34. El pacto!

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Yo oía todo lo que decía pero no podía reaccionar solo me miraba en el espejo tratando de aceptar que soy esto. Ahí comencé a pensar en todo lo que me ha pasado, todas las devoluciones, las mentiras, las falsas personas, cuando mi corazón se hizo tirilla al saber la verdad sobre Alan, todas las veces que llore y la rabia iba consumiendome.

—Asi es, eres mejor que todos ellos, puedes hacerlos pagar a cada uno. Eres superior y no mereces nada de lo que te hicieron. —habla mineras me coje el rostro y me obliga a mirarme en el espejo.—Esto es lo que eres, eres una pequeña diablilla frustrada, puedes hacer que el mundo se arrodille ante ti.

—¡No Lizi mirame!—dice Alan mientras me coje la cara y me gira hacia el.—No eres nada de eso, eras la niña berrinchuda, sonriente, buena y preocupada de la que me enamoré. Eres la guardiana del Grimorio porque te eligieron a ti por una razón, debes pensar en eso. No debes hacer nada de lo que te diga, tienes que tomar tus propias desiciones ya eres grande y muy inteligente no dejes que te convenza de que eres un monstruo porque no lo eres.

Pude notar que mientras hablaba la rabia se fue esfumando aún siendo el parte de ella me calma. Lo amo tanto que ya no puedo odiarlo, me he convencido de que lo odiaba porque dolía tanto saber que estás perdidamente enamorada del asesino de tu padre o bueno ya no biológico pero como quiera que sea es mi padre y siempre lo será. Después de aquel beso no tuve dudas de que lo quería aún más, así que decidí  no juzgarlo por lo pasado, ha cambiado por mi, se ha esforzado por mi, está aquí por mi y eso dice mucho sobre el. ¡Esta arrepentido! Y aunque eso no devuelva a mi padre a la vida para mí es suficiente saber que tiene corazón y que ese corazón solo late por mi.

—Lo siento—le dije mientras las lágrimas me corrían por los ojos.

—¡Espera no!—dijo al ver que de nuevo escogí al diablo.— Eres maravillosa, sé que no dejaras que esto te consuma, no lo aceptes en tu vida.—decía y pude ver una lágrima salir de sus ojos, es imposible Alan no expresa nada, es un mar infinito de nada y ahí estaba soltando una lágrima.— ¡Te necesito Lizi, sin ti no puedo vivir!

Debo admitir que esta última frase me dolió, quería abrazarlo, decirle que yo tampoco podría vivir sin él o almenos sin saber que está bien. Pero no podía como el mismo dijo soy maravillosa y aunque nunca quise que mi vida fuera así está es la realidad y debo aceptarla. Debo irme con él.

—Nos vamos.— mencioné mirando a mi padre.

—Espera Lizi.—dice Emma.

—Lizi no tienes que hacerlo, recuerda por todo lo que haz pasado para protegerlo ahora te rindes.—Eitan me grita pero yo no dejo de mirar a Alan que está con cara de decepción.

Cambié la vista rápido porque no podría soportar seguir viendo cómo me mira, me duele que me vea de esa forma, es como si le hubiese fallado, lo he decepcionado.

En un abrir y cerrar de ojos desaparecimos ya no están, solo yo y él.

Estamos en un lugar oscuro pero puedo reconocerlo, es un molino abandonado que hay a unos kilómetros de mi casa, jugaba ahí de pequeña.

—Hiciste una buena elección.—habla mientras se sienta en una banqueta.

—¿Asi que aquí es donde te escondias? —pregunte mirando y dando pequeños pasos por el lugar.

—Siempre logro lo que quiero y ahora quiero ese Grimorio, tu y yo conquistaremos al mundo y no habrá una persona en esta tierra que se pueda reusar a ser nuestros súbitos.—dice evitando mía preguntas nuevamente, solo habla de lo que le importa a él.

—Bien te llevaré dónde está pero con una condición.

—¿Dime quieres hacer un pacto con el diablo?—pregunta pasándose la lengua por los labios.

—No quiero que toques a mis seres queridos, mi madre ni a Yei y eso incluye a ninguno de los Weters.—me siento en otra banca mirándolo desafiante.

—Por tu madre y tu amigo no tengo problemas con ellos y por los Weters no te preocupes ya alguien había hecho un pacto conmigo en el cual no podía tocarlos así que no tengo ningún inconveniente con lo que pides.

—¿Carol hizo ese pacto cierto?—claro que ya me encaja todo, por eso lo ayudo todo este tiempo.

—Exacto según ella son muy importantes en su vida y que bla bla bla... ¿Ahora bien que me vas a dar a cambio?

Me quedé pensativa algunos segundos, no sabía que podía ofrecerle o mejor si sabía de algo que le interesaría mucho pero no quería entregarlo.

—¿El Grimorio es suficiente?—le ofrecí lo que más buscaba.

—Es más que suficiente.—responde.

Pero ahora que lo pienso bien, yo no quiero formar parte de nada de lo que el está planeando.

—Quiero que aparte de que no toques ni dañes a mis seres queridos, tienes que prometer que nunca más regresaras a buscarme, me dejaras vivir mi vida en paz.

—¿No quieres ser parte de algo superior?—me miró fijamente.—Puedes gobernar el mundo.

—Solo quiero estar en paz, tranquila con mi madre y mis amigos, nunca quise nada de esto.—respondí a su pregunta.

—Bien, acepto tus condiciones, el pacto se sellará cuando me entregues el Grimorio.—dijo después de pensar unos segundos.

—¿No te atreverías a romperlo cierto?—tenia que asegurarme.

—Tu pregunta me ofende, yo nunca rompo un pacto por más ganas que tenga de hacerlo.—se levanta de la banqueta bruscamente.—No perdamos más tiempo llévame a dónde está el Grimorio.

No quería pero debía entregarcelo, no sé que tramará o que tiene pensado hacer con él pero no tengo otra opción que dárselo. Después de todo lo que he pasado para protegerlo y ahora se lo estoy entregando al peor de todos.

¿Pero que más podría hacer?

O tal vez si hay una opción.

Hola mis bomboncitos❤️

Aquí esta un nuevo capítulo 😁, espero lo disfruten.

Y pues nada decirles que solo falta un cap para que este libro acabe 👀, estoy muy triste por eso no quiero darle un final pero es necesario.

No pierdan más tiempo y vallan a ver el cap 35✨.

Alan ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora