XIX-Adiós, y gracias

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Los gritos de su madre se hacían cada vez más potentes, en la mente de Jiang Cheng solo resonaba el constante "no debería haberle dicho nada"

Cuando había salido de su casa esa mañana para ir al colegio, no se imaginaba que ese mismo día darían las calificaciones generales de todo el colegio, tampoco se imaginaba que le llegaría una felicitación por estar dentro de los diez mejores, mejor dicho dentro de los cinco mejores, ocupando este último puesto.

Ese día había vuelto a casa más feliz que nunca, con alegría se lo había contado a su madre, quizás pensando que por fin por una vez en la vida se alegraría por sus logros. Pero no.

La comparación con Wei Ying llegó inminentemente.

Ninguno de sus padres nunca lo valoraría por lo que hacía sin antes preguntar por Wei Ying, si este último resultaba ser mejor que él, su padre sonreiría orgulloso y su madre comenzaría a gritar, como estaba haciendo ahora.

Porque podía ser el quinto mejor en todo el colegio, pero nadie pasaría por alto que Wei Ying estaba cuarto, y eso significaba que era mejor que él.

Le dolía, pero algo le impedía hablar o expresarse de alguna forma. Decidió levantarse e irse, sorprendentemente su madre no le dijo nada cuando se fue.

Fue a la habitación de Yanli, ella era la única en esa casa que lo quería por lo que era.

Un par de risas totalmente conocidas se adentraron en sus oídos.

Abrió la puerta, las versiones adolescentes de Yanli y Lan Huan estaban tranquilos riéndose de quien sabe que cosa.

-No te rías tan alto -dijo Lan Huan, pero sus labios no se movían.

Una risa se volvió a escuchar, pero ya no venía del escenario que había decidido recordar su cerebro, era un sonido externo.

-¿Papi todavía duerme? -una pausa- ¿Puedo buscar mis juguetes?

-¿Prometes hacer silencio?

Luego de una pequeña pausa la puerta se abrió y la luz se prendió, inconscientemente apretó los ojos ante la molestia.

Escuchó como Jingyi caminaba hasta donde estaba la mochila con juguetes que había llevado, mientras que Xichen se adentraba unos pasos en la habitación.

-Ya está papá -dijo el niño en un intento de susurro.

-Ve abajo, en unos minutos voy. Baja con cuidado -indicó.

Los pasos de Jingyi se escucharon cada vez más lejos casi de inmediato.

Jiang Cheng se desperezó.

-Buenos días -dijo sin abrir los ojos.

-Feliz cumpleaños -dijo, seguramente con una sonrisa.

-¿Quieres besarme cierto? -preguntó mientras abría lentamente los ojos, tratando de acostumbrarse rápido a la luz.

-¿Puedo? -dijo esperanzado.

-No.

Usó un tono firme, pero de igual modo no logró borrar la estúpida sonrisa en el rostro de Xichen, al menos hasta que se giró y quedó viéndolo directamente.

-¿Estuviste llorando?

-Ayer, todo el día, por si no te enteraste.

El mayor se acercó lentamente y tocó su rostro, sus mejillas estaban mojadas.

-Ahora, ¿estuviste llorando?

-Estaba durmiendo. A todo esto ¿Qué hora es?

-No me evites ¿tuviste una pesadilla?

El detrás de escena - XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora