El vestido que me proporcionaron era muy cómodo junto a un abrigo que desconocía que piel era pero su suavidad me compro al contacto, al menos no me dejarían morir de frio.
La comida no era mala, en realidad ni siquiera puse atención porque moría de hambre, mi error irme a dormir sin comer un bocado siquiera.
Estaba aburrida así que iría a investigar el lugar.
Los dos niños aún me miraban con curiosidad pero no es que pudiera ignorarlos, eran muy lindos.
—¿Puedo hacerles preguntas?
—Si...
Lo pensé bastante antes de preguntar.
—¿Qué son ustedes?
Ambos intercambiaron miradas pero Iris fue quien respondió.
—Somos espíritus guardianes.
—¿A quién protegen?
—A nuestro señor, el Rey de los Dragones.
Sus respuestas eran muy seguras así que sabía que no mentían.
—Eso significa que estamos en el norte...
Ambos gemelos asintieron.
Solté un bufido incrédula, no sé si sentirme feliz o preocupada por la situación en la que me había metido sin querer.
—¿El dragón sigue en su letargo? —pregunté mirando como ambos jóvenes se encogían en su lugar.
—Sí... Extrañamos a nuestro señor...
La voz de Celes sonó con añoro, seguramente su rey no era malo con sus subordinados.
—Aquel hombre... —no podía pronunciar su nombre por miedo de que apareciera frente a mí—. ¿Quién es él?
Ambos se quedaron callados, tal vez no iba a obtener una respuesta sobre él.
—Es quien custodia al dragón y el general de su ejército.
Sus palabras me enmudecieron, era por eso que él estaba en la portada de la novela, porque él dirigió el ataque a la diosa.
Pasé una mano por mi cabello platinado, de repente me sentía cansada, todo esto era extraño, ¿qué tenía que ver yo en todo esto?
—¿Puedo conseguir noticias del exterior en este lugar?
Ambos niños me miraron para después asentir.
Me guiaron por la oscura mansión, en realidad era espectacular, cuadros por doquier y extrañamente flores adornando los pasillos.
Hasta llegar a un cuarto solitario, cuando entramos había una gran fuente en su interior.
"Es como ver las noticias por televisión pero sin luz y sin una tele"
Efectivamente, era magia que reflejaba ciertas zonas de la capital del reino.
Los guardias estaban buscando algo pero no fue hasta que vi al príncipe con rostro preocupado hablando con mi padre que supe que tan grave era la situación.
—¿No tiene audio? —pregunte como se pudiera subir el volumen.
Lo único que recibí fueron miradas de confusión, así que pensé que eso era una negativa.
—Si quieres algo de alto rango puedes pedírmelo.
Me encogí ante las palabras que provinieron detrás de nosotros, suspire pesado no iba a ser amable con él.
—No gracias, tampoco es que no pueda descifrar lo que está sucediendo.
Ezriel se acercó a nosotros y con un movimiento de su mano la imagen comenzó a escucharse.
—Su alteza, mi hija... Esta perdida...
La voz fingida de mi padre estaba tan angustiada acompañada de lágrimas de cocodrilo.
—Duque, no se preocupe recuperaremos a Luna no importa que suceda, ella es mi prometida y no dejaré que le hagan daño.
Estaba sorprendida, Klieb estaba extrañamente preocupado por mí o la antigua dueña mejor dicho.
–Mi adorada hija...
El sonido se fue cuando la mano volvió a pasar sobre la imagen.
Supuse que mi mala cara le dijo que estaba de mal humor.
—Estarán en problemas si me quedo aquí, si quieres ayudarme déjame ir.
No dude mis palabras cuando mire a Ezriel a los ojos, no parecía sorprendido pero negó con la cabeza.
—No puedo dejarte ir.
—¿Para qué me necesitas? ¿No tuviste suficiente con matarme? —las palabras salieron solas, no iba a tener consideración—. El hecho que seas guardia del dragón significa que estarán en una eterna guerra con la santa sede y los humanos, no deseo estar aquí cuando eso suceda.
Sabía lo que pasaría en el futuro y era inevitable del que dragón despertará, obviamente no quería estar aquí cuando eso empezara.
—¿A donde puedes ir? —preguntó tranquilo, sus ojos se oscurecieron por un breve momento.
—Cualquier lugar es mejor que estar aquí —finalicé encarándolo.
—¿Eso incluye el ducado y el castillo?
Este tipo sabía cómo sacarme de quicio, me cruce de brazos molesta y él pareció satisfecho al formarse una leve sonrisa en sus labios.
—Si quieres volver te regresaré al ducado, solamente ahí.
El silenció reino en la sala, parecía que iniciaría una guerra entre ambos pues los niños corrieron en cuanto la discusión comenzó.
—¿Para qué me quieres? —mi molestia se notó con frustración—. Solo quiero vivir.
Ni siquiera le di tiempo a responder cuando salí de la cámara en la que estábamos, estaba enojada y quería golpearlo.
Si no me iba a dejar salir por las buenas entonces tampoco tenía que pensarlo mucho, había huido del ducado en menos de un día y ciertamente no entendía nada de cómo funcionaba eso de correr al ser noble.
Muchas veces leí que hacían contratos para casarse y salir de ahí, particularmente no iba a hacer una estupidez de esa magnitud si de todos modos no iba a tener validación a causa que el norte era enemigo de todos los reinos, así que la opción viable era correr a algún pueblo tan lejano de la zona de guerra que no me llegaran a encontrar por error.
Caminé por la gran mansión de alguna manera tendría una puerta o eso creí.
No había nada que me llevara al exterior más que un gran ventanal."¿Qué clase de estúpida arquitectura es esta?"
—¡Argh! —con mucho esfuerzo tuve que empujar para mover un poco la puerta.
No iba a entrar con el abrigo así que me lo quite y lo sostuve con mi mano en lo que pasaba.
Salí a un pequeño jardín sin vida y con nieve pero extrañamente no se sentía frío.
Caminé entre los árboles sin hojas, el lugar era inmenso y aunque el sol estaba en su punto más alto no parecía que iba a terminar pronto el recorrido.
Un sonido provino a lo lejos, era una...
—¿Respiración?
Me reí nerviosa por mi loco pensamiento, tal vez, solo un poco, quería creer que sería el gran dragón.
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La Bailarina Del Dragón
Fantasy¿Por qué dejar que mi camino sea trazado por una novela? No me gusta la típica heroína que necesita ser salvada, ni la típica villana que intenta arreglar su vida con los personajes principales para no morir en su historia. Al diablo todo eso. ¡Toma...