Capítulo 29

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-¿Cuánto tiempo necesitas para la información?

Leo me juzgaba con sus bonitos ojos a lo que me encogí de hombros.

-Haré todo lo posible para armar un contrato que beneficie a todos -hice una pequeña pausa para pensar-, tal vez el límite de tiempo sea para cuando juzguen a mi padre, seguramente intentaran encontrarme para que asista al juicio.

-¿No intentarán retenerte en el reino?

Sonia sonó seria y hasta un poco preocupada cuando analizo que me alojaba en el norte donde teóricamente era una aislada del mundo.

-El dragón negro no va a dejar que me maten -suspiré resignada antes que aliviada-, no importa si la Santa Sede intenta retenerme por la fuerza, él me sacará de ahí.

Su nombre implícito en mis palabras era algo triste, estaba segura que Ezriel me encontraría, eso implicaba este lugar también, tarde o temprano sucedería.

-Entonces, ¿volverás al norte? -la pregunta de Klieb fue reflexiva.

-No quisiera -admití amargamente-, pero tampoco tendría opción, si ese es el caso entonces intentaré terminar el tratado de paz.

En el norte ya no sería útil, una vez que volva seguramente me encerrarían por órdenes de los dragones evitando cualquier salida y escape mágico que tuviera.

-¿Qué hará por su parte, señorita Fresta?

Junny se encogió de hombros pero una mirada rápida me indicó que no iba a ser una decisión fácil para ella.

-No tengo poder mágico pero soy buena estudiando, puedo ser útil para recabar información también...

-¿Quieres decir que te quedaras con la princesa? -Leo no intentaba incomodar, solo ordenar prioridades.

-Si para la señorita Luna está bien...

Sus ojos rosas dudaron, no podía odiarla aunque alguna parte de mi frustración deseaba que ella me odiara.

-Puedes hacer lo que quieras, es tu decisión.

Junny sonrió ampliamente agradecida pero no le pude devolver la sonrisa.

-Intentaré contactarte por...

-¿Cartas? -inquirí ciertamente insegura de la situación.

Todos nos quedamos callados, ni siquiera era viable que un ave mensajera hiciera un viaje ridículamente largo.

-Hay un método más fácil...

Todos pusimos los ojos en Sonia quien se encogió y sonrió nerviosa.

Estábamos nuevamente en el jardín cuando ella trajo dos cajas hermosas.

Lentamente las abrió dejando ver su contenido.

-¿Espejos? -pregunté al ver el artefacto que era de mano.

-¿Funcionan con magia? -preguntó Junny mirando por arriba del hombro de Sonia.

-El portador no necesita tener magia pero ambos espejos deben estar vinculados con las personas que desean conectarse.

Klieb intercambio miradas inseguras conmigo, no porque no creyera en ella, sino porque sería raro hablarle a un espejo.

-Para la situación es útil -apoyé la idea de Sonia y después sujete un espejo.

El hierro frío en mi mano comenzó a calentarse pero no para quemar, en el borde del metal se grabó el nombre de Luna con hermosas letras.

-¡Wow! -no pude evitar mover mis dedos en el grabado estaba frío como si no hubiera pasado nada en el artefacto.

Sin darnos tiempo para asegurar su utilidad, Klieb tomó el suyo grabando su nombre.

La Bailarina Del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora