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Después de que volvimos a casa todo fue realmente incómodo los gemelos pasaron el resto de la tarde trabajando en sus experimentos para nuevos inventos y yo buscando alguna forma de entretenerme, salir antes de casarme no es una opción ya que es d...

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Después de que volvimos a casa todo fue realmente incómodo los gemelos pasaron el resto de la tarde trabajando en sus experimentos para nuevos inventos y yo buscando alguna forma de entretenerme, salir antes de casarme no es una opción ya que es demasiado peligroso por las personas que no están de acuerdo con nuestra condena. Muchos de ellos nos quieren muertos cuando incluso morir habría sido mejor que todo lo que tuvimos que soportar allí afuera como renegados.

Dormir en el suelo, correr de la gente que buscaba golpearlos, comer de la basura y personas aún más depravadas que intentaron abusar de nosotros, no estábamos seguros en ningún lado y aún seguimos sin estarlo porque todo nuestro prestigio volverá únicamente cuando me casé con los gemelos lo cual es una mierda porque básicamente es como si para nosotros no existieran los derechos, pero era de esperarse con toda la corrupción y manipulación que existe en el ministerio.

Me acuesto sobre la cama, la suave luz de la luna entra por la ventana y miro un punto fijo en el techo, es aburrido y agotador, pero mi cuerpo no tiene más fuerza que dar por hoy no después de todo lo que pasó en el almuerzo, en momentos como este en los que me quedo atrapado en mi mente con viejos recuerdos de la guerra es cuando maldigo sin cesar el día en que tome la marca y decidí convertirme en un monstruo, por no ser lo suficientemente valiente y morir con dignidad en vez de salvar mi pellejo ocultandome del señor oscuro, aprieto los puños exasperado, aveces aún lo olvido Voldermort es su nombre, el nombre del bastardo que arruinó nuestras vidas y devoró nuestra libertad.

Aún con la forma en que nos defendió Fleur no puedo evitar sentirme culpable por la forma en que nuestra familia cayo a la ruina, papá ya nos había llevado allí hasta cierto punto, pero unirme con mi hermano solo trajo más complicaciones, como obtener el castigo más indigno del mundo mágico y no es que sea tan malo, mi madre y hermano aún están vivos, me casare con dos personas increíbles y aunque talvez nunca lleguen a amarme o pueda al menos gustarles un poco de la forma en la que ellos me gustan a mí, todo podría haber sido mucho peor si Voldermort hubiera ganado y hubiera decidido que ya no le éramos útiles y nos daba de comer a su serpiente, el pensamiento casi me hace reír con histeria.

¿Como se sentiría papá viendo que me caso con dos traidores a la sangre para salvarnos y que al mismo tiempo me gustan?
Seguro el prefería que nos suicidaramos o que fuésemos devorados por Nagini antes que rebajarnos y humillarnos tanto, es gracioso porque aunque no está aquí aún puedo sentirlo dando vueltas en mi cabeza diciéndome como debe comportarse un Malfoy, con quién debo juntarme que debo hacer o que tan digno debo de ser.

El día siguiente llegó con rapidez a penas sentí que dormí, estar toda lo noche sobrepasando no es saludable, pero simplemente no puedo evitarlo cuando el rollo de ansiedad se acumula dentro de mí y pensar en las pesadillas de la guerra hace que me dan ganas de todo menos de dormir. Recojo mi cabello en una coleta y salgo a la sala después de cambiarme, Fred ya está allí aún en pijamas.

-Buenos días Fred-saludo y su rostro se levanta de lo que sea que esté mirando en su escritorio.

-Buenos días Abaddon ¿Dormiste bien?-pregunta con una sonrisa suave, su cabello pelirrojo está desaliñado. ¿Realmente te importa o solo eres cortés? Pienso casi a la defensiva, pero como más de la mitad de las cosas que aparecen en mi mente no lo digo.

-Sí. ¿Y tú?-respondo rápido casi en automático y Fred me mirá extrañado, pero sacude la cabeza.

-Estoy bien-me sonríe y hago lo mismo casi hipnotizado por la forma en la que sus labios se curvan.

-Pronto despertará George y talvez no esté de humor, voy a prepararnos el desayuno-dice y se pone de pie, palmea mi brazo al pasar y entra a la cocina. Pienso sobre lo dicho y me siento donde él estaba antes y reviso lo que parecen ser nuevas ideas de bromas.

Pasan al menos unos 10 minutos cuando veo a George salir de la habitación de Fred, su cabello está revuelto y no se ve bien, tiene ojeras y se ve malhumorado.

Me pongo de pié y voy a la cocina y le sirvo el té y pongo la mesa mientras Fred termina de cocinar, el silencio en la casa es amainado por las pisadas del hermano más joven y por el sonido de Fred moviendo cosas en la estufa de resto el mundo se siente pequeño, tomo una respiración profunda como si en algún momento hubiera dejado de respirar, nunca me había incómodado el silencio, siempre había sido acojedor para mí, como un salvavidas, pero estos silencios son simplemente tensos. Me siento en la mesa después de terminar, George saca una especie de aparato muggle que pone en otro aparato rectangular y de él suena música que corta el silencio como un cuchillo, la música es suave y relajante, nada vibrante como los gemelos  es más algo tranquilo y frío como la mañana. Quiero saludarlo, pero me acobardo al ver que el parece querer más que todo tranquilidad.

George se sienta en la mesa, miró la parte de su rostro que le falta la oreja que creo perdio durante la batalla y me concentro allí, en esa cicatriz visible de la maldad de Voldemort, pero que al final del día George siempre usa un hechizo para simular que está completa y que nadie más la vea, solo porque entonces todos saben perfectamente quién es Fred y George y entonces ya no es tan divertido, pero yo oculto mi cicatriz debajo de mis mangas porque yo no fuí un héroe y me avergüenza, y porque demuestran que fuí un cobarde. George me mira momentáneamente y recoge el periódico de la mesa y lo levanta bloqueando totalmente su vista de mí.

-Buenos días, George-mi voz suena plana y baja, en otra ocasión no habría tomado la iniciativa. Lo habría ignorado y me habría hecho el indiferente, pero ahora no puedo, este va a hacer mi esposo y tengo que llevarme al menos cordialmente con el, tengo que hacer que funcione por el bien de todos, sobre todo el mío sino quiero que el resto de mi vida sea un infierno.

George baja levemente el periódico mirándome, su ojos son fríos, nada como sus miradas traviesas y divertidas es casi como si me repitiera con ella que le estoy arruinando la vida y no tiene que decir nada, la música de fondo solo hace que su mirada se vea más penetrante y casi exigente a que le diga algo y talvez entonces todo explote entre nosotros, y no soy capaz de reaccionar. ¿Hay algo que pueda hacer en una situación cómo está? ¿Como le digo a mi futuro esposo que no me miré como un cero a la izquierda? Yo solía mirar a la gente así, no es lindo recibir una cucharada de tu propia medicina, ni aún sabiendo que te lo mereces.

Al ver que no hago ni digo  nada solo sube el periódico y me quedo allí mirando la mesa, el se lleva al té a los labios, pero no hay segundas miradas, está frente a mí, pero hace como si no estuviera allí y duele un poco, solo un poco.

coмproмιѕo y pαrιαѕ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora