CAPITULO 10

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Zafiro

Despierto por el impacto de agua congelada sobre mi cuerpo, siento tanto frio y al abrir los ojos comprendo el por qué. Estoy colgada de mis manos casi desnuda. Por lo que puedo notar no han sido muy cuidadosos con mi cuerpo ya que siento dolores en lugares que antes no dolían.

-Por fin despiertas princesa - El ruso tiene una máscara puesta pero su voz es muy obvia para mí. Observo en la habitación que me encuentro y rápidamente entiendo por qué lleva mascara, detrás del hay una cámara firmadora y por la luz que parpadea me está grabando - Vamos a jugar- Se mueve a mi espalda - Pero primero quiero que saludes a tu marido - Dice mientras posiciona su mano en mis caderas - Que buena hembra te conseguiste Richard- Por alguna razón no puedo pronunciar palabra presiento que debo estar drogada, mis sentidos están demasiado dormidos-Empecemos-

Suelto un grito cuando por mi cuerpo siento corriente, este maldito va a electrocutarme. Continua con esa tortura casi una hora, mi respiración se encuentra agitada y mis ojos apenas abiertos. Después de jugar conmigo por un rato más ya he dejado de gritar, pero él no tiene intenciones de terminar aún.

-Ruégame- Me susurra - Ruégame que no te mate - Con las pocas fuerzas que me quedan comienzo a reír-

- ¿Te excita verdad? - Sigo riendo - Pues te equivocaste de chica, yo no ruego si quieres matarme solo hazlo- Mis palabras salen apenas audibles-

- Hay Zafiro, cuando termine contigo no solo me rogaras - Me toma de la barbilla, no le respondo y eso parece gustarle más aún. Se encamina a la cámara y la apaga, se quita la máscara y me muestra una sonrisa casi tenebrosa pero cargada de algo que no puedo descifrar, es como si hubiera despertado algo en el que me lamentaría. Me sujeta del cabello y me besa, no le respondo.

Toma un cuchillo de una mesa y juega con él en su mano, luego lo desliza suavemente por mi piel, recorre todo mi abdomen y lo clava en mi muslo. Mi grito se escucha por todo el lugar, la agonía se extiende cuando comienza a moverlo hasta sacarlo.

-El dolor te recuerda que estas viva - Levanto la cabeza y le miro con odio puro -¿ Sentiste dolor cuando perdiste tu bastardo?¿Te dolió como ahora?- Aprieto la mandíbula - Debe ser horrible saber que eres tan insignificante que no pudiste proteger a tu bebe- Pasa su mano por el contorno de mi rostro con una suave caricia, pestañeo rápidamente para que no se me caigan las lágrimas que se han acumulado en mis ojos-¿Vas a llorar?- Tomo una bocanada de aire y cierro mis ojos, no puedo bajar las defensas ahora él es inteligente y sabe que la tortura psicológica puede ser más dañina que la física -

-Te has puesto triste- Pega mi cuerpo al suyo- Si tú quieres yo puedo hacerte otro hijo, aunque no garantizo que tu puedas mantenerlo vivo en tu vientre -

-Basta- Sus manos me acarician y yo estoy a punto de desmayarme por la pérdida de sangre- Te matare lo juro- Sus risas hacen eco en la habitación y yo pierdo el conocimiento-

Delmon Ferreira

Ella pierde el conocimiento y yo no dejo de tocarla, su piel es como la ceda. Esta mujer me ha desconcertado desde el primer momento, cualquiera en su lugar estaría rogando por su vida, pero ella no, tenga la necesidad de doblegarla algo que jamás tuve con nadie. Es hermosa de ello no hay duda, pero eso no es lo que me atrae de ella si no su insolencia y determinación.

Cometió tres errores, el primero fue no respetarme, el segundo fue escapar de mí y el último y más importante hacerme desearla, esto último la llevara a la muerte segura.

La desato y cargo en mi hombro, mis hombros miran extrañados ya que me estoy dirigiendo hacia la casa y no a las celdas. Cuando entro Nicolai y Vladimir me miran igual que mis hombres, los ignoro y subo al segundo piso. La introduzco en una habitación y sin ningún cuidado la arrojo a la cama. Nicolai se hace presente esperando una explicación que no le daré.

-Mándame un botiquín y a Ana- De inmediato sale a cumplir mi pedido, unos minutos después veo a la tenebrosa adolescente entrar con un botiquín en mano - Prepara el baño- Me dirijo a ella que corrió a prepararlo-

Vladimir entra a la habitación con una sonrisa en los labios que me irrita, mientras Nicolai se sienta en un sillón y no me pasa de ser percibida las miradas que le da al cuerpo de Zafiro.

-El baño esta pronto señor- La tomo en mis brazos y la llevo yo mismo -

-Vladimir mándale la cinta de video a Richard, la de su madre está en mi oficina y la de ella sigue en la cámara. Y tú - Miro a Nicolai - Fuera- El nombrado rueda los ojos y sale del cuarto-

La meto en el agua y el despojo de la ropa interior, mientras Ana la limpia. El agua queda completamente roja por la herida, si no la saturo pronto se desangrará. Mientras yo la levanto Ana la envuelve en las toallas y la vuelvo a llevar a la cama. Saturo la herida, mientras Ana le seca el pelo voy a mi habitación por ropa para ella y para mí ya que estoy manchado y mojado con su sangre. Vuelvo con una camisa para ella y una muda para mí.

-Ve a prepararle algo para comer- La niña tartamudea un- Si señor- Y sale espantada-

Me meto en el baño y me ducho solo me coloco un pantalón y me siento en el sillón, la observó parece un ángel, pero muy en el fondo sé que no lo es. Cuando la investigue todo parecía completamente normal, una chica de familia huérfana, buena estudiante, aunque ahora que lo pienso no especificaba que estudio. Tampoco trabajos ni rutinas, era extraño todo en ella, parecía que ninguna situación la podía poner nerviosa. Como si estuviera acostumbrada al peligro, pero eso no podía ser ¿O sí?

Pero lo que más me descoloco es la defensa de ese lobo, ese animal nació en mis corales nunca pude domesticarlo, siempre atacaba a los entrenadores y no permitía que nadie se le acercará. Y de repente el animal la protege, increíble.   

MI DIABLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora