rodé los ojos, saque la foto de Martín y se la entregue. Aproveche que su mirada se distrajo en la foto tratando de entender y me levante de sus piernas. Me senté frente a él esperando que digiera algo-

- ¿Que significa esto? - "otra vez esa cara de voy a matar a todo el mundo"

-Es tu hijo - Su cara se transformó- Mierda-

MI DIABLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora