Con cariño, una flor del bosque | SKZ

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A veces se preguntaba si era posible desaparecer, dejar ir tu mente a cualquier otro lado, alejarlo del presente, alejarlo de la realidad y del dolor que esta podía causar . . . Cuando recibió el primer golpe severo en la mejilla que había sido proporcionado por su padre, su rostro giró con tanta fuerza que su cuello comenzó a doler. Esa parte de su cara se calentó de inmediato, sintió ese hormigueo familiar, pero pese a la costumbre su mano viajó al instante hasta ahí y se quedó inmóvil del miedo. Changbin se sentía indefenso cada vez que su padre lo mandaba a ponerse de rodillas frente a él, para luego golpearlo como si no valiera la pena siquiera escucharlo.

— Te lo advertí, ¿o no? — cuestionó furioso. Y claro que se lo había advertido, su hijo conocía todas sus reglas a la perfección. — Te dije que no te metieras en los asuntos de otras personas, ¿o no?

— Sí, padre. — y era inevitable no pensar en cómo había sido antes de que su madre lo abandonara, porque en ese entonces fue un niño feliz, un niño respetado.

— ¿¡Entonces por qué decidiste desobedecerme!? — exigió una respuesta cuando el menor ni siquiera podía ofrecerle una mirada. — ¡¡Maldito imbécil!! ¡¡Te estoy hablando!!

— Lo siento. — mentía, mentía descaradamente, porque no lamentaba haber salvado a Jeongin, haberlo defendido de una posible golpiza de parte de su abuela. — Lo siento mucho, padre. No volverá a pasar.

— ¿Crees que es divertido desobedecer a tu padre? ¿Quieres que te golpee más fuerte para que entiendas? — amenazó aún con un tono airado. Changbin sabía que, no importaba cuánto pidiera perdón, su progenitor no estaría satisfecho hasta verlo llorar y rogarle apropiadamente. Él no iba a parar. — No puedes faltarme el respeto de esa forma. Ese niño tiene a un adulto a cargo, no debes meterte en sus asuntos.

— Lo siento. — "pero no quería que ese niño sufriera lo mismo que yo. Sé lo que se siente tener miedo, querer escapar, querer desaparecer para siempre, y yo no quiero eso para nadie".

— ¿Cómo esperas que ese niño aprenda y se discipline si interrumpes a su abuela? En mis tiempos aceptabamos nuestro castigo, no escapabamos de las carpas para que nuestros padres nos persiguieran. Ese niño merece un buen castigo, ¿acaso no lo crees viéndolo de esa forma? — en cuanto la pregunta fue formulada, Changbin asintió de manera automática como un robot, pese a que por dentro le estaba diciendo que se pudra y muera pronto. — Si no lo corrige ahora, ¿qué pasará más adelante? ¿Qué cosas hará?

— Yo me equivoqué. — murmuró, con la vista perdida en algún punto del suelo.

— Qué bueno que lo sepas ahora, pero no vale de nada si lo olvidas en cualquier momento, ¿entiendes? — nuevamente un gesto comprensivo de parte de su hijo, por lo que suspiró como si estuviera cansado mentalmente. Ese niño que estaba arrodillado frente a él le había arrebatado la oportunidad de ser el líder de guardianes de la tribu, y cada vez que lo miraba no sólo recordaba eso, también el hecho de que ahora era conocido como el padre abandonado por su esposa. Había caído en lo más bajo por culpa de esa criatura. — ¿Cómo piensas tú criar a tus hijos en el futuro? ¿Enseñándoles a ser cobarde como ese niño que defendiste? ¿Ah?

— Yo . . . — ¿cobarde? ¿Le estaba llamando cobarde a un niño de seis años que no quiso ser golpeado con una rama? — Yo no . . . — su voz comenzó a temblar, y el silencio entre ambos no ayudaba ni un poco. — No creo que . . . que Jeongin sea un cobarde. Sólo tiene-

Pero sus palabras se cortaron por el filo de un bofetada en la misma mejilla, un golpe que lo tumbó, haciéndole caer de lado como un saco lleno de arena. Cuando se dio cuenta le estaba sangrando la nariz, y lo comprobó porque su mano temblorosa había palpado en esa zona de su rostro y sintió la humedad de la sangre sobre sus labios.