XX-Problemas matutinos

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Jiang Cheng dio una vuelta por todo el sofá.

Luego otra más.

Tomó el almohadón extra que Xichen le había dejado, ni siquiera el olor impregnado en el objeto lo hacía dormirse, y dudaba que hubiera una ocasión en la que el perfume de Xichen no lo hubiera relajado.

Se sentó en el sofá y miró al pasillo, aun se veía una línea de luz proveniente de la habitación de Xichen que se escapaba por debajo de la puerta.

Luego de meditarlo por poco menos de dos minutos, se levantó de su cama y junto con la almohada que tenía en sus brazos y una de las cobijas que Xichen había sacado de su propia cama, camino por el frío pasillo hasta detenerse frente a la tan conocida puerta de su ex.

Al momento que enfrentó al rectángulo de madera, una especie de nervios lo invadieron, pero inconscientemente ya había dejado su mano sobre el picaporte y estaba jalando levemente de él.

Cuando se dio cuenta de esto, ya no podía darse la vuelta, no iba a dejar el poco de dignidad que le quedaba ahí, ya que en su mente si se daba la vuelta sería un cobarde, porque estaba más que seguro de que Xichen ya había notado el movimiento desde adentro.

Finalmente tomó el valor que le faltaba y abrió lentamente la puerta.

Como se esperaba, Xichen estaba medio acostado con un libro en sus manos. Estaba inmerso en ese mundo de fantasía, con sus lentes cuadrados que Jiang Cheng siempre había dicho que no le favorecían, pero era simplemente porque le molestaban cuando intentaba besarlo, y Xichen lo sabía, así que muchas veces los usaba solo para molestarlo.

-A-Cheng ¿todo bien? ¿necesitas algo? -preguntó dulcemente, mientras dejaba el libro en su mesa de luz.

Jiang Cheng se adentró lentamente en la habitación, sin tener idea de qué decir.

-Yo... Esto... No puedo dormir... ¿puedo...? -dijo casi que tartamudeando.

Sin siquiera haber terminado de hablar el Lan ya se había movido de lugar en la cama, dejándole el lugar que siempre había pertenecido a Jiang Cheng.

Jiang Cheng caminó lentamente hasta la cama, en el trayecto acomodó la manta sobre los pies, para luego meterse en la cama. Todo tenía el olor de Xichen, y aún luego de meses durmiendo en ese cuarto, en esa cama, no lograba saber si odiaba o amaba eso, pero no se quejaría de eso ahora. Por ahora le resultaba demasiado reconfortante.

-¿De qué trata? -preguntó mirando a donde estaba el libro, no tenía tanto sueño al fin y al cabo.

-Mitología griega ¿quieres leerlo? -preguntó, aunque fue más que nada por educación, ya que sabía que a Jiang Cheng le daba pereza incluso leer los guiones.

El menor negó con pereza, y abrazó el almohadón.

-Hace frío ¿no? -preguntó Jiang Cheng luego de unos minutos.

Xichen lo miró extrañado, ya que al parecer tenía la capacidad de no sentir frío al dormir, todo lo contrario a Jiang Cheng, quien sentía frío en todo momento. Eran buenos y se complementaban hasta en las cosas mas absurdas.

El Lan, que solo tenía una camiseta vieja y unos bóxer como pijama sonrió y abrió un poco las sábanas y cobijas, invitando al otro a dormir a su lado.

-Dos opciones, te acercas o buscas otras mantas para ti -determinó Lan Huan.

Jiang Cheng ni siquiera fingió pensarlo, simplemente se acercó a Xichen y se dejo abrazar, soltando sin querer un pequeño gemido al sentir los tan familiares brazos del otro rodear su cintura. Un fuerte sonrojo invadió su rostro con rapidez, haciéndolo esconderse de inmediato debajo de las sabanas. Quedando entre estas y el pecho de Xichen.

El detrás de escena - XichengDonde viven las historias. Descúbrelo ahora