CAPITULO 28

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Zafiro

Desperté sola en la cama ese maldito hizo lo que quiso conmigo, mi cuerpo duele como los mil demonios, maldito lobo. La puerta es abierta una mujer entra con una gran bandeja con comida, pero no puedo prestar atención a ella, no cuando la mirada del guardia que le abrió la puerta me mira con tanta intensidad. No podía ser, seguramente estaba alucinando o el golpe de ayer me dejo alguna contusión cerebral. Lo veo sacar algo de su bolsillo y colocarlo detrás de un adorno que se encuentra arriba del mueble mientras la mujer de espaldas acomoda la comida.

Nos miramos yo con intriga y el a mí con curiosidad, la mujer termina de servir todo y se retira, mientras el me hace un movimiento de cabeza hacia el lugar que dejo el objecto y también se marcha. Me levanto entre quejidos e insultos, camino y saco de atrás del adorno un pequeño teléfono, creía que esto teléfonos tan antiguos ya no estaban en uso.

Entre corro y camino al baño reviso el aparato y un solo número encuentro en la agenda, marco y en el segundo pitido contestan.

-Gracias adiós diabla, pensé que te había perdido- Su voz me devolvió el alma al cuerpo-

-Diana, Diana escúchame él te está vigilando debes huir - Trato de advertirle y ella se carcajea-

-Tranquila amiga ya lo sé, no me vas a decir que no salí linda en las fotos -Otra carcajada- Pero me imagino que no notaste que en las últimas fotos ya no soy yo verdad- No podía decir nada, pero una calma relajo mi cuerpo-Claro que no lo notaste, soy buena en lo que hago-

-Guerrera voy a matarte se la chupe para que no te lastimara - Gruño-

-Yo se la voy a cortar y me voy a hacer un guiso con su pene, pedazo de cabrón ¿Te lastimo amiga? - Su voz cambio a un tono serio-

-Nada que no pueda soportar, me conoces-Dije segura, pero en realidad él me estaba empezando a romper de apoco-

-Solo debes aguantar un poco más, tengo tu salida preparada a y no te asustes Stefan este infiltrado entre sus hombres- Me atragante con mi propia saliva-

-Pero lo conoce, lo vio en el hospital- Mis manos sudaban-

-El vio a un rubio de ojos claros por unos segundos, su guardia es morocho con ojos marones -Oh ya entendía- Solo tengo que encontrar algo para anular el dispositivo en tu pie-

- ¿Como sabes eso? - Esta chica no era terrorista porque no quería, Alcaeda estaría orgullosos de tenerla en sus filas- Es una bomba de corto alcance por lo que se, nunca había visto algo igual-

- ¿Eso te dijo? que pedazo de cabrón- No dejaba de insultarlo entre dientes-

-Explícate Guerrera me pones de los nervios- Dije en susurro y debes en cuando me aseguraba que nadie entrara a la habitación-

-OK ¿Viste los collares que le ponen a los perros para que obedezcan-

-Si esos que les dan un choque de corriente ¿no? -

-Correcto diabla, eso es lo que tienes en el pie, en otras palabras, eres su perra- Esta vez yo gruño – Vez lo que digo- Se reía de buena gana-Perdón solo fue un poco de humor para calmar el ambiente -

-Deja las bromas para otro momento él puede venir en cualquier momento-

-No por ahora, parece ser que un italiano le está dando problemas ya sabes problemas de mafias -

-Estas muy bien informada ¿Cuantos infiltrados tienes metidos aquí? -

-Cuatro y me costaron mucho obtenerlos, así que debemos hacer bien las cosas-

-Imagino que estas cerca- Mi voz sale esperanzada- Y que este celular de la época Tutankamón es seguro verdad-

-Si lo estoy y si estos celulares antiguos al no tener internet ni nada por red inalámbrica es lo más seguro del mundo ¿Quién lo diría no? -

-Ya veo – Ya nada me podía sorprender de ella-

-Se termino el tiempo, esconde el teléfono, déjalo en silencio y cuando estés sola me llamas, ese maldito está subiendo va a por ti, cuídate - Corto y yo corro a la cama metiendo el aparato dentro del foro del cochón-

La puerta se abre y me hago la dormida. Sus pasos se dirigen a mi posición, es inevitable tragar saliva.

-Por más que intentes hacer que duermas tu respiración te delata sin contar que puedo sentir tu corazón golpear desde aquí. Se que me comporte como un animal anoche y te debo unas disculpas por ello- No muevo un pelo- Vamos levántate come tenemos que salir - Siento que se aleja - Tienes treinta minutos - Sale por la puerta -

Esa fue la disculpa más corta de la historia, suspiro. - ¡Vamos zafiro pronto estarás fuera de estas paredes ten fe mujer! - Me aliento mentalmente- Me levanto con cuidado diviso una bolsa de papel sobre la cama, la tomo y saco un vestido negro veraniego, unas sandalias bajas y un conjunto de playa que por cierto es muy revelador, bueno sé que los bikinis de baños no son como decirlo muy tapaditos, pero a este le falta tela. Me dirijo al baño y me cambio, dejo mi cabello suelto y no me molesto en maquillarme.

Unos minutos después el lobo entra por la puerta con unas bermudas y una camisa blanca abierta, me mira intensamente y no es para menos estoy en el sillón con mis piernas sobre el respaldo, noto que traga duro cuando mira mis piernas. Me siento correctamente sin dar una señal de importarme. El dirige la mirada a la mesa y frunce la entre ceja.

- No has comido-

-No tengo hambre- Digo cortante-

-Pues comerás, aunque no tengas- Su mirada me atraviesa, me levanto de mala manera y me siento enfrente de la comida bajo su mirada de halcón. Pero de repente tanta variedad de comida me dio un asco y una arcada que me hizo correr al baño.

Vomité solo bilis ya que no tenía nada más en el estómago, en algún momento de mi episodio el lobo me sostuvo el cabello.

- No me dijiste que te sentías mal- Dijo mientras me enjuagaba la boca-

- No me sentía mal, tal vez verte me causo nauseas- Él me toma de la cintura con una sonrisa -

-Ho estas embarazada - Mis ojos se abren de espanto. No eso no, pero podría ser perfectamente. Dios no puedes hacerme esto, fue lo único que cruzo en mi mente

MI DIABLADonde viven las historias. Descúbrelo ahora