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EL COMPROMISO DE LOS GEMELOS WEASLEY YUN MALFOY

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EL COMPROMISO DE LOS
GEMELOS WEASLEY Y
UN MALFOY.


Ese era el enorme titular del profeta y en cada página había alguna mención sobre ello por el cual la gente no podía parar de hablar sobre cómo era posible que los Weasleys contrayesen lazos con un grupo de parias y mortífagos.

Fred sostenía aquel trozo de papel con molestía por muchos de los rumores y conclusiones estúpidas que Rita skeeter había escrito sobre ellos, la gente entraba a la tienda y les hacían preguntas a su hermano y a el, a lo que ambos los ignoraban o evadian y les mostraban sus nuevos productos con el fin de distraerlos. Las lechuzas tampoco se hicieron esperar con cartas de sus amigos y conocidos que querían saber que ocurría, pero que ambos ignoraron.

Fred y George no podían evitar sentirse molestos cada vez que alguien recurría a hacerles las mismas preguntas una y otra vez, aunque sabían que no era exactamente la culpa de la gente el estar tan asombrados porque dos de sus héroes de guerra se comprometerían con un mortífago que se supone ya no hacía parte de la sociedad, no evitaba que los gemelos se sintieran frustrados e irritados por la falta de discreción sobre el asunto.

Ambos se pusieron a trabajar tratando de ignorar sus preocupaciones hasta que decidieron cerrar la tienda para descansar de la gente, ya mañana tendrían más paciencia para sobrellevar lo que se venía y es que ambos se sentían cansados por la larga cena de la noche anterior y ese día que parecía no tener fin.

Mientras tanto Molly y Arthur se encontraba en la misma situación pero no se atrevieron a decirle nada a la gente que solo quería chismosear para después difundir.

Abbadon zapateaba nerviosamente leyendo todos los chismes y rumores que escribían sobre los Weasley se sentía tan culpable por lo que estaba pasando su ahora nueva familia por ayudarlos y aunque había dicho que enfrentaría las cosas sin miedo no podía evitar sentirse inseguro ante toda la situación que ante los ojos del mundo mágico parecía ridícula pero que para ellos era sumamente importante. El pelinegro levantó su manga que asomó la marca tenebroso haciendo que este sintiera repulsión y lo cubriese con rapidez de nuevo cuando escucho el fuerte crujido de la puerta.

- Cariño, ¿Ya estás listo? -dijo Molly entrando a la habitación y hablando dulcemente.

- Sí, señora Weasley, pero ¿Listo para qué?-pregunto confundido.

- Llámame Molly y es para que vallas a pasar tiempo con mis hijos, los tres necesitan conocerse-dijo la mujer mientras sonría de forma extrañamente dulce haciendo avergonzar al pelinegro.

- No creo que sea buena idea. ¿No es demasiado pronto? Talvez los gemelos quieran algo de tiempo para acostumbrarse-agrego el ojigris de forma segura, pero nervioso por dentro. No estaba listo para acercarse a los chicos a los que solía molestar en Hogwarts.

- Tonterías, el compromiso será pronto y deben empezar a relacionarse- termino de decir la mujer con una sonrisa y un aire despreocupada mientras abandonaba la habitación.

El ojigris suspiro y se apoyó en la mesa tratando de controlar sus emociones como siempre lo hacía, pero ahora las cosas ya no eran como antes ya no podía taparse con la máscara de indiferencia porque después de todo lo que habían vivido durante y después de la guerra se sentía cada vez más vulnerable, como si pudiera ser capaz de liberar todas sus emociones contenidas sin tener miedo de lo que pensansen sus padres o los demás. Aún así se levanto y bajo a la sala donde su madre y hermano lo esperaban para despedirlo y entro en la chimenea, el método más seguro ya que aún no podía salir a la calle hasta estar casado.

Abbadon llegó a un lindo apartamento de paredes blancas y muebles oscuros donde lo esperaban en el centro de la habitación dos pelirrojos con no muy buenas caras. El saludo fue formal casi seco, Abbadon sabía que no sería fácil ganarse a los gemelos, pero no podía evitar hasta cierto punto sentirse deprimido, los había molestado cada vez que podía, los llamo traidores a la sangre, pobretónes y esos sólo eran los insultos mas leves.

En aquel momento se había sentido superior, por las enseñanzas de su padre, pero ahora solo podía sentirse tan apenado de verlos y lamentaba cada cosa que había dicho, de pronto sintió un impulso de disculparse pero lo reprimió en el fondo de su mente hasta un mejor momento y se enfrasco en los gemelos que le daban un recorrido por el apartamento de cuatro habitaciones, dos baños, sala, cocina, ático y un bonito balcón.

El lugar era cálido y lo hacía sentir tan tranquilo, el recorrido continuó hasta la planta baja donde se ubica la tienda, el pelinegro quedó embobado con las bromas, pociones y todos los trucos divertidos que los gemelos habían inventado.

El sabia que estos eran brillantes, pero siempre parecían concentrar más su inteligencia en sus bromas que en estudiar y no es que Abbadon los haya observado tanto para poder identificar cuál es cuál, que Fred era el más extrovertido, George era mejor golpeador, Fred siempre era más impulsivo pero George más empático y no iba decir que amó como en su último año los gemelos se revelaron contra Umbrigde porque sabía que podía sentir un osgarmo al solo recordar la intensidad de uno de los mejores momentos de su vida.

El final del recorrido llegó y no habían cruzado ni una sola palabra después del saludo y se sentía claramente incómodo, observó cómo los gemelos se miraban de reojo en una pequeña guerra para ver quién tomaba la iniciativa asi que se armó de valor y decidió hacerlo el mismo.

- Bueno, ¿Les gustaría hacer
algo? -pregunto este de forma segura tratando de mantener arraya los nervios.

- Dejemos en claro algo Malfoy, que vallamos a comprometernos y casarnos no significa nada-añadio el menor molesto.

- ¡George!- regaño Fred tratando de que su hermano se controlase.

- Lo entiendo, solo estoy tratando que la situación sea menos incómoda para nosotros-agrego tranquilamente tratando de no alterar a ninguno de los hermanos, lo único que deseaba era ocasionar problemas.

- Ya es incómoda como puedes pretender que no lo sea, si tenemos que casarnos contigo, un asqueroso mortífago-Añadio George de forma hiriente tratando de sacar todos esos sentimientos que había tratado de reprimir en los últimos días que parecían querer explotar
en la cara del primogénito de los malfoy.

- No estoy esperando que me acepten, se que está situación es díficil para todos y comprendo el porque te sientes enojado, pero tampoco te da el derecho de que me hables así.-agrego este en un tono neutro pero firme, puede que los gemelos la esten pasando mal pero el no iba a permitir que lo humillasen.

- Como si la gente no pudiera decirte lo que quisieran, eres una paria.-recalco con obviedad como si el ojigris no lo supiese.

-George ya basta- Le cortó el pelirrojo mayor tratando de evitar que la situación empeorase aún más.

- No te preocupes Fred, no es nada que no me hayan dicho antes, pero que sepan que son mis prometidos, los que nos vuelve como iguales ante la sociedad mágica por lo que ni ustedes ni nadie tienen el derecho a despreciarme, porque volveré a ser un miembro activo en la sociedad así que les exijo no que me toleren sino que me respeten como su futuro esposo que soy.-dijo este en un semblante imperturbable que dejó a los pelirrojos atónitos mientras subía las escaleras y entrando a la chimenea se marcho de vuelta a la madriguera.

coмproмιѕo y pαrιαѕ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora