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Una carta apareció frente a a la puerta de los Weasley, sin sellos ni remitente

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Una carta apareció frente a a la puerta de los Weasley, sin sellos ni remitente. Molly y Arthur estaban extrañados por la presentación de la desconocida carta y se sentían reacios al pensar en abrirla pero a la vez sentían una inmensa curiosidad.

Aún a pesar de las palabras de su esposo Molly decidio leerla y al pronunciar dicho contenido en voz alta para que su marido escuchará ambos sintieron un nudo en sus estómagos, la descuidada caligrafía como si se hubiese escrito con rapidez, las desoladas palabras y el tono de desesperación en cada oración hicieron que ambos quisieran vomitar con el pedido final de la carta.

Una carta que reflejaba las súplicas y desesperación de una madre, era algo que Molly y Arthur jamás querían experimentar. Ellos sabían lo que estaba pasando con la familia Malfoy, todo el mundo mágico lo sabía desde que había sido publicado en el Profeta y la gente cuchilleaba todo el tiempo como se merecían lo que les estaba pasando. Los Weasleys nunca habían sido partidarios de los malfoys pero incluso ellos se sentían martirizados cuando leyeron la noticia de que vivirían como parias.

Ser una paria era algo que la familia de pelirrojos no le desearían ni a su peor enemigo y aunque sabían que los Malfoy debían ser castigados no esperaban que el castigo fuese la humillación total y es que cualquiera preferiría ir a Azkaban o morir antes que ser una paria. Molly realmente entendía como debían estar pasandosela Narcisa y sus hijos pero el pedido de la carta era demasiado y ambos se encontraban abrumados.

– ¿Qué piensas sobre esto Molly?–Pregunto el patriarca.

– No lo sé querido, esto es una responsabilidad bastante
grande –Añadio la pelirroja con un tono indescifrable.

– No me gustaría casar a uno de mis hijos solo por ayudar a alguien mas–Explicó preocupado.

Molly tampoco quería hacerles eso a sus hijos, comprometerlo con alguien a quien no aman y ponerse en la mira de todos era algo que Molly no deseaba, pero no podía evitar su instinto de madre de querer ayudar a aquellos chicos que ahora se encontraban sufriendo y a esa madre que se equivocó en sus decisiones pero que parece haberse dado cuenta de sus errores, la mujer se detuvo en el recuerdo en el que Fred casi muere en la batalla de Hogwarts, pero que fue salvado por el hijo mayor de los malfoy y cuando Narcisa salvo a Harry el niño que quiere como a un hijo fue lo que le termino de dar el empujón para tomar una decisión que no sabía si era la correcta, pero que su instinto le dijo que no se arrepentiría.

Arthur no podía evitar sentir compasión al igual que su esposa, ellos nunca habían tenido tanto dinero como las otras familias mágicas, pero siempre habían podido salir a delante, pero los Malfoy no tenían ninguna forma de hacerlo, sin casa, sin dinero y aunque consiguiesen jamas tendrían la oportunidad de comprar comida porque nadie se las vendería.

– Morirán y nadie va a ayudarlos Arthur, nadie va a compadecerse de ellos –Hablo la mujer reflexionando  después de un largo silencio mientras sentía las lágrimas surcar sus ojos y en su pecho le escocia su instinto maternal protector.

– Entonces, ¿Les ayudaremos?–Interrogó Arthur esperando una respuesta afirmativa, porque aunque los Malfoy no hayan tomado buenas decisiones y no hallan sido las mejores personas con ellos y otros al final se arrepintieron y merecen una segunda oportunidad.

– Así es hablaremos con los gemelos ellos mismos deben escoger quien va a comprometerse  –Respondió secándose las imperceptible lágrimas con el dorso de la camiseta y su esposo le abrazaba en señal de consuelo.

Para los Weasleys esto no era una obligación, solo querían ayudar desinteresadamente pero ambos sabían que sus hijos iban a pasarla mal al escuchar la noticia, pero ellos confiaban en la bondad de los gemelos para ayudar a la familia que ahora se encontraba en grandes apuros. Molly trazo las letras en el papel donde al final de la carta aparecía una única condición para el compromiso, un juramento inquebrantable.

coмproмιѕo y pαrιαѕ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora