Era la víspera de navidad, George salió del departamento con prisa después de guardar las llaves y una caja en su bolsillo. Fred y Abaddon habían salido a quien sabe donde así que era el momento indicado o más tarde ya no le daría tiempo o las excusas.El ambiente en las calles estaba frío, sus botas se hundían en la blancura de la nieve y dejaba una sensación humedad sobre la piel, únicamente enmascarada por el abrigo que llevaba puesto, no usaba hechizos calentadores, ya que le gustaba de algún modo sentir el frío, evitaban que sus pensamientos estuvieran entumecidos al hacerlo el resto de su cuerpo.
Cuando hubo llegado a una distancia adecuada se apareció dentro de una acogedora casa, la chimenea crepitaba con el fuego encendido y sin mucho aviso unos labios se colaron sobre los suyos con avidez.
-Feliz navidad.-susurro la chica separándose un instante, pero el pelirrojo no contesto, en algún otro momento habría estado feliz, pero en esta navidad no. Solo deslizó sus manos sobre las pequeñas caderas femeninas de la morena y regreso el gesto pasionalmente, beso el cuello de esta mientras ella le quitaba el abrigo arrojándolo al suelo sin cuidado, desabotonando con destreza su camisa.
George se movió y su cuello se tensó de forma rígida, hizo una mueca adolorida y se detuvo abruptamente, la morena le hizo sentarse en un mueble cercano del sofá de su pequeño departamento y paso las manos por su cuello con cuidado para ayudarle a aliviar el dolor de los músculos rígidos.
El dolor fue amainando poco a poco mientras permanecían en silencio, los dedos de la morena rozaron la cadena con el dije de la piedra negra y moteada, deslizó sus manos más abajo para sostenerla entre sus dedos cuando una mano la detuvo abruptamente.
-¿Qué estás haciendo?-el tono del pelirrojo era ronco y oscuro, tanto que Angelina sintió un escalofrío recorrer su mano.
-... Solo quería mirarlo. ¿Por qué lo usas?-pregunto recordando que aquella piedra era la reliquia del Malfoy.
-... No hay razón.-desestimo con un tono imperioso que la hizo volver de forma callada a su trabajo, no podía más con eso, mucho antes de la boda George le había visitado un par de veces en su departamento, nunca hacían nada más que besos y toques y aquello la estaba frustrando, sobre todo porque George no hablaba mucho. Se sentaba en aquel mismo sofá de un cuerpo y solo a veces la miraba hacer sus cosas o se sentaba con algún libro de jugadas de Quidditch o a mirar sus apuntes para bromas y ella quedaba desplazada aún segundo lugar. Completamente ignorada.
¿Por qué no le hablaba como antes? Habían sido grandes confidentes. ¿Por qué no tenían sexo como antes? Ellos habían sido increíbles compañeros de cama.
Ella más que nadie sabía muy bien la respuesta, era culpa de ese mortifago, porque aunque era obvio que George no le tenía ni una pizca de aprecio aún le respetaba lo suficiente como para no acostarse con ella, aunque esté no le dijera que era así. Y si no era esa, era la moral estúpida de Griffindor que no le permitía traicionar a nadie.
Y Angelina odiaba demasiado al Malfoy por ello, si no fuera por él, ella sería la señora Weasley ahora. Sería la única esposa de los Gemelos Weasley. Llevaría a sus lindos hijos pelirrojos en su vientre, pudo haberlo tenido todo, todo lo que quería y se merecía, pero se le fue arrebatado. Su final feliz.
-No entiendo por qué Fred y tú se casaron con ese...-hablo la morena casualmente tocando por primera vez el tema enrollando sus brazos alrededor del cuello del pelirrojo desde su espalda.
Los músculos de su cuerpo entero se tensaron y la expresión de George se agrió ante la mención de aquello, pero la bruja no lo notó, o solo lo ignoro.
-Angelina...
-No, creo que lo entiendo. ¿Es algún tipo de caridad? Fred y tú siempre fueron muy bondadosos, pero ayudar a alguien que les hizo la vida imposible en Hogwarts es demasiado...-replico sin escuchar, ella lo sabía.
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coмproмιѕo y pαrιαѕ¹
Fanfic¿𝑸𝒖é 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒔 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒔𝒕𝒊𝒍𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒏𝒂𝒊𝒑𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒊𝒅𝒐 𝒔𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒎𝒐𝒓𝒐𝒏𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒊𝒎𝒑𝒍𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂? Fred W x Male Oc x George W.