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La última semana paso larga y ajetreada, Fred le permitió a Abaddon volver al trabajo por su constante insistencia de querer ser útil, pero no sin antes prometer avisarle cuando no se sintiera bien.
De los cuchicheos acerca de su familia aún podía escucharse por los pasillos, pero los ignoro para no sentirse mal ni hacer algo estúpido que pudiera ahuyentar a los clientes, porque aunque algunos actuaban como si no les importara otros le miraban como si fuese la peor cosa con la que pudieron haberse tropezado.
Fred y George también hacían lo posible, para ahuyentarlos, pero por obvias razones no podían hostigar a los clientes porque ya no les comprarían y además tenían otro montón de cosas que hacer, así que Abaddon tomo todas las palabras y acusaciones sabiendo que eran justificadas y evitó darles más importancia de las que debería. Eso le permitió pasar la semana con dignidad sin rebajarse al nivel de quienes le insultaban.
Con Neville había estado enviándose cartas para sentirse menos solo e intranquilo, había estado relatándole algunos de los sucesos que habían estado ocurriéndole y su joven amigo parecía comprenderlo y había estado tratando de animarlo.
También él ambienté entre él y Fred se había tornado un tanto incómodo desde que lo descubrió llorando, Abaddon estaba demasiado avergonzado para mirar al pelirrojo mayor a los ojos y mucho más para mantener una conversación por un largo periodo de tiempo y Fred no quería presionar a Abaddon en especial cuando los sentimientos nunca habían sido realmente su fuerte.
Las cosas con George estaban yendo más o menos igual en un momento parecía que le importaba una mierda el pelinegro y en otro parecía que le importaba un poco. George no admitiría que de alguna forma se sentía molesto y curioso al no saber que sucedía para que ese ambiente medio incómodo estuviese envuelto entre su hermano y el pelinegro y aunque se lo hubiese preguntado a su gemelo este lo había descartado balbuceando alguna estupidez que George simplemente no podía creerse. Lo conocía como a la palma de su mano por lo tanto no podía mentirle, y no podía preguntárselo a Abaddon porque eso podría hacerle creer que estaba interesado en él o en la relación extraña que este está teniendo con Fred, así que simplemente dejo su curiosidad de lado y los ignoro lo mejor que pudo.
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