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La hada se llevó la bandeja vacía. Minho sonrió en cuanto vio a Jisung recostar su cuerpo sobre las almohadas y llevar su mano hasta su abdomen, el cual acarició sumamente satisfecho. Lo que más recordaba de Hanji es que amaba comer, le gustaba probar cosas nuevas y siempre al terminar acariciaba su barriga, así como en ese momento.

— Quería preguntarte algo — dijo Jisung de repente. Minho estaba dispuesto a responderle absolutamente todo, por lo que con un ligero sonido de garganta le indicó que prosiguiera — ¿Qué está haciendo Felix por ti? ¿De qué hablaron exactamente? — o bueno, quizá no estaba abierto a contarle todo con detalles. Desvió su mirada al frente y se recostó a su lado, colocando sus manos sobre su propio abdomen. — ¿Por qué él?

— Porque es uno de mis súbditos, y necesito que sea fuerte, que sea capaz, claro, todo en base a sus raíces, después de todo, ¿qué hada del clan Losarig no sabe hacer pócimas? Debe aprender. — explicó con simplicidad. Habían cosas que un humano no podría entender, lo sabía, pero su Hanji nunca juzgaba lo que le enseñaban. — Para ser respaldado por su propio clan, debe demostrar que merece ese apoyo, debe mostrarles que tiene el talento y que vale la pena.

— Entonces lo haces por su bien . . . ¿Es realmente así?

— ¿Qué otra razón habría-

— Yo. — le interrumpió abruptamente. El emperador lo miró y se encontró con la mirada de Jisung en él. Lo tenía tan cerca que parecía uno más de sus sueños, esos que con una pócima que siempre pedía cada luna, revivía recuerdos en cada sueño que lograba tener, memorias en donde tenía a Hanji una vez más a su lado, como en ese momento. — Yo puedo ser una razón . . . Quieres lastimarlo, pero lo que no sabes es que, mientras más lo lastimes a él, más me vas a lastimar a mí.

— No digas eso, por favor.

— ¿Por qué? ¿Porque me amas? Es estúpido que pienses que realmente es así. — soltó sin pensar, pero entonces pensó bien sus siguientes palabras y no sintió ningún remordimiento — Amas la idea de lo que pudimos haber sido, pero no me amas de verdad, Felix sí.

— Te dije que no dijeras eso.

— ¿O qué? ¿Vas a mandar a que me decapiten? — se incorporó y estuvo a punto de bajar sus pies de la cama para levantarse, pero entonces el hada volvió a echarlo, y como Jisung comenzó a forcejear, de inmediato se subió encima de él y sujetó sus muñecas. — ¡Prefiero morir con mis amigos a tener que soportar tu nostalgia! ¡Nunca vas a conmover mi corazón, porque he visto lo has hecho! ¡He visto cómo quisiste hacerle daño a Jeongin! ¡Vi cómo casi terminas con la vida de Chan! ¡Te veo usando a Felix y a Changbin! ¡Y guardas lo peor para Seungmin! ¡Tus malditos súbditos te ven como a un monstruo! ¡Y eso eres para mí también!

Lo que jamás creyó que pasaría, pese a que notó un cambio en la mirada del mayor con cada palabra que soltaba, es que el emperador comenzara a llorar mientras lo miraba fijamente desde esa posición. Sus ojos verdes se llenaron de lágrimas que fueron cayendo en picada con dirección al rostro de Jisung. Las gotas cayeron sobre sus mejillas, una que otra por su nariz e incluso una terminó cerca de su ojo. ¿Esas lágrimas eran de dolor real? ¿Alguien como él podía siquiera sentir eso?

Jisung vio su cuerpo moverse por los sollozos, vio temblar su labio inferior completamente tenso, contempló por unos segundos sus pestañas empapadas y escuchó su voz rota decir en voz bajita:

— Lo siento . . . Lo siento . . . Odio a todo el mundo, siempre he odiado a todo el mundo . . . Pero te amo tanto . . . Tú no eres parte del mundo . . . Tú eres mi mundo entero . . . Lo siento . . . No quiero que me odies . . . No me odies . . .

— Entonces déjame ir . . .

— Te estuve esperando todo este tiempo — su voz más calmado le hizo recuperar el aliento, sin embargo continuó en esa misma posición. — No puedo . . . En el pasado debí obligarte a irte, no pude evitarlo y fui pretencioso, pero esta vez soy el emperador. No te dejaré ir.

Con cariño, una flor del bosque | SKZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora