XXII-Dos al precio de uno

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Pasaron tal vez dos o tres días hasta que Jiang Cheng se recuperó, no dejaba de sentir dolor mínimo y molestias, pero por lo menos ya podía estar de pie y además que esas cosas anteriores eran posible solucionarlas con analgésicos.

Pero si le preguntaban si su dolor había valido la pena, sin duda respondería que sí, la vida ahora con Xichen sin nada de tensión sexual casi que ahogante entre ellos era asombrosa. Ahora Jiang Cheng podía volver a recibir sus mimos y besos cada que los quisiera sin tener que estar cargando otro problema en su entrepierna más tarde por el toque de su... novio?

-A-Huan...

El nombrado bajó la vista a donde estaba recostado el Jiang.

-¿Qué pasa mi amor? -acarició su rostro, tenía la sensación de que algo le preocupaba.

-Nosotros ya volvimos a estar en pareja ¿cierto? -su expresión era completamente de duda.

-No -respondió tranquilamente Xichen.

-¿Cómo?

Lan Huan se agachó un poco y le dio un beso en los labios tiernamente.

-La primera vez que te lo pedí fue aquí en esta sala, digamos que no fue lo mas romántico del mundo, ahora quiero pedírtelo bien -tomó su mano tiernamente-. Una cena romántica... Rosas... Chocolates... ¿propones algo más?

Jiang Cheng lo miró sorprendido mientras más besos eran dejados en su rostro y su cabello era masajeado.

-¿Y si te lo propongo yo antes que tú? -preguntó.

Xichen hizo un puchero, cosa que hizo sonreír a Jiang Cheng, que se levantó y se tiró encima del Lan fundiéndose en un abrazo, él comenzó a masajear su espalda y como venía siendo una costumbre los últimos días, también masajeó su cintura y caderas.

-¿Vas a pedírmelo o no?

-Mnh, no. Dejaré que me sorprendas -dijo levantándose lentamente del cómodo cuerpo de su ex y futuro novio.

Sonrió inconscientemente al pensar en este extraño término, era como que se encontraban en una situación extraña pero a la vez los dos podían estar seguros que seguirían juntos a futuro, por lo que realmente Jiang Cheng entendía por qué Lan Huan podía tomarse todo el tiempo del mundo, porque realmente lo tenían.

-¿Tienes hambre cierto?

-Iba a despertar a a-Yi de su siesta, pero no me enojo si me cocinas.

-Suena a excusa lo de a-Yi... ¿Hot cakes con miel? -preguntó acercándose.

Jiang Cheng sonrió y envolvió sus brazos por su cuello, dándole un beso profundo.

-¿Sabes que te amo mucho?

-¿Quién eres y qué hiciste con mi a-Cheng?

Un gruñido salió inconscientemente del Jiang, mientras se separaba y le daba un suave golpe en el hombro, murmurando algo que no se logró entender. Dándose la vuelta y yéndose a la habitación de su hijo.

Odiaba que lo conociera tan bien, aunque no en el sentido literal de odiar, mas bien era ¿molesto? en algunas ocasiones. No, tampoco lo podía definir así... Era más como un sentimiento leve de inferioridad, el que Xichen lo conociera de esa forma y él no lo conociera tanto ni por asomo. Bueno en realidad era entendible el que estuvieran en esta desventaja por así decirle, después de todo el Lan tenía más años en esto de querer consentir a Jiang Cheng y por ende de intentar conocerlo a profundidad, Jiang Cheng llevaba solo unos meses.

Entró a la habitación de su hijo, gracias a la poca luz que entraba por la ventana pudo ver al pequeño niño que dormía en su cama hecho un ovillo rodeado de peluches y todas las mantas a su alrededor, como no iba a dormir como un tronco si tenía tantas comodidades, Jiang Cheng envidió sanamente al niño por unos segundos, luego recordó a lo que iba y fue a despertarlo.

El detrás de escena - XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora