Capítulo 31

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Me pregunto qué cara habré puesto porque ambos dragones me miraron con cierto temor preocupados por mi salud mental.

Mi cuerpo se acomodo y sonreí despreocupada.

-Ya veo que mis niños no soportan una leve broma de su madre.

Estaba actuando tan mal que pensé que me iban a encerrar, aunque mi voz ahora sonaba suave y tranquila estaba confundida pero si dijeron que era la diosa entonces tenía que comprobarlo.

Alcé un poco el dobladillo de las mangas y estaban limpias, sin marca alguna en el cuerpo como las mías.

Me quedé tan sorprendida que ellos volvieron a hablar para sacarme de mis pensamientos.

-Mi señora, le pedimos de corazón que no haga ese tipo de bromas, una semana paso desde que se quedó sin magia luchando contra los humanos.

Sentí una amarga sonrisa en mi rostro y dirigí la mirada a ambos dragones.

-¿Qué sucedió con exactamente con todos?

Mi pregunta estaba llena de angustia porque en una parte de mi pequeño cerebro creyó que nada estaba correctamente en su lugar conforme a las historias contadas.

-La santa se dejó corromper por los humanos, una persona empática con el sufrimiento de ellos la hizo caer en sus palabras.

Me quedé en silencio procesando las palabras, entonces este no era mi realidad en el norte sino algo más complicado.

-Siempre tuvimos paz, ¿cómo llegamos a esto? -aunque intenté que sonará más para mi Rayhan me contemplo serio.

-Todos convivíamos con ellos, es cierto pero los humanos anhelaban más poder, lentamente nos mandaron al norte separándonos de todos, no creí que la santa osara usar su poder en nuestra contra.

-Se supone que había un equilibrio entre ambas razas...

El silencio se propagó por el salón, estaba confundida y necesitaba más respuestas pero el cuerpo no reaccionaba se sintió agotado en un momento.

-Debes descansar, la próxima pelea esta cerca y debemos atacar a la santa.

Desvíe la mirada el piso con pena y cierta angustia.

-De acuerdo.

Intente levantarme pero un mareo me hizo caer al sillón.

-¡Mi señora!

Estaba envuelta en los brazos de Ezriel note sus ojos rubíes contemplando con total preocupación, no solo como un fiel sirviente sino como alguien preocupado por una familia.

Estaba sorprendida, aquella amabilidad que profesaba estaba lejos de ser la que mostraba conmigo, se sintió amargo por un momento y mis manos lo alejaron antes de que me terminara de ayudar.

Sus ojos se agradaron sorprendidos, ante mi error sonreí suave y negué.

-Pensé que podía estar de pie pero me temo que me equivoque.

-No tienes porque esforzarte, deja que nosotros seamos quien resolvamos el problema.

Sostuve de su brazo pero lo tomé con más fuerza negando severamente.

-¿Qué crees que pase en el futuro si ustedes se ven afectados? -pregunté realmente juiciosa-. ¿Estás dispuesto a cargar con todo el resultado de esta guerra?

Ezriel me contemplo confundido pero no perdió la decisión en sus ojos después de escuchar mis palabras.

-Si no logramos resolver este conflicto, no importe cuanto tiempo tarde, te aseguro que lo terminare.

-¿Cómo? ¿Sacrificando más gente? -interrogué dolida al verme en el presente y no en este pasado.

-Tendrás que ayudarme dejando pistas, incluso si haces a otra santa, la encontrare para salvarte.

-¿Por qué ir tan lejos?

Sus ojos se ensombrecieron pero su boca se volvió una fina línea.

-Porque somos tus creaciones.

Rayhan que se mantuvo en silencio se levanto del sillón acercándose a nosotros y sosteniendo mi mano con gentileza para mantener mi cuerpo en equilibrio, percibí como sus ojos dorados brillaron con intensidad.

-Somos leales a la diosa, no importa lo que sacrifiquemos, nos quedaremos a tu lado.

Sus palabras fueron seguras pero dulces al mismo tiempo, era una lealtad y amor a su diosa que alguien humana como yo no podía terminar de entender, en ese caso, ¿estaba siendo egoísta solo queriendo salvar mi propia vida?

Una forma bastante amarga de ver mi propio punto de vista, no pude vitar sonreír desganada pero si realmente ellos amaban a su diosa, ¿por qué creo la torre del sur? Algo no tenía sentido para mí o estaba pasando algo por hecho.

-Deberías volver a tu cuarto y comer algo.

Ezriel me sacó de mis pensamientos pero no podía irme, aun no.

-¿No me odiaras si te encierro en un gran sueño para protegerlos a todos? -mi voz tembló con cierta preocupación ante la idea del presente.

Ambos dragones intercambiaron miradas que no logre entender pero ellos en cambio sonrieron tiernamente, le sonrieron a su diosa que intentaba cuidarlos no destruirlos.

-Sí la diosa cree que con eso puede calmar la ira de los humanos y conseguir la paz, entonces aceptare cualquier orden.

No pude evitar que mis lágrimas se derramaran de mis ojos mientras agitaba la cabeza.

No entendía que quería la diosa, no entendía a Rayhan y me temo que Ezriel era el fondo de la incógnita a resolver.

Sabía que era una pieza para ellos en la historia original, pero entonces, ¿Ezriel cambio el rumbo al matarme?

Intento conseguir a su propia santa partiendo de que sabía que yo había leído el libro que la diosa dejo.

De mis ojos cayeron lagrimas amargas y mi corazón dolía tanto que sabía que ellos no me creerían aunque volviera a su lado al norte, solo era una pieza más.

La Bailarina Del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora