Capítulo 33 | Jordan

740 90 0
                                    

Cupcakes rellenos.

Esa fue la sorpresa que le di a Kurt esta mañana cuando vino con Bailey a desayunar y a pasar la tarde con June y conmigo. Honestamente, fue un poco difícil sacar el cuaderno de recetas de mamá de las únicas dos cajas que no he desempacado. La primera es una llena de fotos y regalos de Ian que alguna vez me dio, y que debería tirar a la basura. La segunda es una caja con fotos de mamá, el álbum familiar, sus prendas favoritas, una caja con muchos pendientes y el cuaderno de recetas.

Me he sentido deprimida al abrirla, pero luego me he sentido como si ella estuviera junto a mí mientras los preparaba. Probablemente si no fuera por Kurt, esa caja jamás hubiera sido abierta.

Hoy es domingo, dos días después desde que descubrí la oficina de Kurt. Y desde que me hizo el amor en ella. Hoy no iré a trabajar, pero afortunadamente Kurt ya contrató a tres personas nuevas que empezaron ayer. Eso es bueno, porque sin duda hace falta ayuda en el bar.

Mi padre llamó esta mañana para informar que volverá la próxima. Lo que significa que vendrá por June y que todos tendremos que despedirnos de él. La noticia me ha caído como un balde de agua fría, pero he comprendido que era algo que tarde o temprano iba a ocurrir, y más que preocuparme por mí, estoy preocupada por June, porque June y yo hemos construido un vínculo muy fuerte y una rutina. Nuestra rutina. Una que incluye entrenamientos de béisbol, tardes en el McDonald’s, mañanas en la guardería y noches junto a Bailey mientras Erin les cuida. Por supuesto también incluyen a Kurt.

Lo único que me he estado repitiendo todo el día es Tengo que hablar con papá. Tengo que explicarle que June está muy unido aquí, a lo que me rodea y que no puede llevárselo lejos de mí. Lejos de Bailey y de Kurt porque más que afectarnos a nosotros, le afectará a él y es sólo un niño.

Espero que papá pueda darme una solución, porque tampoco quiero estar lejos de June.

Kurt y yo estamos limpiando la cocina. Acabamos de cenar y June y Bailey están en la sala viendo la televisión. Desde aquí escuchamos sus risas.

—¿Pensando en tu padre?

Le da al clavo.

—Espero poder hablar con él y conseguir, no sé, tal vez que se mude. Vive a unas dos horas de aquí, es muy lejos.

—Lo es —me pasa el último plato, se lava las manos y cierra la llave—. Una ventaja de que tu padre se esté esforzando por recuperarte es que al estar tan desesperado, hará cualquier cosa que le pidas. Eso lo hacemos todos.

—¿Ah sí? —me arrimo a él. Kurt me toma de la cadera y me encierra entre él y la pileta.

—No estoy recuperándote, pero sin duda haría cualquier cosa que me pidas, Jordan.

Kurt es la persona para mí.

Él sí lo es.

Kurt me toma de los muslos y me sube a la mesa. La mesa donde acabamos de cenar con su hija y con mi hermano. Jesucristo. Mete sus manos debajo de mi falda holgada y su boca está devorando mi cuello.

No puede estar haciendo esto si no podemos ir a la siguiente fase. Es injusto.

—Kurt —jadeo. Eso consigue llamar su atención porque une su frente a la mía mientras se muerde el labio.

—Lo sé —me besa—. Necesitamos una cama, Jordan.

Quiero decirle que en realidad hay camas aquí y las hay en su casa, pero sé que se refiere a que todo este tiempo no hemos tenido sexo en una cama.

—Es una suerte que estemos jóvenes —lo aprieto con mis piernas para acercarlo más a mí. Mala idea, porque eso me hace jadear sin querer al sentirlo—, porque podemos hacerlo en cualquier lugar sin complicaciones. ¿No crees?

Mitades del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora