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Abaddon llegó a casa desganado su cuerpo estaba cansado, nunca había sabido cuan agotador podía ser cocinar, retiro las curitas y lavo las heridas en sus manos colocando algunas nuevas y un ungüento sobre la quemadura.

Cambio el mantel de la mesa, acomodo los cubiertos y se dio una ducha rápida para eliminar los aromas que ya no parecían tan provocativos como antes, busco algo fresco para ponerse y miro la hora para empezar a servír la comida. Cuando todo estuvo listo los tapo y garabateo una nota rápida que dejó en la mesa y se metio en la cama sin comer porque sentía que si tocaba algo lo vomitaria.

Unos minutos más tarde los gemelos entraron en la habitación casi arrastrando los pies por el cansancio, ambos percibieron el exquisito aroma que les recordaba a la comida de su madre. Miraron animados la mesa sabiendo que ahora no tendrían que cocinar ni ordenar nada y levantaron las tapas que ocultaban la abundante y maravillosa cena y rápidamente se sentaron a comer degustando con satisfacción la comida que se sentía aun mejor que alguna otra que les hubiera hecho su madre alguna vez.

Después de un rato de estar comiendo Fred vio la nota y leyó en voz alta dicho contenido  "La señora Weasley trajo esto para ustedes, disfrútenlo"
—Abaddon.

Lo que le hizo recordar que le había dicho al pelinegro por la mañana, cenarian juntos quiso golpearse la cara por su olvido. El pelirrojo no entendía porque esté no había venido a cenar. Talvez lo había olvidado también o se le había pasada el tiempo sin notarlo, sus pensamientos vagaran a la preocupación y acordó que al terminar se aseguraría de que esté bien.

Mientras tanto George parecía lívido ante la extraña cena, hoy se encontraba particularmente cansado, además de los nuevos inventos debían atender la tienda por lo que habían trabajado más y descansado menos, como ya era  diciembre diciembre la gente había empezado a comprar regalos para sus familiares por lo que esta sería su época más ocupada, pero su mente solo estaba en el matrimonio que se llevaría acabo pronto, antes del 24 ya estarían casados y al pelirrojo aún le parecía imposible poder digerir eso.

Los pensamientos se esfumaron cuando su gemelo leyó la nota, su madre no les traería comida así porque así y se iría antes de poder saludarlos. Es cierto que ahora no era necesario que la recibieran porque el Malfoy estaba allí, pero al pelirrojo no dejaba de parecerle extraño y aún más que el pelinegro molesto no estuviese allí comiendo con ellos como solían hacerlo.

George no podía sentirse preocupado, se negaba a hacerlo por lo que después de pensar un poco se encogió de hombros y lo descarto como que el Malfoy no quería verles la cara y para el eso estaba bien porque el tampoco quería ver la suya.

Por otro lado Abaddon daba vueltas en la cama sin poder dormir, ¿Porque había mentido sobre la comida que tanto se había esforzado en hacer? Ni el mismo tenía una razón clara, probablemente no quería decirles para no darle relevancia a algo tan insignificante o talvez no quería que los gemelos (George) sintieran que lo hizo solo para presumir o llamar la atención. Suspiró, a penas eran las ocho y sería algo imposible dormir con su cerebro tan activó, los pensamientos vagaban entre la boda, los gemelos, las pesadillas, el papel que tomaría en la sociedad apenas se casará.

Cuando se case él y su familia dejarían de ser parias, la gente no podría hacerles daño u ofenderlos sin recibir demandas y obtener cargos, se encontrarían bajo la protección total de una gran familia de renombre que luchó dos veces contra voldermort. Cualquier ofensa hacia ellos era una ofensa hacia todos los Weasleys y si algo sabía Abaddon de los Weasleys es que no se dejan de nadie y mucho menos si de algún modo eso involucra a su familia.

El pelinegro entro al baño para cepillarse los dientes y humedecer su rostro, soltó un suspiro y se acostó en la tina sin agua, sintiendo la temperatura del gran recipiente acogedora.

Necesitaba dejar de pensar se sentía cada vez abrumado con todo, después de la boda tendría una familia pero sus prometidos no lo amaban y no estaba seguro de si un día llegarían hacerlo. ¿En que trabajaría? El no sabía hacer mucho y sus aficciones eran tan confusas, no sabía cocinar o hacer cosas de la casa, no era tan rápido aprendiendo como le gustaría, ¿Que demonios se supone que iba hacer? Si ni siquiera el mismo sabía que era lo que quería para su futuro.

El único trabajo que había tenido era en el ministerio y un cargo sencillo sin ningún reconocimiento y eso gracias a su padre y sus contactos porque el no de tenía madera para estar allí. El era un inútil, no tenía nada de especial y su padre se había encargado de dejárselo claro cada día de su maldita existencia y su madre, ella nunca había dicho o demostrado lo contrario, solo le dio palmaditas después de las duras palabras de su padre en forma de consuelo, pero nunca dijo nada por mucho que dijese que lo amaba, y a veces mirándola podía sentir que ella tampoco creía en él que también lo juzgaba que también sabía que era un inútil.

Para este momento las lágrimas caían de su rostro, nunca nada había salido como había querido, nunca había sido bueno complaciendo a sus padres, nunca había sido realmente listo para hacer algo por su propia cuenta, su vida se basó en las decisiones que los demás tomaban por él, pero ahora viendo que debía seguir por su cuenta no sabía que hacer realmente.

Siempre deseo ser como los gemelos, tan valientes y liberales que no se dejan de nadie a pesar de no tener contactos poderosos, y que vivían la vida al máximo como el siempre quiso, y no como soldaditos que debían seguir órdenes. Bueno, talvez los estaba idealizando de más, porque las personas no pueden ser así de perfectas, talvez es que como te sientes en la mierda crees que todos los demás están en una mejor situación que tú, debe ser un consuelo creer que los demás no pasan por lo mismo o una amargura por tener que ser tu quien pase por ello.

Aveces incluso solo deseaba morir, morir para no tener que pensar en ello, pensar en que es solo un fracasado un cúmulo de algo inexistente que a pesar de no ser visible sabes que está allí ocupando espacio.

Repentinamente la puerta del baño se abrió con un traqueteo asustando a Abaddon y desvaneciendo sus sentimientos de auto desprecio, mostrando a un pelirrojo que lo miro fijamente sorprendido al verlo llorando y gimoteando. Rápidamente el ojigris se tapó el rostro con las manos sintiéndose avergonzado de haber sido atrapado. ¿Desde cuándo se había vuelto tan indigno y patético?

Espero las risas o algún tipo de burla por haber sido sorprendido llorando como una niña como solía decir su padre, "los Malfoys no lloran y los hombres tampocopero nunca llegó, en vez de eso sintió como unos fuertes brazos le envolvieron desde la espalda en un abrazo que le hizo sentir seguro y lo acepto recostando su cabeza en el pecho del más alto, quién frotaba círculos en su brazo, Fred no dijo ni una sola palabra, no sentía que  las palabras fueran suficiente para hacer sentir mejor al pelinegro así que hizo lo que siempre hace con su hermano. Un abrazo cargado de calidez que habla más que mil palabras.

Abaddon sollozo sintiéndose protegido en vez de avergonzado y se reprendió en su mente por no dejar de pensar en su malnacido padre y creer que Fred Weasley podría hacer algo tan vil hacía sus sentimientos.

Esa noche no tuvo pesadillas porque Fred se había quedado con él hasta que se quedó dormido y el aroma embriagante del pelirrojo se había quedado impregnado en su propia piel.

coмproмιѕo y pαrιαѕ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora