Abrí los ojos sin embargo todo estaba oscuro a excepción de la chimenea que calentaba el cuarto.
-Me estoy muriendo de sed.
Podía llamar a alguno de los gemelos pero ellos seguramente estaban en una condición peor que yo.
Obligué a mi cansado cuerpo a mover mis pesadas piernas.
Cuando salí al pasillo intenté hacer un croquis en mi mente para llegar a la cocina pero fue imposible.
Así que caminé sin rumbo hasta que vi en uno de los cuartos la puerta entre abierta donde salía luz.
Lentamente caminé para escuchar algo.
-¿Entonces ella se ofreció?
Reconocí la voz de Ezriel que sonaba firme y sería.
-¿No debería alegrarte? -la voz sonaba joven incluso un poco aburrido-, pensé que querías su alma.
El silencio se propagó por la sala.
No volvió el ruido hasta que se abrió la puerta dejando ver a una nueva persona mirándome con una sonrisa de burla.
-¿Luna?
El nombre sonó dentro del lugar, era de Ezriel que estaba parado caminando a toda velocidad a la puerta.
De la nada me abrazo, su tierno abrazo me hizo sentir tranquila, mis brazos de movieron solos a su cuello devolviendo el gesto con cierto alivio de verlo bien.
Su mano pasó por mi cintura la otra tomó con firmeza mi espalda, en un momento estaba siendo cargada en sus brazos.
Ingresamos al cuarto dejándome en el sillón arrodillándose frente a mí.
Sus ojos carmín eran un deleite, brillaban preocupados e incluso tal vez por primera vez tenían ternura en ellos.
"¿Qué estaba pasando con él?"
-Deberías estar descansando, ¿qué haces caminado por ahí?
No era un reproche era una duda totalmente preocupada, estaba enmudecida por la sorpresa.
-¿Estás bien? -aunque estaba más sorprendida por sus acciones mi voz salió como un hilo por la resequedad haciendo que sonará suave.
Toque su frente intentando averiguar si tenía fiebre por su actuar pero sus ojos brillaron con intensidad ante mi gesto.
Sus manos tomaron la mía besando suavemente su dorso.
Me reí nerviosa porque estaba comenzando a pensar que seguía dormida, me pellizque la mejilla pero dolió con fuerza.
-¿De verdad no se llevaban bien?
Ambos saltamos ante la voz que sonó, lo había olvidado por completo.
Dirigí la vista al chico frente a nosotros, su cabello rojo frondoso llegaba hasta la cintura, su piel canela era hermosa combinando con sus ojos dorados brillaban con intensidad aunque parecían antiguos.
-¿Eres el dragón? -cuando me di cuenta mis palabras salieron antes de solo pensarlo.
Una sonrisa de burla apareció en sus labios.
-Parece que no reconoces a tu compañero.
Me empecé a reír muy fuerte, estaba loca pero era increíble lo que estaba pasando ahora a mismo.
-¿Compañero? -repetí lentamente intentando procesar la palabra.
El ahora humanizado dragón se sentó frente al sillón y se relajó con aires de grandeza.
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La Bailarina Del Dragón
Fantasy¿Por qué dejar que mi camino sea trazado por una novela? No me gusta la típica heroína que necesita ser salvada, ni la típica villana que intenta arreglar su vida con los personajes principales para no morir en su historia. Al diablo todo eso. ¡Toma...