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Los gemelos sentían que les habían jugado la peor broma del mundo, la broma más estúpida que había puesto a latir sus corazones de forma frenética y los había hecho enfurecer.
Comprometerse y casarse, dos palabras que no esperaban escuchar tan pronto y ahora ambos tenían q tomar la decisión mas difícil de sus vidas, uno de ellos debía pasar el resto de su vida con un Malfoy porque después de casarse para ayudar a la desagradable familia, no podrían separarse.

Esa era la ley que impuso el ministerio hace un siglo atrás, si te casas con una paria te quedas con la paria. El maldito matrimonio era hasta la muerte, ambos sabían las cosas terribles que debían estar pasando los Malfoy, pero ellos tampoco querían sacrificar su propia felicidad por ayudar desinteresadamente a otros y también pensaban en lo egoísta que era sus padres a prácticamente obligarlos a tomar una decisión así.

Ambos se sentían entre la espada y la pared, Fred porque sabía que debía sentirse agradecido con el Malfoy que salvo su vida durante la batalla y George porque su otra mitad le habría sido arrebatada sino fuera por aquel rubio engreído. No era solo la cuestión de devolver un favor sino que con el matrimonio estarían salvando a una familia que se había quedado sin nada, pero también le robaba la felicidad a otra persona.

Los gemelos no querían sacrificar a su gemelo ni a ellos mismos, pero también se sentían inclinados ayudar a la familia y no entendían porque aquel espíritu de ayudar a los que se suponen que eran sus enemigos, talvez después de todo ser un Griffindor tenía sus desventajas.

– No quiero casarme Fred –le dijo su gemelo con una mirada angustiada.

– Yo tampoco –respondió.

– Talvez, haya una forma de
evitarlo. –murmuro con un apice de esperanza que parecio desvanecerse al ver la mirada ida de su hermano.

– No lo creo –Agrego el mayor con duda sin poder mirar el rostro angustiado del menor.

– Pero somos mayores de edad, podemos elegir con quién
casarnos –Añadio con enfado.

– No lo entiendes George, ya mamá hablo con Narcisa e hicieron un juramento inquebrantable –dijo este de golpe volteandose a ver la cara horrorizada de su hermano y abriendo sus ojos cuando se dio cuento de lo que había dicho.
 
– No, no, no. Mamá no pudo haber hecho algo como eso. Estás mintiendo Fred. Esto es una broma
¿Cierto? –farfullo incrédulo sin poder entender como su madre se había empeñado a desgraciar sus vidas.

– Lo hizo porque sabe lo que se siente ser repudiados y no tener prácticamente nada, además de que Narcisa Malfoy salvo a Harry y Abaddon me salvó la vida, estamos en deuda y además de que parecen haber aprendido de sus errores–Añadio el gemelo mayor con un tono ilegible.

– ¿Y eso qué?, ¿Porqué tenía que hacer algo sin nuestro consentimiento? Ahora son buenos segun mamá ¡por favor! –Expecto malhumorado el pelirrojo menor.

– No lo sé George, supongo que mamá sabe lo que hace –Añadio este desganado.

Ambos siguieron con su trabajo abrumados por los pensamientos de lo que podría ser su nueva vida. De como algunas cosas cambiarían para el que se casase. Por lo que después de pensarlo tanto ambos tomaron una decisión de la que sentían que se arrepentirian el restos de sus vidas, pero ninguno de los hermanos dejaría sufriendo solo al otro. Los gemelos Weasley vienen en duo y así sería por siempre y para siempre.

 Los gemelos Weasley vienen en duo y así sería por siempre y para siempre

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Por otro lado Abaddon malfoy pensaba en como habían llegado a ese punto de sus vidas de estar completamente arruinados y estar en la casa de sus supuestos enemigos, los traidores a la sangre. De como aquella familia había podido aceptar aquel juramento después de todo lo que les habían hecho, no podía evitar pensar como eran tan amables para permitirles la entrada a su casa, aceptar un matrimonio y apoyarlos económicamente a pesar de que no tienen tanto dinero.

A Abaddon no le cabía en la cabeza como Molly Weasley los había metido a los tres en la antigua habitación de los gemelos, los había abrigado, les había dado comida, ropa y había sido tan dulce. El no podía recordar la última vez que alguien fue tan dulce, porque aunque su madre los amará no era tan demostrativa por la reputación que debían mantener, por supuesto el no podía negarse a todo aquello, a pesar de que le habría gustado casarse con quién amase sabía que esta era la oportunidad de sus vidas, no solo el y su familia estarían protegidos por la que ahora también sería su familia y no se les podía tratar mal porque sería un ataque directo a los Weasleys, sino que podría casarse con uno de los gemelos que aunque recordaba siempre había sido un idiota con ellos, el sabía que eran amables y buenas personas por lo menos no sería alguien rico y mimado que sería el matrimonio forzado e insufrible al que lo habría obligado su padre, pero eso no podía evitar hacerlo sentir mal por el sacrificio que tenía que hacer uno de los gemelos.

Estaba seguro de que para el duo no sería fácil tomar dicha decisión, pero el trataría de ser paciente para llevarse bien con su esposo. Los tres integrantes no esperaban ser aceptados totalmente porque después de lo que habían hecho ninguno se sentía merecedor de ello.

Se acostó en la pequeña cama suspirando y pensando en que las cosas para el y su familia cambiarían, una nueva vida se asomaba para ellos y no sabía si para bien o para mal, pero Abaddon esperaba recibir lo que fuera con la frente en alto, sin miedo porque ya se había hartado de tener tanto miedo.

coмproмιѕo y pαrιαѕ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora