La respuesta de Neville llegó a primera hora del día, Abaddon se levantó hastiado por el insensante ruido del picoteo de la lechuza en su ventana. Tomo la carta y el pequeño paquete de su pata y acarició a la lechuza que ululo marchándose y se acostó en la cama empezando a leerla.Querido Abad
Es un placer saludarte y saber que tú y tu familia están a salvo, entiendo la difícil situación por la que estás pasando y quiero que sepas que tienes todo mi apoyo, los Weasleys son grandes personas y estoy feliz de que sean ellos quienes los han ayudado.
Se que sera duro para ti, pero sabes que siempre puedes contar conmigo, me he tomado el atrevimiento de enviarte un poco de dinero para tus gastos o lo que sea que necesites, se que vas a negarte a aceptarlo por lo que lo he hechizado para que no puedas devolvermelo, se que tu y tu nueva familia lo necesitaran. Nunca olvides que siempre puedes contar con tu mejor amigo.
Siempre tuyo Neville Longbotton.
P.D: Iré a visitarte antes de la boda.
P.D 2: Cuídate, te quiero.
El pelinegro apretó la carta contra su pecho extrujandalo un poco sintiéndose feliz y emocionado, Neville era una de las personas más maravillosas que había conocido, desde el quinto año había dejado de sentirse tan solo gracias al pequeño León que se había empeñado en hacerle compañía y es que el pelinegro tenía muchos amigos pero la mayoría solo estaban a su lado por su poder y estatus por lo que la mayor parte del tiempo se sintió solo e incomprendido hasta que conocio al griffindor que a pesar de su corta edad era un gran oyente y pensador y aunque este le tenía miedo al principio por ser un Slytherin la amistad floreció al tener cosas y pensamientos comúnes.
Neville le consolo cuando estaba desolado, le hacía ver sus errores y le apoyo incondicionalmente y Abaddon no podía dejar de estar agradecido, últimamente se sentía mucho más agradecido que en cualquier otro momento de su vida con todas las personas que hicieron incluso pequeñas e insignificantes cosas por él, pero es que después de pasar tanto tiempo a la deriva con miedo y sin protección le había hecho valorar más a las buenas personas a su alrededor. Talvez el nunca llegaría a ser una de ellas, no con su corazón egoísta y con los pecados que cargaba sobre su espalda.
La puerta fue tocada sacándolo de sus melancólicos pensamientos, se bajó de la cama y metió la carta y el regalo junto con la anterior en un viejo cofre marrón junto con la foto de su padrino que no se atrevía a colocarla en el mueble para no incomodar a los hermanos con su padrino igual de mortifago que él y lo escondió bajo la cama y volvió acostarse para disimular. Fred entro por la puerta sonriéndole y dándole los buenos días dejo una bandeja con desayuno sobre sus piernas.
-¿No vamos a desayunar
juntos?-pregunto con su sonrisa flaqueada y tratando de no sonar desilusionado a lo que debía ser un gesto romántico el que te traigan el desayuno en la cama como en los libros que lee.-No, lo siento Abaddon, pero tenemos muchas cosas que hacer, estamos desarrollando nuevos inventos para la tienda y en esta época tenemos muchos pedidos, pero cenaremos juntos. Deje el almuerzo hecho, solo debes
calentarlo-añadio sonriendo sin notar el cambio del contrario.-Oh, claro. Entonces nos vemos más tarde-trato de decir sin sonar disgustado con sigo mismo por ser un inútil y no ayudarles en nada. Sí no siguiera enfermo talvez podría atender la caja y eso aligeraria el estrés de ambos hombres.
-¿Y como te sientes?-pregunto tratando de aliviar el extraño ambiente incómodo que se había formado.
-Mejor, las pociones ayudaron mucho. ¿Cuando crees que pueda volver al trabajo?-pregunto sintiéndose ansioso por hacer algo útil para ellos, y salir de las cuatro paredes de su habitación.
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coмproмιѕo y pαrιαѕ¹
Fanfic¿𝑸𝒖é 𝒉𝒂𝒄𝒆𝒔 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒍 𝒄𝒂𝒔𝒕𝒊𝒍𝒍𝒐 𝒅𝒆 𝒏𝒂𝒊𝒑𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒉𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒊𝒅𝒐 𝒔𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒎𝒐𝒓𝒐𝒏𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒖𝒏𝒂 𝒔𝒊𝒎𝒑𝒍𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒛𝒂? Fred W x Male Oc x George W.