CAPITULO 44

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Zafiro

En pocas horas estaría con mi hijo, mientras tanto me encontraba vistiéndome para terminar con esto de una vez. El lobo ya se encontraba en la cena de calidad en el centro de Madrid, mientras Diana estaba sitiada en una habitación de un edificio del frente, preparando todo para el fingido atentado, Stefan dentro del edificio con Vladimir poniendo dispositivos explosivos. No queríamos lastimar a nadie, pero debíamos hacer ruido para llamar la atención del Don.

Cuando llegue entre por la puerta trasero con meseros y algún que otros empleados, tome una bandeja y comencé a mezclarme con la gente. Visualice a Stefan detrás de la barra y al lobo en una mesa con algunas señoritas, fue imposible disimular mi mal estar en especial cuando una de ellas paso su mano por su brazo como si estuviera acariciándolo, me la imagine sobre una mesa y yo arrancándole las uñas con una pinza muy lenta y dolorosamente, maldita rubia teñida me encargaría de ella después.

Tenía que usar todo mi contentamiento, esta misión no podía salir mal, la vida de mi hijo estaba en juego.

Seguí moviéndome, pero era imposible dejar de ver a ese maldito lobo, me estaba conteniendo hasta que el coloco su mano en el muslo de la rubia y sin darme cuenta comencé a avanzar hacia él y hasta que el grito en el auricular me detuvo.

-Para diabla, recuerda que lo mataremos de mentira - La voz de mi amiga resonó en mi oído- Debes calmarte, respira y luego yo misma te ayudaré a castrarlo tienes mi palabra-

- Yo colaboro – La voz suave de Stefan también se escuchó por el aparato-

Me di la vuelta y me aleje un poco, casi arruino todo el plan. Sabía que ella estaba viendo todo por las cámaras y doy gracias por detenerme a tiempo.

-Lo siento - Susurre en mi manga en donde tenía el micrófono -

-Debes concentrarte y no dejes que él te afecte-

-Bien comencemos entonces-

Unos segundos después todo era un caos, los gritos y la gente escapando del lugar. Las bombas eran de poco alcance, pero el humo era lo que más necesitábamos, camine hacia el lobo que estaba ubicado debajo de una de las cámaras, les dispare a sus guardias en lugares que no lo matarían y saque la otra arma, apunte al lobo con ella y dispare, estaba preparada con balas de salva no lo lastimaría, pero el mismo atibaría la bolsa de sangre que explotaría en el pecho. Resulto ser un muy bien actor, me acerque para disimular que le tomaba el pulso mientras le enyetaba un medicamento que fingiría que estaba muerto.

El medicamento relentecería su corazón lo suficiente por casi dos horas, por supuesto que si un médico lo revisaba a fondo sabría que está vivo, por eso Vladimir ya se había encargado que la ambulancia que llegaría a recoger el cuerpo tendría gente del lobo a bordo.

Me levanté para salir del lugar, pero me detuve cuando vi a la rubia escondida debajo de la mesa. La tome del cabello y le estrelle su lindo rostro contra la mesa rompiendo su linda nariz, la tome de la mano y le quebré todos los huesos de los dedos. Podía asegurar el miedo que tenía solo con escucharla suplicar que parece.

-Ya te divertiste sal de allí ahora, en cinco minutos llega la policía- Bufe todavía me quedaba más para hacerle, pero bueno no todo se podía en esta vida-

Sali sin ser notada, mientras Vladimir se encargaba del resto.

Me encontraba en mi casa, Daemon aún estaba dormido en mi recamara. Todos los medios de comunicación cubrían el fatal suceso " Empresario ruso fue brutalmente asesinado en evento de calidad" Las imágenes donde yo le disparaba estaban por todos lados, mi rostro no se veía, pero buscaban a una mujer alta con entrenamiento militar o parecido y posiblemente rubia ya que llevaba una peluca de ese color. El Don ya debería estar enterado y mi ansiedad no paraba de crecer.

-La bella durmiente no despierta todavía - Stefan se acercó dándome un café humeante-

-Es normal, le di una dosis fuerte – Que agradeciera que no lo mate de verdad-

-Debes tranquilizarte llamara en cualquier momento - asentí-

-Eso espero - el coloco su mano en mi hombro y me arrastro hacia el encerrándome en sus brazos-

No pude agradecer la contención que me daba ya que mi celular sonó, lo tomé torpemente.

- ¿Dónde está mi hijo y Ana? -

-Tranquila cariño están bien, quiero que vengas al centro comercial donde nos conocimos tu sola y te remarco "tu sola" si veo a alguno de tus amigos no volverás a ver a tu hijo- Esa idea me causaba un dolor en el corazón-

- Estoy lejos, pero salgo para allá -

- Buena chica- Corto -

-No iras sola, Diana ya está por llegar y el lobo pronto despertara-

-No hay tiempo, iré por mi hijo - Sabía que estaba haciendo las cosas mal, nunca se debe dejar llevar en una posición tan arriesgada pero mi instinto de madre me gritaba que no podía aguardar.

Subí a mi cuarto me coloque una chaqueta de cuero y me asegure que mi arma estuviera cargada, coloque una pequeña navaja en mi bota y por ultima tome la pulsera que me regalo Diana hacia un tiempo, no era idiota sabía que tenía un rastreador instalado. Mire a Daemon que aun dormía en mi cama y me acerque a él.

-Se que te vas a enfadar por esto, pero debo hacerlo- Le di una caricia en el rostro - Ya tendrás tiempo de castigarme por esto - Dejé un beso en sus labios y salí de la habitación-

Stefan me espera abajo pensativo, apenas me vio hablo - Esto no me gusta- Tome sus hombros y le sonreí -

- A mí tampoco pero ya tomé los recaudos necesarios, dile a Diana que tengo la pulsera que me regalo, ella lo entenderá- Le di un beso en el cachete y salí -

Antes de subir a mi auto pinche las cubiertas del vehículo de Stefan para evitar que me siguiera, aunque solo lo retrasaría ya que por la salida secreta se encontraba la motocicleta. Sali del como alma que persigue el diablo. Sabía que estaba conduciendo a una trampa, eso era lo único claro, eso y que mataría a ese italiano en la primera oportunidad que tuviera.

A solo tres kilómetros de casa una camioneta negra se posiciona a toda velocidad detrás de mí, el tipo era inteligente sin duda si alguien sabía que nos íbamos a encontrar en el centro comercial no sospecharía que me interceptaría antes y eso le daba ventaja. La camioneta me impacto de golpe y perdí el dominio del acto empatándome de lleno contra un árbol.

Un pitido en mi oído me hacía saber que el golpe fue fuerte y agradecí tener el cinturón de seguridad puesto. Mi vista esta borrosa no podía enfocar las cosas.

-Mas vale que no esté muy lastimada o el don nos matara - Hablo en italiano una voz que no conocía, cerré mis ojos para que pensaran que estaba inconsciente igualmente no faltaba mucho para estarlo-

-La puerta de mi lado fue abierta con mucho esfuerzo y otra voz hablo- Mierda Davis dime que está viva- Su mano busco mi pulso y suspiro aliviado, luego de eso no supe que más paso- 

MI DIABLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora