CAPITULO 45

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Zafiro

La inconciencia iba y venía podía sentir voces y movimientos a mi alrededor, pero no podía despertar completamente, estaba confundida. Sentía como palpitaba mi cabeza como si quisiera estallar.

-Despierta pequeña- Podía escuchar esa voz, muy cerca seguido de un toque en mi rostro - Vamos es hora de despertar-Por un momento pensé que podría ser Martin que solía venir a mi cuarto solo para despertarme con caricias en el rostro, pero luego los recuerdos empezaron a caer en mi mente, mi hijo, el lobo, el italiano y el accidente -

-¡¡Martin!!- Exclame abriendo los ojos -

Mi visión enfoco al maldito que secuestro a mi hijo y a mi amiga que me miraba tiernamente y con una sonrisa en los labios. Solo podía pensar en matarlo de las maneras más dolorosas. Me incorpore de golpe y un fuerte dolor cruzo por mi cuerpo y cabeza haciendo que volviera a mi anterior postura.

- No debes moverte, recibiste un fuerte traumatismo en la cabeza y tienes dos costillas rotas - Hablo el bastardo como si realmente estuviera preocupado por mi-

- ¿Donde? Mi hijo... mi amiga - Era difícil hablar el dolor era insoportable- Voy a matarte - Dije al final con odio puro, el contesto carcajeándose-

-Tu hijo ya está en casa.... pero tu amiga no tuvo tanta suerte - Volví a intentar levantarme sin éxito - No me obligues a sedarte -

- Te voy a cortar las bolas y me aré un bonito llavero con ellas ya lo veras - Sentí la aguja clavarse en mi cuello y todo se oscureció en poco segundos-

Cuando desperté ya estaba todo oscuro la noche había caído solo una lampara se encontraba encendida sobre la mesa de luz. Observe toda la habitación buscando intrusos que no encontré, así que me levante de la cama con sumo cuidado apretando mis costillas derechas. El leve mareo ocasiono que me sujetara de la pared, estaba en pésimas condiciones.

Me acerque a la ventana a paso lento al parecer me encontraba en alguna ciudad no muy grande eso era bueno, ya que estaba preocupada por tener que nuevamente correr entre árboles y maleza. ¿Y por qué estaba aquí? Esa pregunta rondaba mi cabeza sin cesar ¿Qué quería de mí? ¡¡O maldición!! Solo quería volver con mi hijo y aunque no quiera admitirlo también quería verlo a él, todo dependía de Diana ahora.

Daemon

Desperté por el gran alboroto los gritos se escuchaban por toda la casa, aunque me encontraba un poco adormilado podía reconocer las voces de mi hermano, Diana y el idiota. Me dirigí hacia las escaleras y antes de terminar de bajar levanté la voz para que cesaran.

-Se puede saber ¿Por qué están discutiendo? - Las reacciones fueron variadas, Diana frunció el ceño, Vladimir parecía frustrado y Stefan estaba abatido con la mirada fija en el suelo-

-Hola papa, por fin despertaste- Mi corazón comenzó a golpear en mi pecho no podía moverme, miré hacia abajo cuando sentí unos brazos rodear mis piernas. Apenas logre racionar me agache para abrazarlo sin poder evitar dejar caer las lágrimas - Papi porque lloras- lo que provocó en mi "papi" no existen palabras para describirlo -

- Solo estoy contento de conocerte ¿tú no? -

-Yo siempre te conocí mi mama siempre me hablo de ti - Trague saliva - Me mostro muchas fotos y me conto que estabas trabajando por eso no habías venido -

- Pero ya estoy aquí y no volveré a irme- Sus brazos se cerraron en mi cuello- No volveré a irme me quedare contigo y tu mama para siempre-

No había notado como nos veían los tres que estaban en completo silencio Diana sonreía con ternura algo que no esperaba de ella, pero parece que mi niño pudo domar esa fiera, mi hermano con cara de idiota, en cambio Stefan parecía no estar afectado.

- Bueno muy lindo el encuentro de padre e hijo, pero tenemos trabajo que hacer- Stefan fue quien hablo-

Había algo mal, la angustia en la cara de mi hermano al mirarme me decía todo. Busque con la mirada a Zafiro sin éxito.

-Martin porque no vas a mirar un poco de televisión para que los adultos podamos hablar- Mi pequeño tomo una posición un poco extraña para su edad, se cruzó de brazos y frunció el ceño antes de contestar-

-No tía yo puedo ayudar, prometo por mi garita que no entorpeceré - Mi mandíbula y la de mi hermano se abrieron – Además es mi mama y es mi derecho estar informado-

-Déjalo Diana, ven campeón siéntate aquí- Mi hijo obedeció a Stefan sin pensarlo algo que me molesté realmente, pero preferí callarme-

-Bueno Daemon te pondremos al día - Hablo la guerrera-

Después de contarme todo lo que había pasado estaba furioso, de apoco todo era una discusión. Ella estaba en manos de ese psicópata.

- ¿Por qué no la detuviste? ¿Eres idiota o qué? - Reclame al Stefan-

-Acaso no la conoces, ella no deja lugar para replicas, cuando quiere hacer algo lo hace imbécil- Me arrime a él, pensaba romperle esa bonita cara-

-Mi mami siempre dice que las peleas no llevan a nada, siempre es mejor pensar con la cabeza fría - Hablo mi niño sin inmutarse – Pero si se pelean yo le contare todo y ella los golpeará a ambos-

-Estoy de acuerdo con mi sobrino, por suerte heredo la cordura de la madre- Vladimir lo miro con orgullo -

-Bueno analicemos toda la situación - Esta vez Diana es quien habla - Martin recuerdas algo del lugar donde te tenían o tal vez Ana te dijo algo- Mi niño se toma la barbilla y se la arrasca como pensando en algo -

-Se que era una ciudad por el ruido de muchos autos y por la ventana se podían ver los edificios y con respeto a la tía solo la pude ver cuando llamamos a mama no pudimos hablar-

-Debe haber algo más, algo se nos está escapando- Decía Diana mientras caminaba de un lado a otro- Stefan dime exactamente qué fue lo que te dijo Zafi cuando salió, conozco a mi hermana ella sabía que se dirigía a una emboscada tiene que haber algo-

-Tome los recaudos necesarios, dile a Diana que tengo la pulsera que me regalo ella lo entenderá- Repitió Stefan - Eso fue lo que dijo intente seguirla, pero pincho mis neumáticos y luego vi que Martín venia corriendo-

-¡¡Eso !! sabía que ella me guiaría - Salió corriendo a la oficina y nosotros detrás -

-Eso ¿Qué es? - Pregunte ya enfadado, la razon era sencilla tanto ella como zafiro no decían nada solo actuaban impulsivamente-

-La pulsera ...- Dijo mientras entraba en su portátil- Se la regale en su cumpleaños ... - Seguía tecleando- Nunca le dije que tenía un rastreador pero debí suponerlo que ella lo sabía - Dejo de teclear y una sonrisa se posó en su rostro- Lobito prepara tu gente vamos de cazaría, hay un italiano que pide una paliza a gritos- Sonreí con ella comenzaba a gradarme – Cualquiera podía decir que sonaba gentil pero la verdad que esa mujer daba tanto o más miedo que mi mujer-

MI DIABLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora