Capítulo 14

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-¿Entonces te mantuvieron cautiva?

La voz de Klieb sonó con pesar, sus ojos cansados se posaron en mí.

-Sí, aunque desconozco los motivos de porque fui a la que secuestro.

-La señorita Junny dijo que nunca te perdió de vista, ¿lo conocías?

-No, ese día fue el primer día en que lo vi.

Era el segundo, el primero fue en el día que morí.

Pensándolo tranquilamente había varias cosas que resolver.

Primero-. Compré la novela que contaba la historia de Junny.

Segundo-. Morí a causa de un rayo pero Ezriel fue el primero que me encontró en mi mundo e igual dijo que fue tarde en encontrarme ahora.

Tercero-. Junny no poseía poder divino, en cambio él dijo que yo poseía ese poder a causa del rayo creado por la diosa y que mis marcas eran muestra de eso.

Malditos bastardos locos, por eso odiaba a los dioses, siempre que había mortales, ellos se llevaban la peor parte.

Sólo podía sacar una conclusión de todo esto, ese libro estaba maldito y fui una estúpida al comprarlo.

Hablando en serio, al parecer le robe los poderes a Junny que por guión de la novela le correspondían.

¿Tal vez podía devolverlos e irme en paz? Era egoísta porque Junny terminaría muriendo a manos de Ezriel que también era un dragón.

Me pasé las manos por la cara frustrada, lo más importante por ahora era pasar la noche sin volver con él.

-Pondré varios guardias esta noche a cuidarte, si no logramos detenerlo...

-No me busques.

Finalicé sin dudar.

-Me quiere por el poder, entonces si es imposible detenerlo solo lo seguiré, descubrí que puedo aprender magia así que tal vez logre aprender sobre el dragón y decirles como dormirlo.

-¿No quieres que te salve?

La confusión de Klieb era evidente.

-No quiero una guerra, tienes que resolver el problema del ducado, rescatarme no tendrá sentido si mi padre fue quitado del poder.

-¿Pero tú morirás a sus manos? -Junny sujeto mis manos con firmeza.

-No estoy segura, no parecía querer matarme pero tampoco puedo asegurar que no lo haga en un futuro, haré todo lo que esté en mis manos para escapar, en el peor de los casos hacerme lo suficientemente necesaria para mantenerme viva.

-Entonces hagamos eso.

El príncipe accedió y se retiro primero, Junny se quedó como le dijeron, apenas probamos comida alguna, la noche había caído muy rápido.

Estaba nerviosa a pesar de que estábamos en una habitación llena de sacerdotes y guardias esto podía terminar mal.

Calmé el remolino de pensamientos que tenía en mente, la última vez me encontró por mi culpa aunque era difícil comencé a hacer platica a Junny, cosas tontas como que le gustaba hacer y si tocaba algún instrumento.

Se notaba el ambiente tenso pero si pasaba la noche con tranquilidad entonces todo estaría bien, llego un momento donde mis ojos comenzaron a ceder ante el cansancio e incluso Junny se notaba cansada.

Todo lo que paso después fue un abrir y cerrar de ojos.

Un círculo mágico enorme se abrió en la sala, los guardias incluso los sacerdotes comenzaron a rezar.

El círculo no cedió ante su poder.

Del piso emergió lo que estábamos esperando, sin darnos tiempo todos cayeron desmayados.

La figura de Ezriel apareció frente a nosotras y supe que Junny no se desmayo porque también se levantó conmigo del sillón.

-Se terminó tu tiempo.

La voz fría de Ezriel me erizo el cuerpo entero.

-No iré contigo.

Mis pensamientos se hicieron palabras en segundos.

-Lo temí cuando supe que te estabas quedando aquí -miró a los caballeros y a los sacerdotes del piso-. Entrar aquí es difícil pero no imposible.

La mano de Junny me sujeto más fuerte cuando dijo eso, era más que obvio que él siempre me encontraría.

Antes de salir corriendo ambas nos quedamos paralizadas cuando el círculo mágico se coloco bajo nosotros, un gran brillo nos cegó.

Ambas caímos al piso frio cuando nuestro cuerpo se movió.

-¿Estás bien? -pregunté a Junny quien se había golpeado en el brazo.

Agitó la cabeza para afirmar mientras me miraba rápidamente.

-Aléjate de ella.

Ambas nos quedamos quietas al saber donde estábamos, al menos para mí no era desconocida la sala de estar.

Antes de que Ezriel caminara hacia nosotras abrace a Junny protegiéndola con mi cuerpo.

-No le haré nada -un suspiro pesado fue lo que nos dijo que seguía molesto-, solo la regresaré a donde pertenece.

-Junny no es peligrosa -dije sin soltarla-, no posee ningún poder divino.

Si era verdad lo que el sacerdote dijo y Ezriel lo comprobaba quería decir que yo había robado ese poder.

Me dio una larga mirada y después a ella, su semblante estaba serio pero solo alzó la mano hacia nosotras.

-Eso lo comprobaré, pero si contiene por lo menos una mínima muestra de poder divino la regresaré a su templo.

Ambas nos ayudamos a parar, los ojos rosas de Junny tenían miedo de los del guardián pero se armo de valor y tomó su mano.

Estaba separada de ella, pero me estaba obligado a respirar porque no lo estaba haciendo.

Aunque Ezriel brillo, Junny no lo hizo, fue como si una corriente de luz fuera incapaz de pasar.

-Qué extraño...

Fueron sus únicas palabras al soltarla, la evaluó con la mirada pero Junny ya estaba aferrada a mi brazo.

Intenté que mis piernas no cediera al darse cuenta que Junny no poseía magia ni por error, era una simple mortal.

-Debe irse.

-No me iré, protegeré con mi vida a Luna si es necesario.

Sus manos temblaban pero su mirada era firme.

-Ella no es ninguna amenaza para ti -mis amargas palabras no entendían que quería Ezriel-, si la regresas olvida todo trato e incluso si tengo que volver a morir para escapar de ti, lo haré.

No era verdad pero tenía que amenazarlo con lo que más le dolía, perder el poder de la diosa.

-¿Por una humana? -preguntó de manera fría.

-Prefiero una humana con calidez como Junny a un ser que solo desea poder.

Antes de que dijera algo más me lleve a toda velocidad a Junny a mi cuarto, al menos ahí estaríamos seguras.

-¿Cómo te encuentras? -pregunté cuando cerré la puerta con seguro y la senté en la cama.

-Bien gracias pero ¿esto está bien?

Su voz contenía confusión con evidente preocupación, no podía culparla, todo había pasado muy rápido.

-Estás segura aquí, se que él no te tocara pero evitemos decir su nombre, puede que aparezca si lo llamamos.

Asintió rápido y miro a su alrededor.

-Esto parece un sueño... Uno bastante aterrador.

Me reí por fin, estaba descansando mi cuerpo de toda la tensión, ella también comenzó a reírse aliviando su propio cuerpo.

Ambas quedamos dormidas en la cama sin dejar de abrazarnos, no tenía idea de donde debía comenzar.

La Bailarina Del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora