Capítulo 25

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Abrí los ojos con algo de complicaciones por el horrible mareo y cansancio que me dio, nunca pensé que hacer un viaje de ese estilo fuera tan agotador, Ezriel siempre hizo ver fácil el traslado entre los círculos mágicos.

Verifique que Junny seguía completa a mi lado aunque creo que estaba igual de mareada.

Ambas nos paramos con una sonrisa nerviosa ante nuestro viaje por lo menos salimos completas, comenzamos a ver a nuestro alrededor, estaba completamente oscuro.

-¿Donde crees que estemos? -preguntó Junny intentando acostumbrarse a la oscuridad.

-Estoy segura que estamos en la mansión pero...

Un gran ruido nos hizo callar.

El ruido de pisadas metálicas hizo quedarnos quietas en silencio.

-¡Su Alteza!

Intercambiamos miradas confundidas pero antes de que corriéramos a la puerta esta se abrió iluminando el lugar.

Tuvimos que taparnos los ojos por el repentino deslumbrar pero al abrirlos pude ver unos ojos verdes inconfundibles.

-¿Luna?

La cara del príncipe era de sorpresa total.

-Su Alteza -sonreí un poco aliviada por encontrarlo.

Él corrió hacia nosotras sorprendido y revisando nuestro estado.

-¿Qué hacen aquí? -estaba realmente confundido-. Pensé que él Norte las había secuestrado.

Negué con la cabeza cuando vi en la puerta al mayordomo que pareció un fantasma cuando me vio.

-Me temo que esa información está equivocada por ahora tenemos que apurarnos antes de que den el aviso a mi padre.

El mayordomo intento pararme pero fue más su sorpresa que su actuar, me moví entre los guardias al lugar donde mi padre guardaba todos los documentos de su corrupción, al menos sabía que información era gracias a la novela que había descrito la caída de la verdadera Luna.

La oficina de mi padre poseía un librero con combinaciones, eran cuestión de solo mover ciertos libros en orden de colores.

Me pareció infantil cuando leí que fue la manera más fácil de acceder pero en este momento agradecí que fuera fácil de recordar, con un clic el gran estante se movió sin necesidad de empujarlo, el príncipe tenía por lo menos a diez guardias tras nosotros, dio una orden de que sus guardias se adentraran pero cuando ingrese realmente fue grande mi sorpresa, no sólo era un cuarto anexo.

-Son pasadizos...

La voz de Junny sonó por los túneles del cuarto.

-¡Revisen todo!

Ante la orden del príncipe todos los guardias se movieron sin dudar.

Caminé hasta una pared desgastada y lo examine, según la novela tuvieron que romper la pared pues no sabían la combinación para abrir los ladrillos.

-¿Deberíamos romperlo? -sugirió uno de los guardias.

-No, creo que puedo abrirlo.

Mi respuesta fue mover los ladrillos en sentido contrario al reloj hasta que un seguro sonó.

-Permíteme.

Klieb tomó con el guardia la puerta que se movió con facilidad.

Montones de documentos y joyas estaban guardados en ese lugar en baúles enormes.

El príncipe tomó uno de los libros, por la poca luz de las antorchas que los soldados sostenían solo pude ver su gran desconcierto.

-¿Qué sabes sobre esto? -preguntó serio sin dejar de mirar el papel.

La Bailarina Del DragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora