Con cariño, una flor del bosque | SKZ

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Tres meses atrás:

— Yo quería darte un regalo de cumpleaños, pero . . . nadie aquí quiso darme trabajo para no tener que darme nada a cambio, pese a que no era para mí — comentó Felix con la boca adormecida, dirigiéndose a Changbin, quien asintió, indicando entender su punto.

— Oh, pobre mi bebé — habló esta vez Jisung, apoyando su cabeza en el hombro del rubio, ya que estaba sentado a su lado, y dándole unas palmadas en su pierna. — Está bien, está bien.

Casi todos estaban ebrios a mitad de la noche, sentados alrededor de la fogata, en medio del bosque después de planear su escapada por el cumpleaños de Changbin. Habían llegado ahí en cuanto la ceremonia que declaraba a su amigo un adulto había culminado. No vieron mejor forma que celebrar estando todos juntos, todos juntos por última vez.

— Debiste decirme si querías hacer tuerque con alguien, Felixiee — murmuró Chan medio adormilado. Jeongin, quien estaba a su lado soltó una carcajada.

— Es trueque, no tuerque — corrigió y continuó riendo. Parecía ser el más ebrio de todos, pero en realidad sólo le habían permitido beber un vaso de alcohol, y al parecer eso había sido suficiente.

Felix extendió su mano derecha para llegar hasta Chan, pero la distancia impidió que pudiera tocarlo, por lo que sólo apoyó su cabeza sobre la cabellera de Jisung, el cual se había mantenido sobre su hombro izquierdo.

— Si no regresamos pronto . . . — murmuraba Seungmin, pero se quedó a media frase. Changbin creyó que se había quedado dormido, sin embargo — papá nos va a gritar.

— Es tu papá, no el nuestro — soltó Jisung de la nada, a lo que Min asintió con los ojos cerrados. — Oh, no, tu papá es el jefe de tribu — Min volvió a asentir. Felix no podía verlo con claridad, ya que la fogata los separaba como un muro y el humo no ayudaba. — Somos amigos del hijo del jefe . . .

— ¿La pintura también les pica? — preguntó de repente Chan. Jeongin negó con los ojos entrecerrados.

— Yo no me puse pintura — comentó Felix sonriente. Changbin y Jisung lo miraron de golpe.

— ¿Por qué no? — cuestionó Sung, volviendo a recostar su cabeza sobre el hombro ajeno.

— Porque la nota del libro dijo que no la necesito. — contestó con solemnidad. Para ese entonces Chan, Jeongin y Seungmin se habían quedado dormidos.

— ¿Qué nota de qué libro? — preguntó Changbin con aire inquisitivo.

— Es secreto.

— Pero-

— Changbin, dijo secreto, secreto es shh — interrumpió Jisung, formando un pico con sus labios al finalizar.

— Felix — llamó al rubio, el cual lo miró fijamente. — ¿De qué estás hablando?

— Tengo miedo, Changbin — confesó con su voz profunda, pero el mayor sólo vio su lindo rostro joven y pecoso. — Puedo escucharlos . . . Me dicen que haga cosas . . .

— ¿Qué cosas? — y cuando formuló esa pregunta se dio cuenta de que Jisung ya estaba completamente dormido. — ¿De qué voces hablas?

— Me guiaron hasta una parte del bosque en la madrugada — contó al borde de las lágrimas. — Llegué a un enorme árbol que brillaba . . . Y tenía un agujero cerca a sus raíces — tomó la mano de Jisung y la observó, intentando darse fuerzas para continuar — Ahí había un libro.