Con cariño, una flor del bosque | SKZ

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Ocho meses atrás:

Aquella noche, como muchas otras, tras pasar el día entero juntos, a Chan le tocó hacer guardia junto con otros adultos, ya que era tradición cada luna llena, por lo que se dispersaron por toda la aldea siguiendo las instrucciones del jefe de tribu, gracias a ello Seungmin pudo entrometerse y manipular un poco los puntos estratégicos.

— ¿Son manchas de nacimiento? — le preguntó Jeongin a Jisung, mientras ambos estaban echados sobre la alfombra de la carpa de Felix, uno al lado del otro. En ese momento el mayor había alzado su brazo derecho, por lo que su manga se deslizó y dejó al descubierto un par de cicatrices que estaban en aquella zona. — Las vi antes cuando jugábamos en el lago, pero no quise, ya sabes, incomodarte.

— Oh, no, bueno, no sé — le restó importancia y bajó su extremidad. — Están ahí desde que tengo memoria. Se ven realmente mal.

— Pero no son grandes.

— Entonces admites que se ven mal. — le dijo con tono dramático.

— Nunca dije estar de acuerdo. — se defendió mientras sonreía.

— ¡Pero tampoco dijiste estar en desacuerdo! — continuó jugando, pero de repente alguien más llegó, abrió la carpa e ingresó abruptamente, interrumpiendo su conversación y causando que se sentaran con rapidez. — Oh, Changbin, eres tú, pensé que alguien nos había descubierto.

— Lo harán si sigues alzando la voz — lo regañó sutilmente, se acercó a ambos y se sentó frente a ellos. — Chan nos informará si a alguien se le antoja registrar la zona, así que no se preocupen.

— Detesto que hasta tengamos reglas para dormir. Qué jodida mierda. — se quejó Jisung, cruzando sus piernas y luego sus brazos. — Pero no se lo digan a Seungmin. Respeto a su padre, pero los demás adultos y ancianos son una porquería. Quisiera largarme de aquí junto con Felix.

— ¿También conmigo? — preguntó Jeongin, señalándose a sí mismo con el pulgar. El mayor le sonrió y asintió repetidas veces.

— Ahora que mencionas a Felix, creo que lo vi afuera conversando con Seungmin. — comentó Changbin con extrañez. Pensó un poco más en esa escena tan fugaz que había presenciado, en donde parecía que habían estado abrazados. — ¿Pasó algo? Llegué tarde porque mi padre no se quedaba dormido. Díganme de qué me perdí.

— Lo de siempre. — habló Jisung con molestia. Hizo un chasquido con su lengua y suspiró frustrado. — Esta maldita aldea trata a Felix como si fuera un fenómeno. El único que lo puede calmar para que no se vaya de aquí es Seungmin, ya que como futuro jefe de tribu lo orienta a ser paciente y todo ese discurso que ya te conoces, que lo mejor es esperar a que sea adulto y eso. Idioteces.

— No creo que sean idioteces. A Chan lo tratan mejor ahora que es adulto. Hay un gran cambio. Por fin tiene voz. — opinó Jeongin desde su posición. Changbin se limitó a escucharlos.

— Bueno, pero Felix no es de aquí. Nadie sabe de qué tribu es proveniente y eso les jode a los demás. Nunca lo van a tratar bien. Si no fuera por la madre de Seungmin o el mismo Seungmin, Felix habría sido desterrado a base de democracia. — manifestó Sung con convicción. — No hay que ser muy inteligente para darse cuenta, Jeonginnie.

— Sólo opinamos diferente. — sentenció para cerrar el tema.

Changbin reconocía que cada uno tenía un punto. Por otro lado, sabía lo que Seungmin trataba de hacer; lo conocía desde siempre, y en repetidas ocasiones el futuro jefe de tribu les había dicho que ellos eran sus hermanos, su familia, y para alguien que ya había perdido a alguien tan importante en su vida, como fue su madre, lo que menos quería era perder a alguien más, y haría todo lo posible por protegerlos, por mantenerlos juntos . . . Pero estaban creciendo, Seungmin también crecía, y en el transcurso de la vida uno se cruza con varios inconvenientes, con distintas situaciones que pueden cambiar tu forma de pensar, de sentir y de enfrentarte al destino.