Capítulo 22

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Los días pasaron como agua pero no fue hasta el tercer día que Rayhan despertó de su letargo.

—¿Qué hacen aquí?

Sus primeras palabras roncas y llenas de disgusto resonaron por el cuarto.

Estaba junto a Junny tomando el té en una mesa de su cuarto por si despertaba.

No dude en levarme enseguida de la mesa para verificar su estado, afortunadamente su actuar solo era somnolencia.

—¿Cómo te sientes? —pregunté mientras tocaba su frente con mi mano verificando que su temperatura fuera normal.

Con un gesto de extrañeza hizo que retirara mi mano.

—Con mucha hambre, ¿qué hacen comiendo en mi cuarto?

Definitivamente no estaba mal pues se levantó evadiéndome con facilidad tomando mi lugar en la silla engullendo varias galletas sin importarle su alrededor.

—¿Tienes algún dolor en tu cuerpo? —Junny pregunto preocupada aunque lo viera comiendo como si nada hubiera pasado.

—¿Qué sucedió después de ese día? —preguntó con cierto recelo Rayhan intentando entender nuestro actuar.

—Acabas de despertar después de tres días.

Mi sentencia hizo que se atragantara con la galleta que comía.

—¿Es broma?

Junny negó sinceramente con la cabeza.

Por fin se puso serio y se levantó del asiento.

—Ezriel.

Ante su llamado el guardián apareció en segundos frente a él.

Me senté en la cama esperando a que ellos se fueran y nos dejaran abandonadas.

—Habla.

—Cien personas despertaron, de todas la edades, unidades útiles en guerra apenas somos unos sesenta.

No estábamos ni cerca de hacer un ejército, supuse que Rayhan no podía controlar quien era invocado y quién no.

—¿Todos los demás?

—Cuidan del castillo y están levantando casas alrededor de la muralla, incluso están reforzando la muralla ante un posible ataque de magia.

Era gente que estaba comenzando desde cero, de alguna forma me parecía sorprendente saber que en tres días estuvieran trabajando a toda velocidad.

—Reúne a todos, cuando estén listos, ustedes irán conmigo.

Junny intercambio miradas conmigo confundida.

No teníamos la menor idea en que estaba pensando Rayhan, incluso Ezriel se noto sorprendido por su orden, aun así la acato.

No pasó ni cinco minutos cuando todos estaban reunidos en una gran sala.

Sostuve con fuerza la mano de Junny, las miradas insistentes de todos eran abrumadoras, aunque conociéramos el castillo anteriormente, ahora parecía ser un lugar totalmente diferente.

No los culpaba por querer proteger su hogar pero tampoco quería sentirme agobiada.

—¿Por qué hay humanas aquí?

Los susurro y las preguntas comenzaron a formarse entre la multitud.

"Podemos escucharlos" mi pensamiento lleno de fastidio me hizo poner una mala cara.

—Silencio.

El ambiente se volvió pesado al escuchar las palabras de Rayhan, ni siquiera tuvo que alzar la voz para que le hicieran caso.

La Bailarina Del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora