Tienen prohibido acercarse al campo abierto, tienen prohibido tocar los lirios, tienen prohibido subir las escaleras, pero todo esto lo hacen juntos, porque juntos están dispuestos a arriesgar su vida con tal de encontrar a sus amigos desaparecidos...
— Hay algo grandioso en ti . . . Y muchos querrán poseerlo, créeme.
— ¿De qué hablas?
— Créeme . . . Cree en mí.
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Seungmin abrió los ojos desorbitados, incorporándose con rapidez y espabilando con un desespero que lo llevó a mirar a su alrededor con intenso recelo. Pronto se encontró con la mirada de Changbin, quien ya había estado despierto y en ese momento se encontraba parado, por lo que se agachó, colocándose de rodillas frente a él, lo tomó por los hombros al notar su estado desorientado y aterrado, y en cuanto sus miradas se conectaron, interrogó sumamente preocupado:
— ¿Qué te pasa? Está bien, todo está bien.
— Chan, Chan, ¿dónde está? — preguntaba mientras seguía mirando su entorno, estudiando la parte del bosque en donde habían amanecido. — ¿Y Jeongin?
— Fueron a orinar. — respondió con simpleza. — ¿Quieres ir?
— Ammm no, no, estoy bien — negó con su cabeza, bajó la mirada y sintió cómo poco a poco el toque de su amigo iba desapareciendo. — Voy a — avisó con anticipación, removiendo su cuerpo para que el mayor se alejara — a pararme. Quiero pararme.
— De acuerdo. — se levantó antes que él y le extendió su mano para facilitarle la tarea, lo cual el menor agradeció. — ¿Qué pasó? ¿Tuviste un mal sueño?
— Algo así — contestó reflexivo. Por alguna razón sentía que si lo miraba, iba a olvidar por completo lo que aún guardaba en su cabeza. — Soñé con alguien . . . Tenía el cabello rojo y los ojos verdes. Fue muy extraño.
— ¿Ojos verdes? — cuestionó extrañado, a lo que Seungmin asintió. — ¿Como los de Felix?
— Ammm . . . Seguro, aunque el tono parecía más irreal. Los de Felix son como el bosque en primavera, pero esos eran . . . como esmeraldas. Ese tipo de sensación. — intentó explicarse, pero al pensar en lo que había dicho le encontró todo menos sentido. — Oí varias cosas, pero ya no recuerdo mucho. No entendía nada.
— Puede ser porque estamos cerca del campo abierto.
— ¿Qué? — soltó al instante. — ¿Tanto caminamos anoche?
— Tonto, te tuvimos que cargar desde muy temprano. Por un momento pensamos que habías muerto, pero seguías respirando, así que seguimos avanzando. — aclaró con las manos en la cintura. — Vaya, sí que sabes dormir. Parece que tuviste un sueño muy largo.
— No lo recuerdo largo.
— No recuerdas casi nada. — usó sus propios palabras en su contra, por lo que Seungmin no supo cómo refutar.
