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Abaddon entro en el pequeño cuarto y coloco las pocas cajas con sus pertenencias, admirando el estrecho lugar que no era nada comparado a su habitación en la mansión, pero que ahora era suya

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Abaddon entro en el pequeño cuarto y coloco las pocas cajas con sus pertenencias, admirando el estrecho lugar que no era nada comparado a su habitación en la mansión, pero que ahora era suya. Una cama donde se abrigaria del frío y que no tendría que compartir con su hermano como en la madriguera, el pelinegro no podía quejarse porque los Weasley estaban dándole muchas comodidades y ayudándoles después de todo lo que tuvieron que pasar, lo único que podía sentir era agradecimiento y un profundo respeto por la acojedora familia.

Empezó a limpiar la habitación y a ordenar su ropa y unos pocos libros viejos que Molly le había dado al saber que le gustaba mucho leer. De una de las cajas saco una fotografía doblada y magullada que había protegido de todo. En esta estaba su madre, hermano, un pelinegro de 12 años y su padrino Severus en navidad después de abrir los regalos, su padre había estado tan ocupado que no se quedó abrir los regalos con su familia.

Abaddon ya sabía que su padrino estaba muerto, pero ni siquiera había podido asistir a su funeral si es que tuvo uno ya que fueron capturados por los
aurores. Se deslizó por la pared llevando la vieja, pero preciada fotografía hacia su pecho y las lágrimas se deslizaron por sus ojos, no había tenido oportunidad de tener su duelo cuando los dejaron una semana en Azkaban junto con los dementores y después fue que los liberaron para su juicio. Acarició la imagen con la nostalgia que la foto le recordaba su mejor época, donde aún no lo había perdido todo.

—Espero que estés orgulloso de mí padrino, hice lo correcto al final. Aunque estuviera demasiado asustado. Lo hice. Lo hice—murmuro con desesperación mientras las lágrimas nublaban su vista, tiro de sus cabellos soltando leves sollozos entrecortados.

—P~porfavor vuel~ve—susurro y golpeó el suelo con fuerza una y otra vez con desesperación mientras la sangre salpicaba el piso de madera. Severus Snape no solo era su padrino había sido como un padre.

—Madre, no crees ¿Qué es extraño que nos aceptarán aquí?—pregunto el rubio con sospecha

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—Madre, no crees ¿Qué es extraño que nos aceptarán aquí?—pregunto el rubio con sospecha.

—¿Qué quieres decir?
Draco—pregunto la rubia levantando su mirada del libro.

coмproмιѕo y pαrιαѕ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora