¡Epílogo!

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Por ahí dicen que Erick se fue después de que Carol lo traicionara en el fondo me daba algo de pena, solo quería de vuelta a su padre.

Carol tiene vendida su alma al diablo así que cuando el Grimorio devolvió a Lucifer al infierno las almas que el poseía se fueron con él, aunque no es algo seguro nunca más se le ha visto, sino está bajo tierra debe haberse cambiado el nombre y esconderse muy bien en otra ciudad pero después de todo irá al infierno, nadie la manda a hacer tratos con Satanás.

Yei y yo seguimos siendo los mejores amigos del mundo, después de que terminara todo por fin pude verlo, les juro que estuvimos más de cinco minutos abrazados sin decir palabra, luego de eso sí me bombardeó a preguntas. Le conté todo, sin mentiras, ni escusas. Mi último año de escuela lo pasé sin él, ya que al no asistir a la mitad del curso tuve que repetir año, aunque fue algo fácil ya tenía sus apuntes.

Eitan se fue a sabe Dios donde, a veces llama de vez en cuando nos dice que está bien y que algún día de estos nos vendrá a molestar nuevamente. Les diré que lo extraño pero no sé lo digan no quiero que me esté molestando con eso durante toda mi vida.

Emma y Alan se quedaron en casa. Mi madre ha dejado un poco su obseción con el trabajo y entendió que pasar tiempo en familia vale más que cualquier negocio que se presente. Emma y ella han creado un vínculo muy lindo, creo que le recuerda a mi hermana. Ya no me pongo tan celosa como antes aunque de vez en cuando hago berrinche para no perder la costumbre.

Sé que quieren saber si encontramos la cura o si Alan sigue siendo vampiro. La respuesta es si, si la encontramos y Emma y el son humanos comunes y corrientes, Eitan fue el único que decidió seguir con su vida de vampiro. Alan y yo llevamos 2 años, si ya han pasado dos años desde aquella tarde en que nos hicimos novios. La verdad es la relación más linda que he visto, no porque sea la mía, pero todos lo dicen.

Hoy es el día más importante de mi vida por el simple hecho de que es el día de mi boda. Así como lo oyen Alan Weters y Helizabet Push nos casaremos hoy. Además tengo una sorpresa para mi prometido que se que alegrará aún más el día. He mirado por la ventana y todo está muy bonito, Emma y mi madre lo han organizado todo, no puedo ver bien desde aquí pero creo que ya han llegado uno que otro invitado.

Me miró en el espejo y me veo hermosa, el vestido está tan precioso que no encuentro las palabras adecuadas para describirlo. Estoy nerviosa y a la vez muy emocionada. No puedo dejar de pensar en mí padre, cuánto quisiera que estuviera aquí.

—Estoy justo aquí cariño.—escuchar su voz fue algo magnífico. En estos dos años he hablado con el varias veces al igual que con Tabina, pero poder hablar con mi padre muerto justamente hoy el día de mi boda es uno de los regalos más preciados que pueda tener.

—¡Papa!—corrí hacia él y lo abracé.

—Estas muy guapa.—dijo colocando un mechón de pelo por detrás de la oreja.—Siempre has sido mi princesa, pero hoy eres toda una Reyna mi amor.

—Me hace tan feliz poder verte.—dije mientras una lágrima corre por mi mejilla.

—No, no llores corazón, te arruinarás el maquillaje.—me dice mientras me limpia.—Te deseo lo mejor del mundo y recuerda lo que te dije la primera vez que hablamos, no dejes que el recuerdo de lo que pasó conmigo dañe tú futuro. Él es un buen chico y estoy totalmente de acuerdo con esta boda, aunque dile que no se atreva a lastimarte nuevamente porque le jalaré los pies por la noche.—dijo obligándome a reír por tal tontería.

—Te amo.—dije mientras lo abrazaba.

—Yo también te amo.—dijo mientras me besó la frente.

La puerta de mi habitación se abrió de par en par mientras entraba por ella mi madre.

Alan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora