CAPITULO 22

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Zafiro

Después de escuchar la noticia del homicidio de mi suegro no podía decir una simple palabra, entiendo que sea un asesino, lo entendía, pero en necesario ser tan morboso para matar a una persona de esa manera, los recuerdos de mi entrenamiento en las fuerzas especiales se avivaban en mí. Recuerdo perfectamente que el famoso Lobo Ruso siempre se destacaba por sus crueles y macabros asesinatos, todos los profesores que nos impartían la psicología de este tipo de delincuentes lo categorizaban como psicópatas o asesino en serie, la voz de mi profesor llego a mi mente

-Por norma general no tiende a saber ponerse en el lugar de su víctima, careciendo en su mayoría de empatía. ... Muchos asesinos en serie tienen una capacidad elevada de manipulación y seducción, empleando dichas habilidades en conseguir acercarse a sus víctimas con facilidad y sin excesiva resistencia- Esas fueron sus palabras, pero no concordaba a como se comportaba el lobo-

Entonces si no era ese tipo de hombre por qué razón les hacía esas cosas a sus víctimas, no podía leerlo y eso me mantenía muy inquieta.

-Desde aquí puedo ver el humo que sale de tu cabecita de tanto pensar - Me dice mirándome fijamente- ¿Por qué no me preguntas lo que quieres saber? - Me da la vuelta ya que estaba acostada de espaldas a él y me deja frente a frente, su mano a acaricia mis caderas con suavidad.

- ¿Por qué asesinas de manera tan ...- Temí por un momento seguir preguntando-

-Tan brutal, mormosa o tal vez quieras decir repulsiva - Parecía no haber enojo en sus palabras así que solo acote en mover mi cabeza positivamente- Es una forma de mandar un mensaje que me caracteriza, por ejemplo, las Fuerzas Especiales, la CIA y el FBI ya saben que el Lobo Ruso lo asesino. Es mi marca personal-

-Así que de esa manera provocas miedo en tus enemigos- Su mano baja a mi trasero y comienza a masajearlo -

- No solo miedo también respecto y hablando de respecto te tengo unos regalos- Temo que pueda ser si primero habla de respecto-

-Me sacaras esta maldita bomba de mi tobillo- Él se ríe-

-Claro que no, tengo algo muy especial para ti-Se levanta de la cama y se viste-Duerme un rato más mientras yo hago los preparativos - Un mal sabor se instala en la boca de mi estómago, sea cual sea la sorpresa no me va a gustar lo podría sentir en todo mi cuerpo-

Mi cabeza no podía dejar de trabajar a un ritmo espeluznante, tanto así que ya comenzaba a doler. ¿Como podía escapar de este hombre? ¿Qué iba a ser de mi en sus manos? Todos estamos de acuerdo que no era un hombre común, yo tampoco lo era, pero no a su extremo. Me había decidido a seguirle el juego, pero ¿Y si no podía? Pero en mi naturaleza no estaba eso que el esperaba de mí, suspire. Yo jamás sería una sumisa porque estaba claro que él era un dominante.

Un par de horas pasaron y el lobo no daba señales de vida, mi cuerpo se sentía agotado y mi mente no dejaba de pensar en estrategias de fuga , pero estaba lo suficientemente consciente como para saber que no podría poner ninguna en práctica en mi estado, además aun no tenía conocimiento del lugar exacto donde me encontraba, así que le seguiría la corriente mientras esto pasaba .

La puerta de la habitación fue abierta y el antes nombrado entró con algunas bolsas de compras en las manos, mi mirada recorre al hombre con sospecha latente, no confiaba en él y eso provocaba que me pusiera en guardia al instante.

-Por lo que veo no has descansado nada- Se sienta en la cama poniendo las bolsas delante de mí-

-Es difícil dormir sabiendo que tengo una bomba en el tobillo- El coloca un dedo debajo de mi barbilla y acercó su rostro al mío-

- Es una medida de seguridad, cuando estés lista para aceptarme te la quitare- Su voz era varonil, pero tenía un sutil tono de amenaza que lograba ponerme los bellos de punta solo pude asentir con la cabeza - Te traje ropa- Se bajó de la cama y la rodeo - Te ayudare a vestirte -

De la bolsa sacó un vestido blanco corto con pequeñas flores bordadas en los tirantes, ropa interior del mismo color con encaje y unas sandalias doradas. Me ayuda a vestirme y aunque no es mi estilo lucir como una barbie no digo nada.

-Hermosa - Me susurra en el oído por detrás -Pareces un ángel- Pero yo soy todo lo contrario o tal vez comparada a él lo sea- Vamos a bajar necesitas un poco de sol aun estas muy pálida-

Me sujeta de las caderas para ayudarme a caminar, salimos de la habitación y nos encontramos con un pasillo muy iluminado que terminaba en una escalera, con cuidado me sujeto para ayudarme a bajar al llegar al final una voz femenina atrajo mi atención

-Así que tú eres la zorra que logró atrapar a mi querido hermano - Una bella mujer con sonrisa falsa y mirada de desprecio se posiciono frente a mí y mi acompañante tenso su cuerpo-

- Verónica - La advertencia en su voz era evidente-

-Ella no tiene lengua - La tal Verónica lo ignoro e insistió con la mirada a mi persona, pero preferí mantenerme callada y evitar ser yo que le arrancara la lengua a ella por llamarme zorra- Ya veo- Dijo con burla-

-Si no te desapareces de mi vista por tu voluntad yo mismo me encargare- Ella levanta las manos en señal de rendición y se marcha riendo- Lo siento mi hermana puede ser un poco irritable- Parece que el mal viene de familia, pensé-

Vladimir entraba por la misma puerta que salió la loca y al verme me sonrió sinceramente yo solo respondí con una mueca, aunque no me caía del todo mal era el enemigo y eso lo tenía claro.

-Me alegro verte viva Zafiro- Dejo de mirarme y miro a Delmon- Todo está listo, como pediste - El lobo asintió y Vladimir se retiró. Algo me olía muy mal y mi instinto nunca se equivocaba.

Salimos de la casa una hermosa vista de la playa nos recibió, realmente estábamos en las islas canarias reconocía la isla ya que cuando mis padres vivían vacacionamos aquí algunas veces. El lobo me llevo detrás de la enorme casa otro edificio se hallaba ahí escondido entre maleza y arboledas. Mi inquietud se intensificó al entrar a un pasillo que me recordó a mi estadía en Rusia ya que los calabozos eran iguales en los que me tuvieron los primeros días del secuestro, el olor a sangre era palpable. Recorrimos el pasillo hasta el final, llegando a una sala completamente diferente ... no podía creerlo, pero su voz me golpea trayendo me a la realidad ...

-Zafiro....

MI DIABLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora