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Las cosas eran raras ¿Pero no lo eran siempre? Era algún tipo de estado anímico entre los gemelos y yo

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Las cosas eran raras ¿Pero no lo eran siempre? Era algún tipo de estado anímico entre los gemelos y yo.

Fred ha sido paciente, no hemos hablado sobre el incidente en la cocina porque incluso pensarlo me da vergüenza, pero me contó que había aparecido justo en el momento que escuchó el estallido de los vidrios, y George solo dijo que mis ojos se habían vuelto rojos que estaba nervioso antes de eso y después todos los vidrios de la casa habían colapsado.

Tuvimos que restaurar cada objeto de vidrio de la casa durante el resto del día, lo cual me ayudó un poco, me dio algo diferente en que pensar en vez de los recuerdos oscuros de las insensatez noches plagadas de pesadillas y miedo en medio de la oscuridad en un mundo completamente desprotegido.

Porque dicen que no hay peor sensación que sentirte solo, pero para mí no es eso, sino la sensación de estar solo en un mundo que te ha desamparado y dado la espalda. Lo que ocurre cuando te quedas en esa soledad desprotegida, donde a nadie le importas y se aprovechan de esa desprotección. No le debo nada a los magos, mucho menos a los de Londres, ellos no cargaron ni vieron mis penas, mi sufrimiento ni mi mártir.

Podría ser una mejor persona, ser mejor que ellos incluso, pero buscando esa bondad y amor dentro de mi interior simplemente encuentro un vacío. ¿Por qué le debería algo aún mundo que se olvidó de mí?

Mi corazón nunca estuvo muy abierto al mundo, solo a unos pocos, unos selectos que se lo merecían, o eso llegue a creer. Nunca me abrí a alguien que realmente me viera por quién soy y me apreciará por ello, menos si consideraba que su sangre estaba sucia. No me di cuenta de que la mía también lo estaba, que un día me miraría en el espejo y no reconocería mi propio reflejo.

Qué sentiría este tipo de abominación y repugnancia hacia mí.

¿Cómo es siquiera posible que llegará hasta aquí?

He estado tan vacío desde hace tanto, los mortifagos, Voldemort, las calles y Ellos... Son simplemente el pináculo de algo que hace mucho tiempo ya se había hecho pedazos miles de veces y había tratado de construir una y otra vez juntando piezas que simplemente ya no encajaban, pero si herían.

-¡Abaddon!-el fuerte llamado me saca abruptamente de mis pensamientos que hasta me estremezco sin querer.

-Lo siento, me distraje.-me disculpé ante la atenta mirada ceñuda de Fred que me examina con cuidado y siento mis mejillas sonrojarse al recordar su toque.

-Está bien, ¿Hay algo de lo que quieras hablar? Siempre estaré aquí para escuchar si es así.-dice y suspiró silenciosamente, abrazo mi cuerpo en algún tipo de consuelo. Quiero hablar con Fred, pero mi mente se paraliza y las palabras no salen.

-Ahora no, pero gracias Fred.-el pelirrojo me sonríe suavemente meneando la mezcla para los hockakes desde el mesón de la cocina, mientras yo le miro desde mi lugar en el comedor. Estoy de vago viendo como Fred hace todo lo del desayuno, pero cocinar es espantoso y no quiero volver a hacerlo.

coмproмιѕo y pαrιαѕ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora