Ambas caminamos por los pasillos para averiguar dónde estaba la cocina.
Junny estaba segura de que no comería nada que ellos nos dieran y por lo tanto tampoco dejaría que yo lo hiciera.
Al final decidió "por voluntad propia" tengo que aclarar, volverse mi dama de compañía.
Le dije que simplemente me tratara como siempre pero se aferro a su loca idea así que la deje ser.
Para nuestro alivio ninguno de los dos gemelos aparecieron por nuestro camino, le comenté un poco sobre ellos pero apenas se entero de su ser dijo que los ahuyentaría de mi.
Agradecía que no aparecieran y que dejaran la cocina libre para ambas.
-¿Crees que podamos hacer un pastel de manzana? -pregunté viéndolos ingredientes.
-¿Sabes cocinar? -los ojos rosas de Junny brillaron emocionada-, quisiera poder aprender, nunca tuve la oportunidad de cocinar cosas tan caras...
Su ánimo se esfumó un poco pero su sonrisa no.
-Dicen que la comida sabe mejor cuando se hace en compañía -sonreí con cierta nostalgia al recordar a mis padres.
No necesito más para comenzar a seguir mis indicaciones, era bastante diestra que terminamos en un momento.
-¡Esto es una delicia! -gritó Junny devorando el pastel, fue el desayuno más tranquilo que tuvimos.
-Junny, ¿sabes cómo usar magia?
Mi pregunta no pareció sorprenderle.
-Me enseñaron a usarla aunque no tenía aptitudes para eso, seguí estudiando para aprender a manejarla.
-Sabes que pareces un ángel que ayuda a los demás -mis labios hicieron una gran sonrisa a la joven-. ¿Y escribir?
-Ambas son básicas para ser parte de un monasterio, leer magia es más complicado pero eso depende del poder de cada persona.
Está chica iba a ser gran ayuda para mí futuro.
-Incluso se bailar ciertos ritos, aunque creo que nos estaban enseñando a reforzar el sello...
Se quedó callada al darse cuenta de sus palabras, asentí ante su silencio.
-¿Puedes enseñarme? -pedí amablemente, seguramente sería más agradable que ella me guiara.
Con esto dicho ambas caminamos a la biblioteca perdiéndonos entre algunos cuartos por su curiosidad.
Cuando llegamos estuvimos a punto de tirar nuestra comida por el susto.
Ezriel tenía una cara de seriedad y frialdad al vernos a ambas, se levantó lentamente de la silla donde al parecer se encontraba leyendo un libro.
-Olvidaste tu clase -su voz grave resonó por la biblioteca-, que empezó hace dos horas.
Trague ruidosamente intentando calmarme.
-Ya no necesitas perder tu tiempo en esto -respondí sin mirarlo a los ojos-, ya no hay trato.
-Estas tentando peligrosamente mi amabilidad, Luna -cuando el nombre salió de sus labios di un brinco asustada-, no la pongas a prueba con esa muchacha.
Junny se encogió ante su comentario.
-Entonces regrésanos al templo.
Levanté la mirada retando sus palabras, ahora fue él quien se pasó una mano por la cara frustrado.
-Ella no sabe usar magia, no es lo mismo.
-Entonces te demostraré que te equivocas.
Sus ojos brillaron en respuesta, lanzó una larga mirada a Junny.
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La Bailarina Del Dragón
Fantasy¿Por qué dejar que mi camino sea trazado por una novela? No me gusta la típica heroína que necesita ser salvada, ni la típica villana que intenta arreglar su vida con los personajes principales para no morir en su historia. Al diablo todo eso. ¡Toma...